Quizá no me había escuchado bien, o entendió mal.
-Quiero que me enseñes a defenderme.
-Puedo ser yo quien te defienda.
-No siempre vas a estar conmigo, no quiero volver a ser indefensa, ya no quiero sentirme débil. Quiero...

Sonaron 4 disparos dentro del edificio, ambos nos levantamos del suelo, me asomé a la orilla del edificio, la alarma de incendios había sido activada y la gente comenzó a salir del edificio gritando.
-Ya están aquí. -murmuró para sí mismo.
-¿Quienes? -Me voltee para verlo. Él me miró con preocupación.
-¿Confías en mí?
-S...si ¿Por qué preguntas?
-Debemos irnos.
Tomó mi mano y salimos corriendo por la escalera de emergencia. Al salir, Dong-sun me llevaba a no sé dónde, solo podía ver cómo nos alejábamos del edificio.
-¡Ahí están!
Escuché que gritaban desde el edificio.
-Yon Sook no te detengas.
-Pero, ¿Dónde está Dak-ho?
-No te detengas, sigue corriendo.

Corrimos varias calles, después Dong-sun alentó sus pasos y pudimos caminar más tranquilos, me llevó a un callejón oscuro, nos escondimos detrás de los contenedores de basura.

-Debemos volver por Dak-ho -dije con voz suave, casi como susurro-
-Él ya no existe. -murmuró serio-
-¿Q...qué? -El asombro invadió mi cara, la preocupación y la tristeza también formaban parte de esta escena-
-¡DAK-HO HA MUERTO! ¡ESOS TIPOS LO MATARON! -se levanto mientras gritaba-
-Lo...lo siento Sun-ah
-No es tu culpa, fue su decisión la que le trajo esto.
-Pero yo desee que muriera.
-Tus deseos no lo mataron, fueron las balas.
Me miró, yo agaché la cabeza, me sentía culpable, y a la vez triste, le dije tantas cosas desagradables a Dak-ho y me arrepiento por ello.
-Hey, tranquila, todo va a estar bien. -se agachó y acarició mi mejilla-
-Pero... Era tu padre.
-¿Qué? -comenzó a reir- Dak-ho y yo no compartimos la misma sangre.
-¿Qué?
-Soy más... Cómo tú. Nos hicimos amigos por un accidente, él me ofreció su techo por una noche, y esa noche se volvieron 8 años. Se volvió mi hyung no mi padre.
-Pero...
-Mantente tranquila, ambos estamos a salvó gracias a él. Sabía que esto pasaría, los tipos de la otra noche, son malos, encontraron la casa de Dak-ho, ese día iban por mi, y por la vida de Dak-ho, si no hubieras estado tu, nosotros no estaríamos con vida.
-Entonces... ¿No fue culpa mía que te golpearan?
-Un golpe es mejor que una bala en la cara ¿No crees? Esos tipos se fueron, pero volverían, y ahora no solo por Dak-ho y por mi, sino también por ti. Dak me pidió que subiera a protegerte, pues los tipos en cualquier momento llegarían, debía mantenerte a salvo.
-Le dije tantas cosas malas, ¿Y aún así quiso salvarme?
-Él sabía que merecía todo lo que dijiste y más.

Se escucharon disparos en la calle, y gente corriendo, Dong-sun volvió a mi lado, tapo mi boca y recargó mi cabeza en su pecho.
-No tengas miedo -susurró- Todo va a estar bien.
El latir de su corazón y sus palabras hacían que mi corazón se tranquilizara. Los disparos cesaron, y la noche se hizo aún más oscura.
-Debes estar cansada ¿No es así? Puedes descansar, yo te cuidaré. -acarició mi cabello mientras estaba recostada en su pecho, poco a poco me fui quedando dormida, su respirar y sus latidos, eran una dulce canción de cuna para mí. Pronto sentí como recargó su barbilla en mi cabeza y supuse que también él se había quedado dormido. Mi cuerpo comenzó a temblar por el sereno de la madrugada, pero Dong-sun compartió de su calor conmigo, y me envolvió en sus brazos.

-Yon-Yon~ Yon-ssi~ Despierta.
-Mmh?
-Debemos irnos, ya amaneció.
-5 minutos más.
-Nop, ya es tarde, debemos encontrar un lugar más seguro. Además, necesito ir al baño.
-¿Es muy urgente?
-Mmmmmh... Yo diría que, bastante.
-Muy bien. -poco a poco abrí los ojos, pero el Sol se encargó de cerrarlos rápidamente- Estúpido Sol
-Nunca te había escuchado una grosería.
-Para todo hay una primera vez.
-No las digas.
-¿Por qué?
-No lo hagas, por favor, Sook.
-Está bien.

Me ayudó a levantar y fuimos en busca de un mejor lugar, y un baño.

-Caminas extraño ¿Estás bien? -Dong-sun se quejaba levemente a cada paso que daba-
-S...si, se me durmió un pie.
-Oh.

Seguimos caminando y por fin encontramos un baño... Uno de paredes azules, un baño portátil, ubicado cerca de un parque.
-Al fin! Un baño! Espérame aquí ¿Si? No tardaré.
-¿Puedo ir al parque mientras orinas?
-No. Quédate cerca. -Hice un gesto de desagrado- Solo quédate cerca, y te compraré un helado ¿Te parece bien?
-Suena justo.
-Procura sobrevivir sin peligros solo 5 minutos.
-Está bien.
Me fui a sentar en una pequeña barda junto a un árbol, mis pies no podían alcanzar el suelo así que los columpiaba mientras esperaba, veía a los niños jugar y a los ancianos caminando, podía escuchar a las aves cantando, que bello día, aunque sería aun más hermoso si Dak-ho no estuviera muerto, y si Dong-sun y yo no estuviéramos huyendo.

-Disculpe señorita, no quiero molestarla... -un joven alto, delgado, de cabello color chocolate con leche y ojos resguardados por sus gafas se acercó a mi- Usted... ¿Sabe cómo puedo llegar a este lugar? -señaló algo en su teléfono pero yo lo seguía viendo a él-
-N...no no, lo siento.
-Oh! Espere... -se puso a ver su teléfono- ¡Perdí mi número! -dijo frustrado- ¿Po...podría darme el suyo? -sonrió ladino y me miró.

¿Para qué le serviría mi número? Espera! Ni siquiera tengo teléfono!

-Que mal te vez coqueteándole a la chica de otro, amigo -escuché a mis espaldas-
-Señorita, por favor, acompáñeme, vayamos a un lugar dónde no nos interrumpan.
-¿Qué no escuchaste? Aléjate de mi novia, 4 ojos. Antes de que sea yo quien tenga que alejarte.
-Nos vemos en otro momento, fue un gusto, por cierto, me llamo Hyung Sik.
-Gracias, ya tengo anotado el nombre de mi siguiente víctima, y no, no se verán en otro momento, ahora LÁRGATE.

El chico se fue y Dong-sun se puso detrás de mi.

-¿Qué no te dije que no te metieras en problemas en lo que iba al baño?
-¿Novia?
-No le iba a decir que se alejara de mi hermana.
-¿Víctima?
-¿Tienes hambre?
-Quiero mi helado.
-Come primero, y pórtate bien, sino no hay helado.
-Eso es injusto.
-Se llama ''negociar"
-No, se llama Hyung Sik y él si me hubiera dado un helado.
-Te hubiera dado más que un helado, pero eso no pasará hoy.
-¿Qué?
-Vamos, debemos ir a buscar con qué alimentarte.

Vagamos por las calles, mis tripas rugían, y sé que Dong-sun lo sabía.

-¿No vas a ir a la escuela?
-Lo siento olvidé mi uniforme en casa.
-¿Y por qué no vamos por él?
-Oh! No sé, quizá sea porque hay hombres que buscan matarnos, buscándonos y tal vez esperándonos en ese lugar.
-Mmm... Es una buena opción pero no creo que sea por eso.
-Oh! Mira! Una tienda de conveniencia! Vamos a comprar algo para que ya cierres la boca!
-Sun-ah! Ese anciano! ¿Lo puedo ir a ayudar? Se le cayeron sus cosas.
-Agh! Corre, ayúdale en lo que voy a comprar las cosas.

Así fue, corrí media banqueta para ayudar a un anciano a la cual se le habían caído sus víveres.

-Yo le ayudo Harabochi.

Recogí sus cosas y las coloqué en la bolsa, el señor me regaló dos caramelos y se fue.

-Que conveniente, uno para mí y otro para... Sun-ah mira lo que me regaló el anciano por ayudarle a...!
-¡Corre!

Tomó mi muñeca y me jaló hasta haber llegado lejos de ese lugar.
-Un parque! Vayamos ahí! -Nos sentamos en una banca para poder comer-
-¡WOW! ¿Cómo conseguiste tanto?
-Eh... La señora me hizo un descuento. Tengo mis encantos.
-¿Y por qué corrimos? ¿Viste a esos hombres?
-Eh... Si, los vi a lo lejos.
-Oh! Mira! El anciano me regaló caramelos por haberle ayudado, toma, guarde este para ti.
-Gracias.

Comimos de lo que Dong-sun había comprado.

-¿Iremos a buscar otro callejón?
-Por hoy, si. Pero mañana te llevaré a otro lugar.
-¿A donde?
-Conseguí ese lugar seguro del que te hablé.
-¿Y por qué no ir hoy?
-Ya es tarde para viajar. Debemos tomar un tren, y ya no hay salidas a ese lugar hoy. Así que debes esperar.
-¿Por qué estás así? ¿No estás feliz? Has conseguido un lugar seguro para quedarnos.
-No es que no esté feliz, estoy cansado, corrimos mucho y apenas son las 3.
-Gracias Sun-ah.
-Mmh?
-Por cuidarme y alimentarme.
-Eres mi hermanita, eso es lo que debo hacer.
-¿Hermanos Kim? -el soltó una corta risa-
-Hermanos Kim -despeinó mi cabello.- Estamos en un parque, ya hemos comido, y por ahora no hay planes, ¿Quieres ir al área de juegos?
-Claro! ¿Podemos ir al tobogán?
-A donde tú quieras ir.

Subí emocionada las escaleras, era la primera vez en toda mi vida, que iba al área de juegos en un parque, estaba en la cima.
-Sunny! Mira! Soy la reina del mundo!
-Desde aquí abajo pareces una hormiga a punto de cometer suicidio.
-Voy hacia ti hermanito. Atrápame Sun-ah!

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora