Por primera vez pude tener una cama propia, limpia, casi nueva, con cobijas, cuando era niña, mi cama tenía insectos, agujeros y olores extraños, pues papá la había encontrado en un callejón cubierta de basura, me recosté y pude dormir sin preocupación o drogas en mi sistema.
Pero mi mente fue manipulada por tanto tiempo, que desacostumbrarla no sería algo sencillo, proyectó más pesadillas, pero éstas no eran de cosas que yo había vivido, sino de... traumas de mi pasado, y escalofriantes escenarios; yo estaba corriendo en la noche, y una multitud me perseguía, entonces caí. Y desperté asustada.
Dong-sun estaba en mi cuarto, fue él quien me despertó.
-¿Estás bien? Estás sudando.
-S-si.
-¿Segura?
-¿Qué haces aquí?
- Dak-ho me dijo que viniera a avisarte que la cena ya está.
-¿Qué hora es? - él sacó su teléfono y yo me congelé-
- 8:00 p.m - dijo sin quitar la vista de la pantalla, después me miró- ¿Estás bien? No voy a hacerte nada - yo estaba abrazando mis piernas, él intentó acercaste y escondí mi cabeza, cerrando los ojos- tranquila, no te haré daño. -puso su mano en mi brazo pero no intentó jalarme, después acarició mi cabello- Vamos a cenar ¿Si? Dak-ho se molestará si no bajamos. Por favor mírame. - y dudando lo hice- no se quién seas, no te conozco, y no sé por lo que hayas pasado, pero ya no debes temer, aquí estarás a salvo, Dak-ho y yo te protegeremos de cualquier cosa, y no dejaré que algo te lastime, pero debes confiar. - me mostró su mano con la intención de que yo la tomara- Vamos a cenar. - tomé su mano y ambos fuimos a dónde estaba el otro chico-

-Por fin! Creí que nunca vendrían. ¿Por qué tardaron?
-Tu visita tiene el sueño pesado, costó trabajo despertarla.
-Oh! Mi princesita debe estar cansada.
-¿Vamos a cenar, o puedo regresar a la habitación? - mostré un poco de prisa al hablar-
-Que te apures dice. - comentó el chico con el que vine y sonrió burlón. Dak-ho se tomó mi comentario con gracia y empezó a servir la cena-
-Más les vale a ambos terminarse todo, no me pase la tarde entera en la cocina para que no aprecien lo que hago.

Nos sentamos a la mesa, y comenzamos a comer.

-¿Nunca habías comido kimchi?
-N-no es eso, la comida no sabe a basura. - dije tímida y el chico soltó una gran carcajada mientras Dak-ho se atragantaba con su bebida-
-¿Q-qué?
-No me lo tomes a mal, la comida está deliciosa, pero desde que tengo memoria, papá siempre llevaba a la casa comida pasada, o mamá tenía que buscar comida en la basura cuando papá no le daba dinero, o a veces la comida estaba cruda o quemada. Y en el psiquiátrico, solo nos daban un "puré de papas" que realmente era una mezcla de 17 pastillas diferentes, hechas polvo y mezcladas con una masa extraña.
-Genial! Drogas gratis! Eso a ti te convendría Dak-... Ouch! - Dak-ho pateó al chico en la pierna, antes de que terminara de hablar, acto el cual no entendí-
-Oh lo siento Sun-ah, me dió un tic en la pierna.
-Como sea, dijiste que nos ibas a presentar.
-Cierto, princesita, él es mi dongsaeng Kim Dong-sun.
-Y aparentemente soy mayor que tu, así que me debes respeto, anda por toda la casa si quieres, marca el baño como tu territorio si a si te parece bien, pero NO toques mis cosas. - aclaró y dejó su teléfono sobre la mesa, la linterna estaba prendida, y recordé las grabaciones que me hacían los de mi salón, cuando los hombres abusaban de mi, y me grababan, y al estar en un lugar oscuro, tenían que prender la linterna-
- Dong-sun sabes que el teléfono no debe estar en la mesa, y tienes la linterna prendida.
-Lo siento. - ambos me miraron, y notaron que me quedé inmóvil viendo el teléfono de el menor-
-¿Estás bien?
-Dong-sun apaga tu teléfono y guárdalo ya.
-Ya voy, ya voy.
-Princesita, ¿sucede algo? - pero no podía responder, mi mente seguía atascada en esa tormenta de recuerdos, de torturas-
-Esta.... Llorando.
-¿Princesita?
-Y-yo...
-Tranquila, todo está bien. -Dak-ho puso sus brazos alrededor de mi, reaccioné y me alejé de él- Lo siento ¿Te lastimé? - negué con la cabeza- ¿Quieres irte a tu cuarto? -y volví a negar-
-Entonces sigamos cenando.
-Él es Dak-ho, un imbécil que te quiere.
-Así es, soy un imbécil que te sigue tolerando, y a ti, te cuidaré.
-Pero...
-Ya eres parte de la familia, normalmente la casa está sola, porque yo trabajo casi todo el día y Sun-ah va a la escuela. Así que siéntete libre de tomar cualquier cosa, siempre hay comida en el refri, en la tele hay muchos canales, películas, hay internet... Y puedes agarrar los juguetes que Sun-ah guarda.
-¡¿Juguetes?! -me asusté, pues los únicos que conocía eran del tipo "los que usaba mi mamá" y Dak-ho lo sabía-
- Tranquila, son otro tipo de juguetes.
-Tiemblas mucho - Dijo Dong-sun al ver mis manos- ¿Eres pariente de los "Chihuahua"?
-Dak-ho soltó un fuerte suspiro y me miró con ternura a los ojos- Sé que no confías en nosotros, y que no lo harás de la noche a la mañana, pero puedo asegurarte que aquí ya no corres peligro, estás a salvo.

Después de cenar Dong-sun recogió la mesa y se fue a su habitación, yo antes de irme, detuve a Dak-ho para poder hablarle.

- D-dak... - hablé mirando el suelo-
-¿Sucede algo princesita?
-¿Puedo pedirte un favor?
-Claro pequeña! Dime.
-¿Recuerdas lo que hablamos en la mañana?
-Sobre ti
-¿Puedes... Mantenerlo en secreto?
-¿Qué quieres decir?
-¿Puedes no contarle nada de lo que te dije al chico?
-¿Te refieres a Dong-sun?
-S-Si
-Está bien, no te preocupes, no diré nada, ya vete a dormir, ya es tarde.
-Gracias -Dak-ho besó mi frente y despeinó mi cabello-
-Bienvenida a casa.

Fue lo último que dijo antes de irse a hacer sus cosas, yo fuí a mi habitación y me recosté. Era la primera vez que alguien me daba un beso sin malicia, un beso el cual no me obligaban o lastimaban, incluso siendo en la frente, sentí su dulzura, era algo nuevo para mí.

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora