NINFA (rosinantextu)(zoroxtu)

Capítulo 22

A la joven no le quedó más remedio que tratar de llevar la fiesta en paz, pero tomando sus precauciones, no quería que el muchacho se enamorara más de ella, culpa de la vulnerabilidad de su fruta.

Zoro se acomedía mucho a ayudar en ese hogar, trató de verlo como una forma de meditar y alimentar su espíritu guerrero con buenas obras. Le resultaba agradable a Adán, que estimulaba la amistad entre los dos chicos. Le gustaba y trataba de que se sintiera bien acogido. Zoro le confiaba al anciano todos sus pequeños problemas y aspiraciones.

Los dos jóvenes estaban casi siempre juntos. Se quedó en esa casa con pretexto de pagar su deuda, pero, la verdad, era a causa de _______, que estaba empezando a llenar en su alma el espacio reservado a la perfecta compañera. Era una persona extraña y honorable Zoro, con su extraño amor por las espadas y a las promesas. Había nacido para estar solo; por su misma incapacidad para tener amigos íntimos, era un hombre que debía estar solo. Sabía poco sobre lectura, pero ________ y él tenían algo en común: su gusto por las buenas peleas y el entrenamiento. Era buen espadachín.

-No puedes depender siempre de tus espadas -le decía en una ocasión que lo encontró entrenando. Le pareció muy sexy verlo sudado y sin camisa.

-No puedes depender siempre de tu fruta -la retó.

Practicaba pelea cuerpo a cuerpo con ________ y no se resentía cuando ésta lo derrotaba; realmente, parecía aceptar la derrota como algo natural y se reía alegremente por su falta de destreza, generando en él unas fuertes ganas por entrenar más y mejorar. Cuando salían al pueblo, iban el uno junto al otro.

-Él es confiable, eso es lo que es -declaró Adán-. Las espadas lo saben y se portan como es debido.

***

Pero el entrenamiento y las peleas no eran lo único que arrastraba a ________ hacia Zoro. Su mente, como la de ella, era sensible a la naturaleza y esto hacía que Zoro tuviera mucha curiosidad sobre las particularidades de la personalidad y la fruta de la joven.

-Recuerdo que me gustaban los escalofríos previos a la fiebre, incluso sabiendo que me enfermaría -trataba de explicarle la muchacha.

Y él era terriblemente comprensivo con ella, nunca hizo un esfuerzo por tratar de cambiar u opacar su forma de ser. Lo veía como algo demasiado simple e innecesario que preocupara a la muchacha. A él le gustaban las espadas, a ella le gustaba el sexo. Así sin más:

-Pienso que te limitas. Además de ofrecer una experiencia inolvidable a unos, alivias a algunos hombres de su carga durante un momento de arrogancia juvenil. Tal vez leí en alguna parte que si no se eyacula a menudo, el esperma muere, o peor aún, se degenera -le mentía un poco para hacerle ver que no le molestaba ni incomodaba en absoĺuto.

-Zoro, descubrí mi poder como mujer y lo usé sin preocuparme por los demás, es completamente inaceptable.

-Pero si tiene alas ¿Por qué no iba a volar? -le decía simplemente.

Este tipo de conversaciones dejaban a ________ helada de tanta piedad y honor: ¿En serio el muchacho estaba tratando de hacerla sentir orgullosa de sí misma? Esta situación la transportaban a años atrás, cuando recién conocía a Rosinante, definitivamente no era la misma sensación, estando con su difunto amado tan sólo podía pensar en ser de él y de nadie más, ella no quería estar con nadie más. Pero Zoro la hacía sentirse extremadamente libre y eso la abrumaba.

-He estado tantos meses escondida, a la sombra, como alimaña bajo las rocas tratando de encontrar un sentido a la vida. Terminé por acostumbrarme a escapar del mundo real y creo que con todo eso perdí el rumbo -hablaba _______ con melancolía-. Ese año en la Marina y este otro año desde que huí me han hecho sentir que realmente he envejecido cien. Y busco y busco en mi cabeza algún lugar en el que pueda encontrar la cordura y termino por hallarla contigo, negándome a mi misma frente a ti. Sin una identidad me vuelvo fría y dura como piedra, sin libertad de acercarme a ti, a tus labios -acariciaba con dulzura la boca de Zoro-. No tengo nada para dar realmente que no sea el engaño de que pudiera agradarte sólo por ser una ninfa.