Capítulo 1

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_¿Puede hacerme una rebaja? ¡Por favor!- Suplicaba EunJung a la mujer, algo anciana- Es que sus precios son muy altos, esta baratija en cualquier lugar cuesta la mitad.
_¿Entonces por qué te encaprichas en comprarla aquí, si está tan cara?
_¡Porque voy tarde a mi cita! Por favor, sólo una rebaja pequeña- Juntó las palmas de sus manos, suplicando.

La mujer, que ya estaba acostumbrada a los regateos de la joven, accedió con mala cara a hacerle un pequeño descuento.

Y ella pagó felizmente por la pequeña pulsera color beige, a juego con el pompón que llevaba colgando de su celular, a modo adorno.

Y entonces corrió, como si fuese perseguida por un ejército.

Seúl era siempre una ciudad  despierta, y ruidosa, llena de cafeterías y pequeñas tiendas que solían estar abiertas toda la noche.
Así como grandes edificios y corporaciones.

Medio día.

La hora más concurrida.

La hora en la que el autobús suele ir lleno.

Pero no. EunJung no había pasado las últimas dos horas maquillándose, alisando su cabello, y perfumándose, sólo para subir a un bus o, peor, al metro, oliendo el olor a quién sabe qué, de quién sabe quién. Sudando y apretándose entre un bulto de desconocidos.

Quería lucir perfecta para conocer a su amor platónico, Hwang Dong Joo.

Oh, la dura de vida de una fan.

Ganarse un pase VIP para un fanmeeting con tu idol: El sueño de cualquiera.

También era su sueño, por supuesto.

Así que se había arreglado probablemente más que nunca en su vida. Es decir, hombre, ¡Iba a estar frente a frente con Hwang Dong Joo, no era para menos!

EunJung, muy entusiasmada, subió a un taxi. Odiaba los taxis. Los choferes siempre contaban su vida entera en todo el recorrido, y cuando llegaba a su destino, terminaba traumada  o queriendo saber más sobre el chisme de por qué la esposa dejó al pobre taxista.

Ah, la vida es dura.

No todos tenían suerte.

Pero ella sí, y era mejor que no se deprimiera, porque estaba a punto de vivir el momento más emocionante de su aburrida, y para nada genial vida.

Y allí estaba ya.

El local estaba lleno, pero bastante ordenado. Las fans estaban cómodamente sentadas, cuchicheando entre sí, probablemente desquiciadas de la emoción.

EunJung no era la excepción.

Y finalmente, DongJoo salió al escenario.

Mientras las demás gritaban y aplaudían, ella estaba prácticamente muda. Porque, era real, él estaba allí, y no a través de la pantalla del celular.

Y era incluso mejor de lo que imaginó. Muy alto, muy sonriente, y tan, pero tan guapo, que debería ser ilegal andar con esos ojos y ese par de labios por ahí, como si nada, dándole envidia a los simples mortales.

Y por fin, el momento llegó.

Sus minutos, o mejor dicho, segundos, para hablar con el joven.

_¿Cuál es tu nombre?- Le preguntó él, con aquella sonrisa capaz de derretir un maldito iceberg.
_Yoon Eun Jung- Dijo, esperando que su voz no temblara. Tenía una única oportunidad para verle, no iba a dejar la impresión de ser una fan desquiciada... Aunque justamente eso era- Es un placer.
_¿EunJung? ¡Como mi madre!- Comentó, mirándole con una expresión sorprendida- Te parecer mucho a ella físicamente, también. ¿Seguro que no eres mi hermana?

Obviamente estaba coqueteándole.

Pero ella entendía. Era parte de su trabajo enamorar a las fanáticas... Aunque no tuviera que hacer ningún esfuerzo.

El joven le autografió una pequeña agenda con pequeñas pegatinas que había llevado, y luego de eso, le dio una caricia en el cabello.

Finalmente, y después de que ella le hiciera un breve resumen de todo lo que significa la música del joven cantante para su persona, los segundos se terminaron, y ella se despidió.

Su corazón estaba a punto de estallar en su pecho. Y aún no podía interiorizar que acababa de tener una conversación con el hombre que había seguido por cinco largos años.

Sus ojos se cristalizaron de alegría.

Ya podía morir tranquila.

EunJung regresaba a casa feliz ese día, a pie, porque tenía suficiente energía, y necesitaba suficiente tiempo para pensar en lo que acababa de suceder.

No supo en qué momento había comenzado a llover, así que corrió al portal de una farmacia cercana.

Sujetaba firmemente su cartera, con el autógrafo dentro, porque ahora, ese era su nuevo tesoro.

Una tormenta bastante intensa se había formado, en sólo segundos.

Y decir que comenzaba a preocuparse era poco.

Porque empezaba a anochecer, y los truenos, los relámpagos y la lluvia, parecían no querer terminar.

Aquella situación, pondría nervioso a cualquiera que apreciara la calidez de su casa en una tormenta tan fuerte.

Y ella lo hacía.

La cabeza de EungJung comenzaba a doler, y, de pronto, un relámpago fuerte cayó frente ella, cegándola unos segundos, y aturdiéndola.

Sus piernas se aflojaron. Cerró los ojos con fuerza, y cayó al suelo, aterrorizada.

Y, de pronto, el viento parecía haberse apaciguado. No sentía la lluvia caer sobre su cuerpo, y en lugar de los constantes truenos, se escuchaba el relajante trinar de las aves.

¿Aves?

¿Desde cuándo en la aparatosa ciudad se escuchaban las aves cantar?

La joven comenzó a abrir lentamente sus ojos, encontrándose con tierra, en lugar del pavimento, o la acera.

Se levantó con rapidez, y se sacudió, mirando alrededor.

No encontró ninguna farmacia. Mucho menos edificios.

Más bien, vegetación.

Estaba en medio de un prado verde. Tan grande, que no encontraba el horizonte.

_He debido golpearme la cabeza contra el cemento- Se dijo a sí misma, chiflando, porque, por muy extraño que fuese, también era precioso- ¿O es que el viento de la tormenta me ha arrastrado hasta acá?

EunJung dio uno o dos pasos en la hierba, antes de animarse a caminar con más confianza.

_Dios mío, ¿Dónde me habré metido? Es tarde, y mi mamá...

Aunque ahora que miraba alrededor... No era tarde. Para nada.

Más bien, parecía ser medio día. El sol estaba bastante fuerte, pero no al punto de ser insoportable.

_Debo estar soñando, no hay lugares como este en Seúl- Se dijo a sí misma, dando algunos pasos más.

¡¿Y si estaba muerta?! ¡¿Y si el rayo la había... partido literalmente en dos?!

Pasó un buen rato caminando. Y ya estaba lo suficientemente cansada. Y asustada, también.

¿Y si estaba en el cielo?

No, era imposible. Con todos los fanfics para adultos que escribió, debería estar en el infierno.

_¿Qué haces, en lugar de traer el agua del arrollo, como te ordené?- Le preguntó alguien de pronto, asustándola- El amo tiene sed.

Una mujer, que lucía bastante enojada, estaba frente a ella, vistiendo un hanbok y sandalias de madera.

En serio, ¿Dónde diablos se había metido?

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Nuevo proyecto, con el que estoy emocionada, ¡Madre mía! Esto va a ser todo un reto. Prometo que voy a seguirla, ¡lo prometo!

Seme Cuidan.

Only My Toy «Jeon Jung Kook»Donde viven las historias. Descúbrelo ahora