Capítulo 6

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La noche del 734 aniversario de la fundación del Gobierno Mundial y el 13 aniversario de la muerte de los padres de _______, fue la noche de consumación de los enamorados. Mirándose fijamente por ratos, no pudieron evitar dejarse llevar por el indomable fluir de su pasión.

Cuando ________ entró por las puertas del gran salón de bailes del Castillo Pangea, Rosinante quedó flechado, maravillado por la pesada presencia de la joven y su deslumbrante belleza. Estaba sumamente embobado con la sensual figura que caminaba directo a él sin desviar sus ojos en ningún momento.

Ella se vistió hermosa para la ocasión, cubrió su piel con un bello y sexy vestido largo con una abertura muy pronunciada en una de sus piernas, no había ojos que no fueran atraídos hacia la joven como si de un imán se tratara y sintieran excitación al contemplarla. Tampoco Rosinante se quedó atrás, su elegante traje para la celebración, un fino smoking hecho a la medida le agregó un porte más sereno y más apetecible para _______. Dado que él iba en calidad de invitado junto con Sengoku y la joven tenía un alto puesto en el Gobierno, pudieron darse la licencia de no ir en uniforme.

La torpeza de Rosinante lo hacía un muy mal bailador, así que su mejor opción para mantener una cercanía con ________ durante la fiesta era llevarla a un lugar donde pudieran estar solos y charlar y apreciarse mutuamente sin pudor. Antes de que cualquier otro hombre se le acercara, ya que la mujer sí que atraía, la tomó de la mano y se la llevó fuera del salón de bailes, a uno de los tantos y tan bellos jardines del Castillo Pangea. Ella se dejó guiar felizmente. Se sentaron en una banca a observar el hermoso lugar y observarse el uno al otro. Las palabras eran innecesarias, sus ojos hablaban por ellos, se amaban, y en ese momento se deseaban más de lo que hubieran podido desear cualquier otra cosa en sus vidas, la pasión exudaba por sus poros.

Como tratando de no arruinar el momento y no alterarse como caballo a punto de salir a la carrera, acercaron sus rostros lentamente, mirando la boca el uno del otro, sintiendo sus respiraciones en el rostro, cerrando sus ojos de a poco, hasta que sus labios se tocaron. El beso fue lento, tortuoso, suave, esponjoso, como no queriendo perder nunca esa conexión y sintiendo miedo de desconponerla. El primer beso que dió _______ a Rosinante no fue nada en comparación a este, aquel fue corto, inocente, con el afán de jugueteo; ahora era un pacto, una abierta declaración de amor y un claro aviso de que se adueñarían, no sólo de sus sentimientos, también de sus cuerpos.

El beso fue cortado por fin. El siguiente paso era obvio. Conectaron sus miradas sólo por un instante y volvieron a juntar sus bocas, sus lenguas, sus manos y brazos con mayor intensidad, no podían esperar más, querían sentirse para estrecharse tan fuerte hasta explotar. Rosinante la sostenía con presión de su cintura y jalaba su cabeza hacia él para controlar la fogosidad del beso a su antojo, mientras ella por su lado se abrazaba a su cuello y metía de vez en cuando sus manos por debajo de su saco. Tuvieron que terminar el beso para pasar a algo más, unir sus labios no era suficiente, querían sentir sus pieles desnudas, sentir sus almas desnudas. Entonces la muchacha se levantó de la banca.

-Te deseo, Rosinante -le dijo de frente, muy segura y con la respiración entrecortada por la excitación.

_______, que nunca había llevado a ningún hombre a su propio hogar, pues sus encuentros sexuales siempre eran en la casa o dormitorio de éstos, tratando de mantener su territorio y su zona de confort al margen de personas indeseables, tomó fuertemente la mano de Rosinante y lo guió un par de cuadras hasta la puerta de su casa.

Abrió, le cedió el pase, entró ella, cerró, lo llevó otra vez de la mano a su habitación, entraron y se miraron con pasión, porque en la oscuridad de la noche no había otra forma en que dos enamorados podían verse. Se acercaron. Rosinante se arrodilló para estar a su altura, pero más como muestra de rendición, porque estaba rendido ante esa mujer, su amor por ella ganó deliberadamente sobre su cordura. _______ acarició su rostro, delineando cada detalle, centrándose en sus azules y brillantes ojos y lo besó de nuevo, empezando algo que sabían que, ahora sí, nada interrumpiría. Mientras rozaban sus labios, lenguas y dientes, él se abocó a acariciar sus piernas bajo el vestido con amor, mucho amor, sus manos subían y bajaban desde la línea de sus glúteos hasta sus tobillos una y otra vez, ya fuera por la parte interna o ya fuera por la parte externa de ellas. Esas caricias provocaban en la joven temblores y una extrema humedad en su entrepierna y su liberación de hormonas de ninfa era tan elevada que era hasta mareante. _______ tomaba cada vez más fuerte el rostro del muchacho con sus manos, conteniendose de arrancar las ropas, sabía perfectamente que era la primera mujer de Rosinante y quería que él disfrutara de ella a su ritmo, dejarlo hacer a su modo, pasional e inexperto, ansioso y emocionado por descubrir, era algo que la excitaba muchísimo.

NINFA (rosinantextu)(zoroxtu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora