Capitulo 24

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El rubio acabo de llamar a Hinata y esta le agradecio por avisar que su primo estaba con él, ya que la ojiperla estaba a punto de llamar a la policia y salir a buscarlo, dandole así la razón al rubio sobre como actuaba la ojiperla cuando se trataba acerca de su primo favorito.

Una vez que acabaron de avisarles se sentaron de nuevo en el suelo, mientras uno pensaba en lo extraño que era quedarse a dormir en la casa del chico que le gusta y el otro trataba de recordar si su cuarto estaba recogido para que mejor se fuesen los tres a quedar ahi, ya que el tenia una cama lo suficientemente grande para que se acostaran 6 personas, ya que tanto Tsunade como Jiraiya decían que dormir era lo más importante y por eso le consiguieron un colchón súper cómodo y grande por si se quiere estar moviendo de aquí para haya libremente y sin complicaciones. Pero esto solo ocasionó que en un principio no se levantara temprano, faltando así a algunas clases, sin embargo este problema se arregló con algunos coscorrones por parte de la oji-miel, quien sabía usar su mano pesada y su fuerza para corregir algunos aspectos de su comportamiento.

El rubio se rindió en cuanto a tratar de recordar cuán desordenado estaba su cuarto, por lo que mejor optó por arriesgarse a que vieran algunos peluches sobre su cama, ya que a pesar de que tenía una persona que les ayudaba con la limpieza, al rubio no le gustaba que invadieran su privacidad ya que por ejemplo tenía peluches un tanto extraños, como el zorro que le dio Gaara en su salida a la feria, un gato azul con líneas negras de dos colas, una especie de tortuga con tres colas, una especie de mono con cuatro colas, entre otros peluches que los demás consideraban raros pero a él le gustaban en total con el regalo de Gaara tenia ocho peluches que tenían más de una cola, le habían gustado ya que se le hacían familiares de alguna forma y además a él le gustaban cosas que no eran las típicas.

-Oye Gaara, ¿puedes apagar la televisión en lo que llevo a Neji a mi cuarto? Creo que seria mejor dormir hay en lugar de quedarnos aquí en el sillón.

El pelirrojo que en principio lo veía extrañado por la petición de apagar la tele, sorpresivamente fue adquiriendo un sonrojo en sus mejillas, puesto que ahora no sólo se quedaría en la casa del chico que le gusta, si no que también dormirán en su cuarto los tres juntos, el penso que todo sería más romántico si el Hyuga no estuviese incluido, pero entendía que el rubio se preocupaba por la comodidad de todos, así que se tranquilizó un poco y asintió mientras una pequeña sonrisa se formaba en sus labios.

El rubio ante la acción del otro chico se quedó pensando que su sonrisa era muy hermosa, apartó eso de sus pensamientos ya que si seguía así no podría cargar al castaño hasta su cuarto.

Lo cargo en su espalda, debido a que así era más fácil cargar al chico, extrañamente sintió como este se acomodó mejor en su espalda y lo abrazó mientras murmuraba cosas que el rubio no entendía, eso le pareció muy tierno por parte del castaño, se sentía como si ese chico fuese su hermano menor, después de todo el veía al ojo perla como alguien a quien debía proteger, era uno de sus mejores amigos y haría lo que fuera por ellos, por lo cual todos se habían convertido en una parte de su familia.

El chico subió por las escaleras, las cuales se le hicieron eternas y no era para menos había aproximadamente 60 escalones, ya que la altura de cada piso era de 3.5 metros, su casa o más bien dicho mansión era hermosa, su madrina siempre había tenido buen gusto, además de ser partidaria de hacer ejercicio incluso dentro de la casa, por lo cual las escaleras asemejaban a un camino con varias curvas, aunque no por eso eran menos elegantes, después de por fin llegar al piso de arriba considero decirle a Neji que era mala idea eso de seguir comiendo mucho, que no aguantaría volver a hacer esa subida con el encima.

Al llegar a su cuarto, abrió las cobijas y acostó a Neji en la cama, cuando por fin había acabado con su travesía, simplemente lo tapó y le deseo buenas noches, en eso ve a Gaara entrar al cuarto, una sonrisa de dibujo en el rostro de ambos, el primero en romper el contacto visual fue el rubio, quien se giro y se dirigió a su clóset, sacó dos pijamas y una de ellas se la dio al otro chico.

-Toma, para que te cambies, no creo que te resulte cómodo dormir con la ropa que traes puesta. Puedes usar el baño mientras yo me cambio aquí o cambiarte aquí mientras yo lo hago en el baño.- mientras hablaba sintió sus mejillas calentarse y evito verlo a la cara.

No era para menos, estaba avergonzado de pensar en cómo se vería el pelirrojo sin camisa, y si tendría su cuerpo trabajado, con cada nueva posibilidad que pensaba su cara se ponía más roja, sin percatarse que el de ojos aguamarina estaba más o menos igual al pensar en el rubio sin playera.

-Claro, gracias Naru- tomo la ropa y se dirigió al baño, donde al llegar lo primero que hizo fue mojarse la cara y empezar a cambiarse, aún no podía creer que dormiría en la misma cama que el además de que la ropa tenía el mismo aroma que aún dueño. En cuanto termino de cambiarse y relajarse un poco salió, para encontrar una imagen muy atractiva a la vista, pues enfrente suyo estaba el rubio con unos pantalones de franela sueltos, su cabello algo despeinado y lo que más le impactaba era que no tenía playera puesta, por lo que era perfectamente visible su espalda más o menos ancha, los músculos de los brazos marcados, pero sin exagerar, su pecho trabajado, su cintura delgada y por último unos abdominales marcados, lo que solo hacía que su cabeza dejase de funcionar, ocasionando que se desmayara de la impresión

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