Capítulo 39

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Me sentía abrumado al saber que en tan solo unas horas sería el cumpleaños de Youngjae. No quería pensar en ello siquiera un poco, era demasiado doloroso.

—No creo que de todos los policías que haya en la ciudad, precisamente el Comandante Hoseok sea quien venga por lo del accidente, Jaebeom hyung —dijo Yugyeom aparentemente harto por mi desesperación sin saber siquiera qué era lo que ocasionaba dicho sentimiento.

—Lo sé, pero debes tener en cuenta que los autos involucrados están registrados, ¿y sabes a nombre de quiénes? Un auto es de tu padre y el otro es de Mark hyung, fácilmente pueden dar con nosotros. Inclusive, dar con tu padre cuando él no tiene nada que ver —respondí frustrado—. Y ahí es donde entrará el Comandante Hoseok.

—Bien, mírelo de esta forma hyung —añadió Yugyeom—. Si esperamos un poco más, en cuanto la policía llegue, los tipos de allá afuera nos estarán metiendo un palo por el culo y se los llevarán a ellos. ELLOS nos chocaron a NOSOTROS, somos las víctimas aquí.

—¡Vaya plan de mierda, Kim Yugyeom! —exclamó Jinyoung girando los ojos y con una sonrisa sarcástica. Luego volteó a ver al mayor de todos—. Por cierto, Mark hyung, ¿cómo está tu brazo?

Mark hyung enrolló la manga izquierda de su hoodie azul marino y dejó ver su delgado y blanco brazo. Una herida seca de aproximadamente seis centímetros estaba en la mitad de su hombro.

—Solo fue un rasguño, nada de qué preocuparse —respondió Mark hyung con una sonrisa.

—Lo lamento tanto —murmuré—. Es mi culpa que te hayan disparado.

—Jaebeom, debes dejar de querer cargar con toda la culpa —me dijo en respuesta—. Nadie me obligó a ir al asentado. ¡Yo fui por mi propia cuenta! Yo decidí ayudar a mi amigo a encontrar a mi otro amigo. Estamos juntos en esto, ¿de acuerdo?

Sonreí con tristeza. No sabía de qué forma podía agradecerles cuando el momento llegara. Los cinco estábamos sentados en garrafones de cloro de veinte litros formando un círculo.

—Hey Jaebeom, por cierto —me llamó Jinyoung—. Hablando del asentado, ¿el tipo al que capturamos no había dado el nombre de los culpables?

—Ahora que lo dices, es cierto, lo había olvidado —respondí—. El Comandante no me ha comentado nada al respecto. Pero puede ser que sí me lo haya dicho, sin embargo, he estado incomunicado debido a que no tengo cobertura ni acceso a internet. Mi mensajería está hecha un desastre por aquella perra, cualquier mensaje que me haya llegado fue eliminado puesto a que no tengo nada en mi bandeja.

—¡Esa maldita puta! —exclamaron Yugyeom, Bambam y Mark hyung.

—Y eso no es todo —dije—. Pero ya habrá otro día para contarles todo.

—El día que vayas a declarar para levantar cargos contra ella, ese día estaremos ahí para escucharte y apoyarte —me dijo Mark hyung sentenciandome severamente con la mirada.

—Sí la denunciaré, Mark hyung. Sería un imbécil si no lo hago.

—¿Y en cuanto a la chica asesinada en la Fundación? —preguntó Bambam con el ceño fruncido expresando que se acordó de esa parte—. Recuerdo que ella mencionó que los feminicidios aumentaron en su ciudad al escapar, eso también no cuadra mucho.

A fuera del almacén se escuchaban los pasos de aquellos sujetos que nos perseguían. A juzgar por la velocidad de sus pasos, estaban desesperados por encontrarnos. Aunque se escucharan lejos, no podíamos volver a confiarnos. Noté que se encontraban alrededor del área, como si de un círculo se tratara y cada vez más hacían más pequeño su diámetro de búsqueda.

REBORN [2Jae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora