Un gran golpe dado a mi puerta me despertó, era del hombre a cargo de mi, quien había llegado a despertarme.
-¡5 minutos más, por favor! -Exclamé aún exhausta, la noche se me había hecho muy corta-
-No. Levántate, el jefe quiere verte.
-¿Qué hora es?
-6:30 ahora, levántate.
-¡Es muy temprano!
-No te pregunté

Entró a mi habitación y me cargó en su hombro como si se tratase de un costal de papas, me llevó a no sé dónde, realmente iba más dormida que despierta, al llegar me sentó en una silla, medio abrí los ojos y vi las siluetas de dos personas.
-¡YA DESPERTÉ!
Exclamé al ser recibida con agua helada en la cara, al parecer el anciano había encontrado una excelente forma de espavilar a la gente, él se encontraba sentado, frente a él,un gran escritorio, junto al anciano estaba Wang, y frente al gran escritorio estaba yo.
-Me alegra saber que has despertado querida, y me da gusto verte aquí, espero hayas dormido bien.
-Realment...
-Que bien, bueno, el objetivo de que estés aquí es para que te enteres como es la forma de vida en este lugar, las reglas que debes seguir y lo que debes hacer para seguir aquí. Creo que ya notaste que eres la única mujer aquí.
-Si señor.
-Por eso Wang está a cargo de ti. Él evitará que algún otro hombre se te acerque, pero tú debes cumplir con lo que te toca, o Wang dejará de hacer lo que a él le toca, ¿Entiendes?
-S...si, entiendo. -bajé la mirada-
-¿Cuántos años tienes? Te ves muy joven.
-Aún no cumplo la mayoría de edad
-Muchos aquí tampoco, pero te ves más pequeña que ellos.
-¿Qué debo hacer? -intenté desviar la pregunta-
-Eres la única mujer, así que serás ... La "tarjeta de crédito" para conseguir "las herramientas" para trabajar. -él habló con malicia, yo no entendí pero logró no solo intimidarme, sino también, alertar a Wang-
-Pero señor, ella aún es menor
-La hace más atractiva
-Pero señor, ella no le servirá de mucho.
-¿Qué te hace creer eso?
-No puede hablar sin tartamudear, siempre mira el suelo y...
-¡Mejor de lo que esperaba! ¡Es sumisa!
-Al menos déjeme encontrarle alguna otra utilidad, estoy seguro que puede servir de algo más que una forma de transacción.
-¿Otra utilidad?
-Si, déjeme buscar en que puede servir, quizá pueda ser de gran ayuda en algún encargo, o lavando ropa, cocinando, quizá sea más que una cara bonita, señor.
-Mmmmh...
-Si no sirve en alguna otra área, mínimo que aprenda a defenderse.
-¿Defenderse?
-Si, defenderse, si en alguna transacción, las cosas se salen de control, no habrá nadie que la puede proteger y usted perderá su "tarjeta de crédito".
-Entonces tu le enseñarás eso también, busca en algo que esta chica pueda servir, y si no tiene gracia para nada, será únicamente la forma de pago.
-Si señor, gracias señor.
-Yo...
-Querida Mi-suk acabas de escuchar, recibirás entrenamiento por parte de uno de mis mejores hombres, así que aprende rápido, y sólo te recuerdo, debes obedecer o de lo contrario tu castigo podría ser como el de los demás ... O peor.
-¿Puedo saber ... Por qué debo ser entrenada?
-Para que puedas mejorar en este trabajo
-¿Qué trabajo?
-Que te lo explique Wang, yo no tengo tiempo. Solo debes saber que como te comportes puedes ganar o perder en este lugar. Y que Wang tiene todo mi consentimiento para corregirte cada vez que sea necesario, pues él es quien se hará cargo de ti y tu vida está en sus manos, si mueres o te pasa algo, será su sangre la que correrá.
-Creí que usted era como un padre para mí.
-Te lo pongo así ... Yo soy el rey y este es mi pueblo, él es tu padre y tú su hija, mi deber es alimentar y proteger a mi pueblo por igual, hacerlo fuerte y protegerlo, tu padre debe guiarte, protegerte, educarte, y tú, tu padre, y el resto del pueblo, con gratitud deben responder de buena forma ante su rey, protegiéndolo y siendo fiel a su reino. ¿Comprendes?
-¿Hay más reinos?.
-Si, y si en algún momento traicionas, tu último suspiro dolerá más que el primero.
-Entiendo, señor.
-Que bien. Ahora vete, tengo cosas que hacer. Wang, tu hija, largo.
-Si señor -hizo una reverencia y me obligó a levantarme y apresurarme-

Ya estando lejos de la oficina me llevó a una habitación con muchas regaderas, las cuales no estaban separadas ni siquiera por una cortina.

-Esta es la ducha.
-No hay cortinas.
-La privacidad es un privilegio que no puede ser dado en todos los lugares. Además, somos una familia, y no hay nada que ocultar.
-¿Se bañan todos juntos?
-¿Crees que hay 17 regaderas solamente para que una persona las use? Es incluso tonta tu pregunta.
-¿Entonces yo también deberé hacerlo?
-Puedes correr tus riesgos.
-¿Riesgos?
-La familia que está acostumbrada a verse, tiene ciertas "características" en común, y tú siendo un nuevo integrante de la familia, aparentemente tienes otras características distintas a la de los demás.
-¿Características? Oh! Ya entendí! Si, es obvio, 16 hombres y una mujer en un baño, desnudos no es buena idea.
-Depende como quieras verlo.
-¿Entonces no voy a bañarme nunca?
-Eso sería asqueroso, si estás aquí, es por algo, vete a bañar.
-Pero...
-Yo voy a cuidar que nadie entre, no te preocupes.
-¿Y tú?
-Mi vida vale más que un capricho de ver a una adolescente desnuda, así que no te preocupes, no voltearé.
-¿Y con qué voy a secarme?
-... Usa una de las toallas que estén por ahí, después conseguiré una solo para ti.
-Ok.

Fui a bañarme, era incómoda la sensación de estar desnuda en un lugar donde la población era muy en su mayoría de hombres, pero tenía que adaptarme ¿No? Este era el nuevo orfanato a dónde Dong-sun me había venido a dejar. Terminé de ducharme, me envolví en la toalla y salí
-Estoy lista! -él volteó y me miró-
-Bien, ahora vamos a tu cuarto.

Caminamos por el pasillo hasta regresar a mi cuarto.

-En la cama te dejé una bolsa con ropa, ponte la que te quedé y deja lo demás allí, alístate, arregla tu cama y cuando termines avísame.

Cerró la puerta, cuidó que nadie entrara o espiara mientras yo me vestía, tuve que ponerme la misma ropa interior, ya que era lo único que no había en la bolsa, un pans y una blusa blanca era lo menos revelador y más cómodo que encontré, al terminar de hacer lo que él me había dicho, toqué la puerta avisando que estaba lista.

-¿Trabajarás en pantunflas?
-En la bolsa no había otros zapatos.
-Después te conseguiré unos, por ahora, ven, que necesito que entiendas todo.

Salí del cuarto y lo seguí, caminamos por algunos pasillos.
-Aquí se lava la ropa, aquí es donde hacen la comida, allá es el comedor... -él solo iba señalando las puertas mientras caminábamos, no nos detuvimos en ninguna.-
-¿Por qué no entramos a ninguno de los cuartos que me mencionó?
-Ya tendrás tiempo para ir, por ahora solo necesito que hagas lo que yo te digo, así avanzaremos más rápido.
-Está.. bien. ¿Por qué hay tantos pasillos?
-Porque en uno solo no caben tantas cosas ni personas.
-¿A dónde vamos?
-Al patio
-¿A jugar?
-A entrenarte.
-¿Para qué?
-Porque aquí no vivirás de gratis, debes ser útil en algo.
-¿En qué podría ser útil?
-Es algo que debo averiguar, no sé de qué tengas madera.
-¿Qué debo hacer?
-¿Sabes manejar armas?

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora