Capítulo 12

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Una mañana recibió Sengoku una llamada a su oficina de parte de Rosinante, después de seis largos meses sin saber de él. _______, que aveces fungía como secretaria de su suegro para acompañarlo y tener algo en qué invertir su tiempo, al oír la pausada voz de su amado corrió hacia el escritorio al lado de Sengoku para escuchar la llamada.

Rosinante estaba bien, eso era lo más importante para ellos. Se sorprendieron de saber que Doflamingo se ubicaría en la isla Minion en unos días. Se tenía planeado un trato en esa isla que involucraba una fruta muy poderosa, la Ope-Ope no mi. Ya era conocimiento, al menos de _______, que Doflamingo estaba en busca de alguna fruta que le diera la inmortalidad. Que le pidiera a Rosinante que la comiera sólo sugería su personalidad psicópata: ¿Qué humano sano mentalmente sacrificaría a su propio hermano para vivir eternamente? Esto despertó en la joven el profundo odio hacia Doflamingo que se había prometido dormir para apoyar moralmente a su amado en su cruzada por salvar su hermandad; su mente crítica siempre lo supo, Doflamingo era un ser que no merecía ser salvado, mucho menos por la bondad de Rosinante, ese monstruo debió ser detenido desde un principio por algún otro Marine con sangre más fría para someterlo a tortura y finalmente a pena de muerte. _______ se maldijo a sí misma en sus dentros por haber cedido ante los constantes intentos de su amor de convencerla de que por cuestiones familiares únicamente su amado tenía el derecho y el deber de acercarse a él para frenarlo.

La conversación tuvo un giro inesperado cuando Rosinante empezó a hablar del niño de trece años que estaba ayudando. Se trataba de un niño con manchas blancas que se iban esparciendo cada día más por todo su cuerpo hasta cubrir casi la totalidad de su piel. La enfermedad del plomo ámbar. El tóxico padecimiento que se usó de excusa para masacrar una población entera y, así, no dejar rastro alguno de la necedad del Gobierno por explotar el mineral a sabiendas de sus efectos patológicos en los pobladores de Flevance.

Al escuchar lo que Rosinante decía el estómago de _______ se iba revolviendo, consecuencia en parte de su estado de embarazada. El niño propietario de la mano que ella tocó aquella noche sobrevivió. No podía ser otro, tenía que ser él. Creció una sensación de sanación en el alma de la muchacha; asesinó a una ciudad entera, pero pudo salvar, a su modo, a un muchachito y, en su arrogancia, se vió a sí misma como un ser no tan inhumano.

Desde aquel gris día la muchacha hizo un esfuerzo tras otro para arreglar en su mente la culpa que en todo segundo la acongojaba. Se miraba al espejo y le parecía evidente que ya no era esa niña llena de repugnancia e indiferencia, había madurado, estaba atenta a los problemas reales que aquejaban los mares y estaba llena de ilusiones con respecto a su futuro. De pequeña ella jamás tuvo la razón, difícilmente se le permitía razonar por sí misma, menos mal su amado llegó a ella para abrirle los ojos, aunque esto le costara vivir en carne propia el sufrimiento ajeno en la masacre de Flevance.

Los recuerdos de la Ciudad Blanca nunca la dejaron tranquila, ni siquiera para dormir, eran veneno esparcido en su espíritu. Cuando la agobiaban le era imposible soltar aunque sea una sonrisa falsa, de ahí las terribles discusiones con su amado. El tormento no acababa, hasta que llegó esa llamada. Parte de su felicidad estaba allá, con ellos. Ellos, cada uno de diferente forma, incluso sin saberlo, extinguieron su condena a la soledad. Con ilusiones sobre el futuro le devolvieron las fuerzas que tenía malgastadas con su embarazo.

Mientras Rosinante decía que iba a ir a la isla Minion junto con el muchachito, _______ le arrebató la bocina del den-den mushi a Sengoku y le dijo en voz alta y demandante a su amado:

-Toma la Ope-Ope no mi y haz que la coma. Ese muchacho no puede morir ¿Entiendes Rosinante? ¡No importa lo que pase pero ese niño tiene que ser salvado!

-Si, lo entiendo -le respondió tranquilamente.

Jamás tocaron el tema de lo ocurrido en aquella mision que dejó a ______ en aquel estado tan deprimente, así que ignoraba el trasfondo que hubo en esa súplica, creyendo que era el llamado de la maternidad despertado en su mujer. Estaba feliz de que su amada entendiera su plan y lo apoyara incluso antes de decírselo.

NINFA (rosinantextu)(zoroxtu)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora