NINFA (rosinantextu)(zoroxtu)

Capítulo 59

Un pequeño espasmo despertó a ________. Estaba en el frio suelo, atada con las manos a su espalda, no podía usar su habilidad para liberarse. Kairoseki. Allí tendida comenzó a cobrar cordura. Los habían emboscado, los habían dejado abordar el Judas y fingirse derrotados para atraerlos. El lobo los recibió con el hocico abierto fingiendose herido y ya dentro cerró con fuerza sus enormes fauces.

Un fuerte golpe en su cara la había levantado del suelo sentándola. La patearon. Se recargó en la pared de lo que ahora sabía era una habitación, la reconoció como la recamara principal destinada para el dirigente de ese barco. Al fijar su vista en el responsable de golpearla, comenzó a reír con demencia, parecía una loca riéndose de esa forma mientras mostraba sus dientes manchados de rojo y la sangre corría por su mentón. Todos los miedos e inseguridades sobre su vida pasada se amotinaron en su pecho.

-Cuando un buque, extrañamente, de agentes del Gobierno nos atacó, pensé que había sido una rara casualidad. Los ancianos del Gorosei no mandarían una embarcación de este calibre para atacar una tripulación de sólo doce miembros. Debí imaginarme que se trataba de algo más profundo, no quieren a la banda de los Muguiwara, me quieres a mi. Usar tu fuerte influencia para hacer todo este número por una simple puta. Siempre tiene que ser todo tan personal contigo, Némesis.

El hombre mayor se puso de cuclillas frente a ella. Como en un relámpago deslumbrante, ________ entendió: la miserable debilidad de Némesis, el temor a su traición al Gobierno, el terror a Zoro y a lo que éste haría si llegaba a enterarse de las atrocidades que le hacía a su mujer cuando era tan sólo una niña.

-Dime que no lo amas -le dijo el sujeto con seriedad, aunque de sus ojos casi salían chispas del enojo.

________ debió ver pasar ante sus ojos su propia miseria, sabiendo lo que se vendría luego de soltar la bomba:

-Lo amo.

Némesis comenzó a hablar muy despacio, como para que nada de lo que dijera se perdiera. Esa voz lenta y pacífica era más tenebrosa que la ira:

-Toda mi vida he sentido algo extraño hacia ti. He sentido una especie de repugnancia física, un deseo de no tocarte ni ser tocado por ti, y, al mismo tiempo, no puedo dejar de pensarte, de querer seducirte, algo horrible para ser vivido por un hombre enamorado; muchas veces esto me hizo profundamente desdichado, incluso después de tu desaparición en tu juicio. Me he sentido muchas veces injusto, inhumano, pero ahora sé que mi instinto no me mentía: eres tú la inhumana, no yo.

Acercaba su mano a la mejilla de la asustada chica y la acariciaba como si fuera de porcelana.

-Némesis, basta -trataba de alejar su rostro pero el sujeto la tomaba del rostro más fuerte para retener su mirada.

-Eres tú la inhumana, no yo. Ser la puta que eres es estar en pecado contra la creación. Sobre todo es estar en pecado con los padres que te engendraron, los padres a quienes te atreviste a usar de escudo y, por tanto, asesinaste. Tu te atreviste a asesinarlos, a ellos y al parásito bastardo que engendraste con Rosinante: tu existencia es un insulto vivo a su memoria, ________. No importa qué tan poderosa y exótica sea la fruta que comiste, no sólo no pudiste aprovecharla para protegerlos, si no que con ella misma les arrancaste sus vidas. Nunca pude mirarte a la cara sin pensar en el mortal insulto de tu rostro y tu cuerpo a la memoria de los magníficos nobles que te engendraron. Sólo me queda agradecer a Poseidón que hallan muerto antes de haber tenido que soportar esta gran vergüenza. En cuanto a ti, preferiría verte muerta a mis pies que sentada aquí manchada con el indecible ultraje que tu llamas amor por ese insolente muchacho. Dices cosas que pueden ser únicamente dichas entre verdaderos amantes. Viniendo de ti, una puta por la que han pasado un sin número de hombres, son palabras de depravación, viles, inmundas, en contra de la naturaleza, en contra de Poseidón, que creó la naturaleza. Mi garganta se cierra, me siento asqueado, físicamente enfermo.