Los recuerdos duran para siempre

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Narra Emily

Ella sonrió y se levantó, se acercó a mi y me abrazó muy fuerte, pase mis manos rodeando su pequeño cuerpo, deje un beso en su mejilla y ella me abrazo aún más fuerte, sonreí y solté un suspiro, creó que tenía la mejor familia.

Era miércoles, hoy era el cumpleaños fe Will, Tom había ido a comprar un  regalo y el pastel para el bebé.

— Mami - entró Emma - ¿abuelita va a venir?

— No lo sé - la mire - no tengo idea.

— Hmmm - se acercó a mi y dejó un beso en mi mejilla -

— Mami - el niño más pequeño jalo mi blusa y estiro sus brazos a mi -

— Hola - sonreí una vez lo tenía sentado sobre mis piernas -

Todo el día estuvimos en el jardín, Will abrió sus regalos, Tom le había comprado demasiados y el niño estaba muy feliz.

Tom era un padre excelente y cuidaba de ellos muy bien, me gustaba la forma en que lo hacía, el cariño que les daba a ellos, todo.

Pasaron los días y hoy era viernes, tenía la terapia con la doctora.

Estaba caminando apoyada sobre unas barras.

— Bien Emily - habló ella - hemos tenido un gran avance estas semanas y creó qué ya estas lista, bueno no creó, estoy segura de que ya estas lista para caminar con la ayuda de muletas.

— ¿En serio? - la mire y después mire a Tom quien sonreía -

— Así es - sonrió - ya estas lista para esto.

— Gracias.

Más noche estábamos en la habitación, estaba sentada en la cama y recargado en la cabecera, Tom estaba saliendo del baño, se estaba cepillando sus dientes.

Se acercó a mi y se acostó a mi lado, apagó la luz de la mesita de noche y se giro a verme.

— Tom - hablé -

— Dime.

— Quiero pedirte algo.

— Lo que sea, mi amor - él tomó mi mano -

— Va a sonar un poco estúpido.

— Tu dime lo que sea - se enderezó un poco y me miro - no hay problema.

— Quiero que me hagas el amor - le hablé un poco rápido -

— Emily - me miro -

— Lo sé - desvíe la mirada - te dije que sería un poco tonto de mi parte pedirte eso.

— No no - negó y tomó mis manos - no es tonto... Es solo qué...

— Esta bien si no quieres - lo mire -

— No, Emily - me miro - si quiero pero... Tengo miedo de lastimarte, te estas recuperando de esto y... No quiero que te suceda nada.

— Estaré bien - pase mi mano por su mejilla - no me pasará nada si lo haces despacio.

— ¿Estas segura de hacer esto? - él me miro -

— Estoy completamente segura - le di una sonrisa -

— Bien - asintió un poco inseguro - esta bien.

— Gracias.

Él se acercó a mi y dejó un beso sobre mis labios, poco a poco fue tomando mi rostro entre sus manos y el beso se volvió más profundo que antes.

Susurros del corazón Donde viven las historias. Descúbrelo ahora