Emma

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Narra Emily

Me sentía feliz, cómoda y segura en sus brazos, amaba a Tom, a mi esposo, no quería que nada malo sucediera de nuevo y estoy segura que no sucederá nada malo. Ahora lo único que tengo que hacer es que él acepte que yo regrese a trabajar a la empresa, se que dirá que no pero yo me siento segura de hacer mi trabajo.

La dias pasaron, hoy era la obra de Emma, Leah y Celia cuidaran a los niños.

— Bien - mire a Tom - estoy lista.

— Bien - sonrió al verme -

— ¿Qué sucede? - lo mire -

— Te ves hermosa.

— Te amo - sonreí -

Subimos al auto y Alex comenzó a conducir en dirección a la escuela, Emma iba en medio de nosotros.

Llegamos a la escuela, acompañe a Emma hasta dónde estaban todos los niños con la maestra, después fui a mi lugar y me senté a un lado de Tom, él tomó mi mano y dejó un beso sobre ella.

— Tom - hable -

— Dime.

— Se que me dirás que no - lo mire - pero me gustaría regresar a la empresa, tal vez la otra semana.

— No - negó - estas embarazada, te acabas de recuperar de un accidente.

— Por favor - lo mire -

— No, Emily - volvió a hablar - ya te dije, la última vez que discutimos sobre algo así y te deje ir mira lo que sucedió.

— Lo siento - suspire y desvíe la mirada -

— Hablamos en la casa - él presionó mi mano un poco -

— Bien.

La obra comenzó, era una obra de Navidad así que todos los niños tenían sus vestuarios de Navidad. Emma se veía preciosa, amaba a mi niña y su linda sonrisa.

Al salir de ahí caminamos para ir al auto.

— Tio Josh - Emma sonrió -

— Hola preciosa - sonrió -

— ¿Nos viste a Morgan y a mi?

— Así es - sonrió -

— Hola Emily - Scarlett sonrió -

— Hola - salude -

— ¿Ya saben que será? - Josh preguntó y negué -

— Aún no - hable - queremos esperar un poco.

— Bien - sonrió - ¿dónde van a pasar Navidad y año nuevo?

— En nuestra cada - Tom respondió - están invitados.

— Gracias - ambos respondieron -

— Por cierto el sábado es la fiesta del cumpleaños de Emma así que ahí los estaremos esperando.

— Iremos con gusto.

Luego de unos minutos nos estábamos despidiendo de ellos, subimos a nuestro auto y Alex comenzó a conducir.

— Mami ¿te gusto la obra?

— Me encanto.

— ¿Y a ti, papi?

— Estuvo increíble - él respondió -

Luego de una hora estábamos llegando a nuestra casa, bajamos del auto y entramos directamente, las voces de los niños se escuchaban en la sala principal y ahí estaba Leah.

Susurros del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora