Capítulo 20

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El dolor de cabeza estaba matando a Jungkook. Estaba recostado en la cama, cubriéndose los ojos.

Una y otra vez, recordaba la imagen de EunJung, asustada por su causa.

EunJung lastimada.

Gruñó, porque ahora se sentía culpable.

Se sorprendió por eso, porque era ridículo.

Ahora, además de volverse un estúpido detrás de aquella pequeña mujer, también, ¿Se sentía culpable?

¡Aún peor!

Había sido un cobarde cuando mandó a MinHee a curarla, en lugar de ir él mismo.

Estaba volviéndose otra persona, y eso le molestó, mucho.

Nunca una de sus “conquistas” logró joderle a tal punto. Causaba emociones en él, le hacia sentirse débil...

Sin embargo, no tenía el cinismo de arrepentirse por ello.

Gruñó de nuevo, dando vueltas en la cama. No podía dormir, porque su conciencia le atormentaba.

Pero, cuando había pasado cerca de media hora, y no había logrado pegar un ojo, se levantó, molesto, y salió fuera. Era tarde, y nevaba, aunque no demasiado. El frío le helaba los huesos, pero quizá era eso lo que necesitaba. Quizá después, cuando entrara de vuelta, el calor en su habitación iba a darle algún alivio, e iba a quedarse dormido.

Casi sin querer, sin darse cuenta, caminó hasta quedar a unos metros de la habitación de EunJung, sin entrar.

No había siquiera una luz allí, ya debía estar durmiendo.

Iba a dar la vuelta, para regresar afuera, cuando escuchó su voz. Aunque no provenía de su habitación, sino de la de su amiga, LinSook, o como fuese.

_Yo no pretendía ofenderle- Había escuchado- Pero él... quiere que los hijos de los guardias estén delante en la ejecución. ¿Sabe? Yo extraño a mi papá, de sólo imaginarme eso... me siento terrible conmigo misma. Debe extrañarme también...

Y Jungkook sí que se sintió mal entonces.

Estaba abrumado, porque, por primera vez se arrepentía.

Aunque, de arrepentirse a pedir perdón, iba un bien tramo. No llegaba a ese punto de estupidez extrema.

Escuchó la voz de Minhee, también.

_No puedes dejar que tus sentimientos interfieran, ¿Lo sabes? Y tampoco debes interferir en las decisiones que tome el amo. No es un hombre flexible, mucho menos benévolo. Que haya cuidado de ti, no quiere decir que tengas el poder de cambiar su forma de actuar.

Jeon no supo cómo sentirse respecto a lo que acababa de escuchar.

Es decir, tenía razón, ella no tenía el derecho de decirle qué hacer... Pero también... Se sentía mal por ello.

No quiso escuchar más. No lo necesitaba.

Ya hablaría con EunJung al otro día, cuando hubiese descansado apropiadamente.

Regresó a sus aposentos, y se hundió bajo la cálida manta. Cerró los ojos, convenciéndose a sí mismo de que podría dormir.

Tenía que hacerlo, tenía que hacerlo...

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EunJung despertó temprano para iniciar sus labores diarias. Se preguntaba si continuaba siendo la sirvienta personal de Jungkook, o si había perdido ese “rango” ya, así que se dedicó a hacer lo que hacían las demás. Se había acostumbrado a llevar aquel balde de un lado a otro, y ya no le molestaba en absoluto ayudar en la casa. Al principio puede que se sintiera molesta, por haber pasado de ser una estudiante, a ser una criada. Pero ya había pasado esa etapa.

Only My Toy «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora