Fuí a bañarme, aún tenía ropa nueva, de la que Dak-oh había comprado el día que llegué aquí, opté por ponerme un vestido azul. Puse un listón en mi cabello, me miré en el espejo y me sorprendí, nunca hubiera pensado que alguien como yo, podría tener ropa tan bonita. Dong-sun aún no despertaba, así que fui por lo que Dak-ho me pidió, no fue tan difícil encontrar la farmacia, el chico que atendía era amable, mientras él buscaba las medicinas ví un frasquito, lo tomé y me puse a leer lo que decía
- In-som-nio - el chico regreso con lo que venía en la lista-
- ¿Sería todo señorita?
-Si, por favor- Mientras el pasaba todo por la maquinita que hacía "Beep" seguí con el frasco en mi mano- Eh... Disculpe ¿Qué es esto?
-Son para el insomnio, si usted no puede dormir bien, se toma dos de esas, y no despierta hasta el día siguiente.
-¿Puedo agregar esto a la compra?
-Claro. Supongo. - le entregué el frasquito y lo pasó por la máquina-
- Serían 15,889.31 wones -le entregué el dinero y él me dió la bolsita con mis compras, reverencié y me fuí-

-Ahora... Vamos por jugo.

Había una tienda cerca, así que compré el jugo y salí de ahí.
De regreso a casa iba todo muy normal, pero un par de jóvenes empezaron a seguirme.

-Hey muñeca! Por aquí! ¿Quieres divertirte un rato? -aceleré mi caminar pero a ellos no parecía importarles- Que chica tan linda! Mira que piernas tan bellas. Se verían mejor rodeando mi cintura.
-Hey! ¿Por qué nos ignoras belleza? ¿No ves que queremos alegrarte el día? -comenzaron a caminar más rápido, al igual que yo, pero tropecé y ellos me atraparon, me llevaron a un callejón y yo empecé a gritar, me taparon la boca y empecé a llorar-
-Shhhh! No llores! Aún no te hacemos nada.
-Te prometemos que te va a gustar. -cuando ví que uno se empezó a bajar la cremallera del pantalón mientras el otro me sostenía de los brazos, me asusté-
Comencé a patalear y accidentalmente le dí en la entrepierna al que estaba frente a mi, y mordí al que me estaba sujetando, cuando me soltó, tomé la bolsita y el jugo y comencé a correr.
Mis pasos eran torpes, tenía miedo y esos tipos venían detrás de mi, se me salió el zapato, pero no tenía tiempo de regresar, para mí desgracia la calle estaba de subida, a pesar de que me dolían las piernas, seguí corriendo.

-Me las vas a pagar maldita zorra! -Tropecé y caí sobre el jugo, me levanté rápidamente y seguí corriendo antes de que me alcanzaran-

Mientras más cerca estaba de la casa, más cerca estaban ellos de mi también.

Cuando por fin llegué, entre al edificio, pero eso no los detuvo, pues entraron detrás de mi, el elevador se acababa de cerrar y no tenía tiempo para esperar a que se abriera nuevamente. Subí por las escaleras, 6 malditos pisos eran los que debía correr, ellos casi llegaban a mi, y las piernas comenzaron a temblarme, por fin llegué a mi piso, tropecé en el pasillo y no encontraba las llaves, supliqué al cielo que Dong-sun estuviera despierto, toqué desesperadamente la puerta.
-Dong-sun! Abre! Por favor! Ábreme!
-¿¡Dónde está esa maldita perra?! -escuché en el cubículo de las escaleras y golpee más fuerte la puerta-

-DONG-SUN!! ABRE!!
-Ahí está! - Me vieron, corrieron hacia mi, creí que era mi final, hasta que Dong-sun abrió la puerta-

-¡¿Por qué el escándalo?! ¡No dejas orinar a gusto! ¿Qué no traes lla...
-¡Quítate! -lo empujé y caí sobre él, me levanté rápido a cerrar la puerta para ponerle llave-
- Volveremos por ti zorra! -me recargué en la puerta y me dejé caer-
-¡¿Qué pasó?! ¡¿Quiénes eran esos tipos?! ¡¿Qué querían?! ¡¿Por qué hueles a naranja y por qué te falta un zapato?! -me solté a llorar y Dong-sun se preocupó más- ¿Estás bien? ¿Te hicieron algo? Estás sucia... Ven levántate. - Me ayudó a levantar y nos sentamos en el sillón, después se levantó y me trajo un vaso con agua- Tranquila, ya pasó. Respira. -Logré recuperar la respiración y dejar de llorar.- Ahora si, dime qué pasó.
-Fuí por unas cosas que me pidió Dak-ho, y cuando venía de regreso a casa, esos tipos empezaron a seguirme, me llevaron a un callejón, y cuando quisieron... - lágrimas caían otra vez por parte mía- pateé a uno "ahí" y el otro se enojó y me empezaron a perseguir, dijeron que eso no se iba a quedar así, tropecé y caí sobre el jugo, lo siento, después iré a comprar más, lo prometo.
-¡El jugo no importa en este momento! Aish! Esos malditos! ¿Cómo se atreven a hacerle eso a mi hermana? -Dong-sun secó las lágrimas que caían por mis mejillas con sus pulgares- Ya no llores, ya estás a salvo. Aquí ya no te harán daño.

Después de estar un rato sentados en el sillón, en medio del silencio, se escucharon las tripas de Dong-sun reclamar por su comida.

-Lo siento - cubrió su panza y yo reí-
-El desayuno está listo, ven vamos. -Se sentó en la barra de la cocina y le di su desayuno, mientras él se alimentaba, ví un botiquín bajo un mueble y me puse a guardar la medicina-
-¿Tu no vas a comer?
-Se me fue el hambre con el susto -Seguí guardando la medicina, Dong-sun tomó su plató y se sentó en la barra junto a mi-
-Di "Ah" - me apunto con su cuchara llena de comida-
-Ya no soy un bebé.
-¿Qué el bebé no quiere comer? Mmmh... Entonces yo tampoco lo haré, quizá pusiste veneno en la comida para que muera. Oh! O peor aún, para que no vaya a la escuela!
-¿Qué no es eso lo que quieres? Por cierto, no te ves tan enfermo.
-¿Por qué crees que tardé en abrir la puerta? Interrumpiste mi cita con el retrete.
-Buaj! Asco! - reí-
-Anda! Si no comes, tampoco lo haré, no quiero ser envenenado por una pitufina olor a naranja.
- No está envenenado!
-Entonces cómelo!
-Si lo hago ¿Me dejarás en paz?
-Mmmh, no, pero me comeré la mitad de lo que me diste.
-¿La mitad?
-Tu debes comer la otra mitad, el veneno en pocas porciones no mata, solo intoxica, quizá solo comiste esa cucharada para cerrarme la boca, y esperas a que yo me coma lo demás para que muera.
-Que no está envenenado!
-Entonces intoxiquémonos los dos juntos. Si me carga la fregada, nos carga a ambos.
-Ash! Que niño tan dramático! -saqué otra cuchara del cajón y me puse a comer con él- ¿Feliz?
-Nop, pero al menos ya no tengo hambre. Ay no!
-¿Qué?
-Tu veneno me está haciendo efecto.
-¿Qué?
-Que te quites porque debo ir a terminar mi cita! -me hizo a un lado y se fue corriendo al baño-
-Hey! Ese baño es de mi propiedad!
-Le estoy dando otra decoración, lo estoy ambientando!
-¿Sabes qué? Quédatelo, ni me gustaba tanto. Me quedaré con el que está frente a tu cuarto.

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora