Capítulo 21

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Eran alrededor de las nueve de la noche. Durante toda mi vida he amado la noche, ahora la estaba empezando a odiar. La soledad de esta parte del día y sus fríos abrazos era lo que más disfrutaba en mi vida adulta. Sin embargo, al haberme acostumbrado al calor de otra persona, hacía mis noches menos solitarias la noche se convertía en un martirio. Empezaba a sentir como una necesidad esa calidez que me protegía de aquél frío que alguna vez disfruté. 
Ahora ninguno de los dos me protege.
El calor del cuerpo de Youngjae, que se aferraba a mí en las noches, ya no estaba, y el imaginarme por cuánto tiempo más seguiría ausente me aterraba a tal grado de querer vomitar.

En ocasiones pensaba que exageraba en cómo me sentía, que no ha pasado mucho desde su ausencia y ya estoy hecho un desastre. Era un pensamiento estúpido. Youngjae estaba desaparecido, no sabía si tenía frío, si tenía hambre, qué le estaba sucediendo, si le estaban haciendo daño o si siquiera seguía con vida.

Traté de mentalizarme para evitar dejar entrar a mi mente pensamientos trágicos sobre la integridad de mi pérdida.
Me enfoqué en prepararme para el suicidio para el cual Jinyoung y yo estabamos dispuestos a buscar.

Mandé un correo al gerente que me iba a ausentar unos días y que si necesitaba un reemplazo, podía solicitar a Yugyeom a su universidad.
Me quité la ropa de trabajo que llevaba puesta desde que salí del trabajo y me vestí con un pantalón deportivo negro, una hoodie del mismo color, las zapatillas deportivas de mi primo y até mi cabello en una media cola.
Tomé una mochila, la llené de comida chatarra, agua enbotellada, una linterna con baterías de repuesto, una cuerda, un bate de béisbol y otras cosas que usaba para delinquir en mi adolescencia.

—¿No quieres llevar un casa de acampar? —pregunta Jinyoung en broma.

—Guarda silencio, Park. 

Tomé mi celular y su cargador de batería. Jinyoung llevaba mis llaves y se dirigía al auto. Él vestía similar a mí, a excepción de los tonos grises rata de su prenda superior. Él estaba dispuesto a manejar para qué -según sus palabras- yo no provoque un accidente debido a otro quiebre emocional.

Recordé que debía decirle algo a los señores Choi, pero lo más probable es que quieran intervenir. Tenía que procurar no ser directo con lo que iba a hacer. Rápidamente busqué una hoja de papel, una pluma y escribí una nota para los padres de Youngjae:

"Sé que la incertidumbre y la desesperación los están agobiando. Por favor, sean fuertes y denme algo de tiempo, traeré a nuestro Youngjae de vuelta".

Cerré la puerta de mi casa con llave y fui a dejar la nota por debajo de la puerta de la casa de los Choi.
Suspiré. Miré las flores que Youngjae alguna vez cuidó de mi gato. No pude evitar sonreir de solo recordar ese día, tenía en cuenta que no había pasado mucho tiempo desde aquel entonces, pero para mí era increíble lo que esa personita me hizo cambiar para bien.

Estaba determinado. Lo iba a traer de vuelta sin importar qué.

Fui hacia el auto con Jinyoung y nuestra búsqueda comenzó.


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Al salir de nuestra ciudad a las nueve de la noche, un auto nos esperaba ahí. Eran Jackson y Mark que llevaban a Bambam, Yugyeom y a Lisa. Nos estacionamos en la orilla de la autopista hacia la ciudad vecina para encontrarnos con ellos. Todos venían con ropa en negro y tonos oscuros, a exepción de Bambam que llevaba zapatos de charol rojos.

—¿Qué hacen acá monton de entrometidos? —dije saludándolos a todos.

—Bueno, después de saber un poco más de tu pasado después de aquel quiebre emocional. Nos dimos cuenta que libras batallas muy seguido tu solo —dijo Mark hyung—. Pero esta batalla no la lucharás solo.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora