Capítulo 46 (Final)

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3 meses después.

¿Hay algo mejor en esta vida que despertarte con el sonido de los pájaros cantando y un precioso rayo de sol entrando por la enorme ventana? Me desperezo, consciente de que es temprano y sabiendo que así podré aprovechar mejor el día.

No, no para ir a la editorial. En pocos meses han cambiado muchas cosas.

Tras la proposición de Rafa de venir aquí con él, dudé mucho, lo reconozco. Era un cambio drástico y que no me esperaba ni de lejos, así que le pedí tiempo. Lo entendió perfectamente.

Después de la publicación de mi libro estuve algo ocupada. Para mi sorpresa tuve que viajar a algunas ciudades a firmar  y presentar ejemplares, la editorial, ahora con Marta a la cabeza, se había encargado de promocionarme a la perfección.

Las cosas iban genial, iba y venía y mantenía mi cabeza en mi cosas, pero cada noche sentía un vacío. Veía a Rafa los fines de semana, incluso a veces me acompañaba a otras ciudades, pero aún así lo echaba de menos cuando por las noches me acostaba y no lo tenía a mi lado.

Así que un día lo supe, había pasado un mes y cuando bajé a desayunar con mis padres, solté la bomba.

— Voy a irme a las cabañas — Les digo , aunque no les llama demasiado la atención.

— ¿Pasarás este fin de semana allí con Rafa? — Pregunta mamá, aún en sus cosas.

Poco después de hacerse oficial lo nuestro, Rafa no tuvo ningún inconveniente en que los demás lo supieran, yo sentí vergüenza porque seguía yendo a la editorial, pero enseguida noté que nada había cambiado, tampoco en mis padres, al contrario, se les veía más felices que en meses atrás, y era por que así me reflejaba yo.

— No, esta vez me quedaré allí — Ahora si, ambos levantan la cabeza por lo que acabo de decir — No sé si es una locura, o si voy a equivocarme... pero siento que es lo que debo hacer ahora mismo.

— ¿Estás segura? — Pregunta papá, cogiéndome una mano.

— Más segura de lo que he estado nunca — Sonrío — Sé que es lo que os preocupa, que sufra de nuevo pero... está vez es diferente. Soy libre a pesar de tener a alguien a mi lado, y puedo hacer lo que me apetezca sin que se me juzgue. Rafa es completamente abierto conmigo, confía en mí y yo en él, así que he tomado la decisión.

— Entonces, solo podemos desearte suerte — Mamá viene a darme un abrazo — Pero ya sabes, este verano nos tendrás por ahí dando guerra. Ahora que las cabañas vuelven a estar operativas, estamos deseando volver a ellas.

— Siempre seréis bienvenidos.

Todavía no han estado allí, de hecho, este primer mes diría que no ha terminado de arrancar el proyecto, pues según dice Rafa, es más complicado de lo que se puede ver a simple vista. Quiero ayudarle y que lo saquemos adelante juntos.

Así se lo comuniqué a Rafa después, que por supuesto me recibió con los brazos abiertos.

Desde entonces y desde hace casi dos meses, tengo la suerte de despertar aquí cada día y dormirme cada noche con las estrellas. Sí, eso tampoco se le olvidó, sobre el techo de la cabaña donde vivimos hay una claraboya desde ahí no me pierdo cada noche el espectáculo.

Nuestra cabaña es la más bonita y espaciosa, ubicada junto a la principal. La primera planta tiene un salón con un mullido sofá y una bonita chimenea de piedra, con una televisión donde por fin juntos disfrutamos de series y películas. Rafa se ocupó de poner una librería que ocupa un pared entera, de lado a lado, y la llenó de libros, muchos desconocidos para mí todavía.

La cocina es abierta y se comunica con un salón, no es que tenga todo lujo de detalles, pero sí lo suficiente para nosotros dos.
Arriba, junto a nuestra habitación, un baño ocupado casi todo por una bañera enorme... y poco más, porque tengo lo necesario aquí para sentirme plena.
No es el sitio, es la persona y, en este caso, yo tengo ambas cosas.

Rafa se levanta temprano todas las mañanas, pero aunque sé que no está conmigo, palpo a mi lado en la cama para encontrarla; una nueva nota escrita por él:

"Yo ya era así antes de que tú llegaras, caminaba por las mismas calles y comía las mismas cosas. Incluso antes de que llegaras yo ya vivía enamorado de tí y a veces, no pocas, te extrañaba como si supiera que me hacías falta"

Sonrío, mordiéndome el labio inferior y pegándome la nota al pecho. Después, la dejo junto a las otras en una pequeña caja roja, cogiendo al mismo tiempo mi cuaderno, el cual llevo a todos lados.

Una vez vestida, me hago el café y salgo al exterior, hace un buen día. No falta mucho para el comienzo del verano pero algunos fines de semana tenemos bastante compañía, de hecho, cada vez más cabañas están ocupadas. El negocio avanza a pasos agigantados.

Elijo mi sitio indicado y llego hasta el columpio. Bebo mi café mientras respiro y siento cerca que tengo la absoluta felicidad.

— Así que aquí estás, diez años después — Rafa está apoyado en el tronco del árbol más cercano, cruzado de brazos — En el mismo sitio y con un cuaderno acompañándote.

Lo observo sin pestañear, dudo que alguna vez me canse de hacerlo. Ya no es ese chico ocupado y ojeroso. Va sencillo, con una camiseta de manga corta y unos vaqueros rotos por las rodillas, parece hasta más joven. El reflejo del sol hace que su pelo tenga destellos rubios y verlo venir hacia mi me sigue pareciendo una especie de sueño.

Se inclina para dejarme un pequeño beso en los labios, después sonríe.

— ¿Cómo has dormido? — Me pregunta, acariciando mi pelo.

— Genial, ¿y tú? — Frunzo el ceño — Te has levantado temprano.

— Sí, cada vez quedan menos cosas que hacer aquí — Se sienta en el suelo, frente a mí — ¿Sabes que este fin de semana tenemos casi todo completo? Se ha apuntado mi padre, y los tuyos...

— ¡Venga ya! — Suelto una carcajada — Ya sabes lo que nos espera entonces.

— Lo aguantaremos de la mejor manera — Se encoge de hombros — ¿Íbas a escribir?

— En cuanto terminara mi café — Asiento — En este sitio no parecen acabarse mis ideas.

Es cierto, después del sorprendente éxito de mi primer libro y haber vendido más ejemplares de lo que nunca hubiera imaginado, decidí con la editorial seguir haciéndolo.
Quien iba a decirme que ahora escribiría sobre algo que hace no mucho odiaba; el amor, en toda su esencia.

Escrito en las estrellas.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora