En un descuido de mamá, papá llegó sin que ella se diera cuenta, él no entró a su cuarto, simplemente se fue a mi cuarto, se recostó en mi cama, y se quedó dormido, yo lo mire desde la esquina de mi cuarto, como de costumbre estaba hecha bolita, al ver a mi padre, lo único que hice, fue tomar la cobijita de mi cama, y taparlo, salí de mi cuarto para que él pudiera descansar, tomé una mantita rota que teníamos en un mueblecito y me fuí a dormir al viejo sofá, rato más tarde, desperté, ya no se escuchaba nada, asumí que la "fiesta" de mamá había terminado, fuí a la cocina por un vaso con agua, mientras yo bebía tranquila del vaso, apareció la compañía de esa noche de mamá, era bastante jóven comparado a los anteriores, pues a él no se le veían las rayitas en la cara como a mi papá, y tenía más cabello que los hombres de la semana pasada, llevaba una toalla en la cintura, me vió y me sonrió, yo con inocencia le sonreí devuelta.
-¿Por qué está despierta todavía la princesa de este hogar? --se agachó un poco para estar a mi altura y apretar mi mejilla--
-M-mamá y tú, digo, usted... Hacían mucho ruido, y se escuchaba por toda la casa --dije con la cabeza agachada por la vergüenza de hablar con él, era un chico lindo, y era extraño que yo hablara con alguien que no fuera mamá o papá-
-Hmmm... Lo siento mucho princesita, mi intención no era mantenerte despierta a ti --miró a otro lado y vi que mordió su labio-- pero bueno, ya puedes irte a dormir, prometo no volver a interrumpir tus sueños --despeinó mi cabello y salió de la cocina, dejé mi vaso sucio en el lavabo y me fui a recostar en el sillón--

Una molesta luz y mucho ruido como de una multitud corriendo en la sala me despertaron, cubrí mi cabeza con la manta pero los agujeros hacían imposible mi intención de cubrirme de la luz, abrí los ojos y ví a mamá y al chico de anoche.

-¡Corre! ¡Vete, vete! ¡Mi esposo no está por llegar! --daba pequeños empujones al chico y este aún sonreía--
-Por lo menos dame un besito mujer, después de lo de anoche no puedes pedirme que no quiera más -dijo intentando besar a mi madre, arrastrando sus pasos para hacer la tarea de mi mamá más difícil-
-Niño tonto --mamá rió y le dió un piquito-- ahora vete.
-¡Otro!
-Ya vete --el chico hizo puchero y miró a mi mamá con ojitos de perro.
-Pofavó
-¡No! --mamá rió nuevamente y le cerró la puerta en la cara.--
-¡Te veré después Hanny! ¿O debería decirte Horny? --Dijo el chico detrás de la puerta--
-¡YA VETE!
-Mamá...
-¡Oh Nena! ¡Estás despierta!
-Si.
-¡Qué bueno! Mamá tiene que ir a comprar unas cosas antes de que llegue papá, así que, si llega y aún no estoy en casa, no digas nada ¿Ok? Guarda este secretito por mamá ¿Si? Y por favor, limpia mi cuarto mientras no estoy, y prometo traerte algo ¿Está bien?
-Pero...
-Gracias mi niña, ya regreso. --y se fue--

Subí a su cuarto, agarré los guantes de siempre, y una bolsita, como siempre, la cama estaba destendida, en el cuarto hacía mucho calor y olía raro, eché los globitos con algo raro en la bolsita que cargaba, encontré los juguetes de mamá, y dos aritos unidos con una cadena y los puse en la caja de artefactos de mamá, vi un tubito con forma del empaque de la pasta de dientes que decía ser "sabor uva", mmmh, me preguntó si...
-Yo no probaría eso si fuera tu. --Escuché una voz detrás de mí y deje caer el tubito--
-¡Yo no hice nada! --levanté mis manos al aire--
-No te asustes princesita, soy yo, olvidé mi corbata aquí --me sonrió dulcemente-- ¿Tu qué haces aquí?
-Mamá me pidió que limpiara.
-¿Quieres que te ayude?
-No, gracias, yo puedo sola. --dije amable y sonreí-- ¿Le puedo hacer una pregunta?
-¡Claro! Dime.
-¿Cómo entró a la casa?
-La puerta estaba abierta querida.
-¡Oh! ¿Me haría un favor? -El chico sonrió y asintió-- ¿Puede no decirle a mamá que hablé con usted? No le gusta que hable con los invitados de sus fiestas.
-No te preocupes princesita, prometo no decirle nada a Horn... A tu madre, si tú me prometes algo -lo miré curiosa- No me hables de "usted" aún soy joven, y tú me haces sentir viejo. -Sonrió con un poco de pena-
-¡Lo siento! ¡lo siento! juro que nunca tuve esa intención --hice reverencias, muchas reverencias-- por favor, perdóneme.
-Awwww, no tienes por qué disculparte princesita. ¿Cuántos años tiene esta nena hermosa? -mostré 4 dedos de mi mano- ¡Oh! ¿Ves? La diferencia no es mucha, yo tengo 20 --sonrió, yo no sabía cuánto era, pero si él decía que no era mucho, entonces yo le creía-- Bueno princesita, debo irme, te veré luego --cerró solo uno de sus dos ojitos, mostró sus dientes y se fue- -
Continué limpiando, al terminar salí a tirar la bolsita al bote de basura, me encontré a papá y por reflejo cubrí mi cabeza.
-Buenos días enana. --dijo tranquilo, sin intención de golpearme, yo hice una reverencia y le devolví el saludo-- ¿Tu madre aún no llega? --negué con la cabeza-- ¿Cree que aún no llego? --asentí-- No le digas nada, finge que apenas llegué, voy a cambiarme de ropa. Si te pregunta por mi, solo dile que llegué hace como 30 minutos ¿Está bien? --asentí y él se fue--

Así comenzó a crearse una extraña forma de vivir, una bola de estambre que se basaba en mentiras, mamá seguía metiendo hombres creyendo que papá no se daba cuenta, papá llegaba a mi cuarto, se recostaba en mi cama, y mientras yo me escondía en la esquina del cuarto para no escuchar nada, papá me hacía la plática y así me olvidaba de lo que pasaba a mi alrededor, básicamente nos hicimos algo así como "amigos" y logré platicar con papá sin miedo, el chico amable, iba cada viernes, papá fingía no saber nada de los actos de mi mamá, y sé que ese estilo de vida no era el mejor, pero por lo menos, las manchitas moradas en mi piel y la sangre ya no era algo que debía de ver cada día, de alguna manera, mejoró la situación, pero pronto, alguien comenzaría a tirar del estambre y las consecuencias no serían para nada buenas.

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora