Desperté, poco a poco abrí mis ojos, la luz que decidió lastimar mi vista, me obligó a entrecerrarlos.

Estaba en el suelo de la cocina, ya no se escuchaban golpes, ni insultos, ya no se proyectaban sombras en la pared...
¡Oh! ¡Espera! ¡Una sombra! ¡Se dirige hacia acá!
Fingía aún estar dormida, no quería problemas.
-Hey! Princesita! -escuché su suave voz y mi piel se erizó- Princesita... Despierta - sacudió un poco mi cuerpo, suavidad y ternura, solo eso...-

Sentí su respiración cerca de mi rostro, él estaba frente a mi, y me negaba a abrir los ojos para verlo, sé que todo esto era mi culpa, pero no quería que él me lastimara, de pronto sentí que mi cuerpo volaba, ya no estaba en el suelo, Dak-ho me estaba cargando, entré en pánico, tenía miedo, quizá era hora de castigarme.

-¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! ¡SUÉLTAME! -abrí rápido los ojos y comencé a golpear su pecho-
-Ah! Estáte quieta! Tranquila princesita, los tipos malos ya se fueron -dijo aún sereno intentando evitar que me cayera-
-¡SUELTAME! ¡AAAAHHHH! -se asustó por mi grito y por el golpe que le di en la cara y me soltó-

-Ouch! - de nalgas al suelo-
-Lo siento princesita! ¿Estás... Bien? -su rostro cambio de preocupación a confusión al verme retroceder cuando él quiso acercarse a mi- Tranquila, soy yo, Dak-ho, no tengas miedo... -buscaba estar cerca de mi- estás a salvo -pero dejé de confiar en esa frase, y más si eran sus labios quienes la pronunciaban-
-Yo...
-Tranquila
-¡ALÉJATE DE MI!
-Pero...yo...n...no entiendo -quizo poner su mano en mi hombro pero la aleje-
-¡SÓLO ALÉJATE!- como pude me levanté, lo rodee y me dirigí al baño-

-¿Qué pasa? -Dong-sun en el pasillo estorbando para que no pueda entrar- ¿Por qué tantos gritos? -agaché mi cabeza-
-Lo siento sunbae.
-¿Sunbae? -los dos cuestionaron con notoria confusión-
-Yo... ¿Me da permiso? Quiero ir al baño.
-No.
-¿Q...qué?
-Has estado muy extraña, tenemos que hablar.
-Perdón sunbae, pero, es que realmente no quiero hablar.
-No te estaba preguntando -tomó mi brazo y me obligó a ir con él a dónde estaba Dak-ho-

Me sentó en el sofá mientras ellos se quedaron de pie frente a mi, mantuve mi cabeza agachada, mirando mis manos que temblaban en mi regazo.

-¿Qué sucede? -Preguntó Dak-ho. -¿Qué está pasando? ¿A qué le temes? ¿Por qué te comportas así? -Continuó en busca de mis respuestas, sin embargo, no planeaba hablar-
-Kim Yon Sook, responde. -Ambos volteamos a ver al menor-
-"¿Kim Yon Sook?"
-No me llames así -me limité a responder y bajé nuevamente la mirada-
-¿Ese es tu nombre? -preguntó incrédulo-
-No vuelvas a llamarme así
-¿Qué?

Una pequeña alerta se activó en mi cabeza "Estás siendo informal" "Estás alzándoles la voz"
-Quiero decir... Lo siento.
-¿Por qué estás actuando así Kim?
-No me llames "Kim".
-Responde la pregunta, ¿Por qué estás actuando así Kim?
-No me llames Kim. -Comencé a molestarme, comencé a alterarme, quería llorar, en mi cabeza hablaban muchas voces a la vez, preguntando la misma cosa, y entre ellas resultaba la de él, pero ninguna se callaba, mi cabeza daba vueltas, quería explotar-
-¡SÓLO RESPONDE LA MALDITA PREGUNTA KIM YON SOOK! ¡¿POR QUÉ TE COMPORTAS TAN EXTRAÑO?!
-POR SU CULPA- señalé a Dak-ho y él abrió los ojos confundido- ÉL ME OBLIGÓ A PERMANECER ASÍ -Y... la bomba explotó, no pude contenerme más, quería respuestas, mi boca no callaría hasta haber dicho todo-
-¿Yo?
-¿Qué?
-ME PROMETIÓ QUE ESTARÍA A SALVO EN ESTA CASA, QUE NADIE ME DAÑARÍA, PERO LA NOCHE QUE LLEGASTE TARDE A CASA, ÉL LLEGÓ EBRIO A MI HABITACIÓN, ME OBLIGÓ A... -las lágrimas comenzaron a desbordarse pero no impidieron que siguiera hablando- ME VIOLÓ, Y ME AMENAZÓ, DIJO QUE SI DECÍA ALGO A ALGUIEN, ME IRÍA PEOR,DIJO QUE SI ME ACERCABA A TI, ME CASTIGARÍA, QUE DEBÍA MANTENERLES UN RESPETO Y ALEJARME DE TI, POR ESO PREFERÍA MIL VECES HABER SIDO SECUESTRADA POR ESOS TIPOS A QUEDARME AQUÍ, PUES SI ÉL VEÍA QUE TE HABÍAN DAÑADO POR MI CULPA ME DAÑARÍA Y...-
-KIM YON SOOK MÍRAME -tomó mi rostro y me obligó a verlo- Estoy bien, tranquila. -Mentía, su ojo estaba morado, y en su labio había sangre- No te preocupes por mi.
-Suéltame -dije de forma seca-
-¿Qué?
-Ambos prometieron cuidarme, y ninguno lo hizo, ambos prometieron que estaría bien, y no cumplieron su promesa. ¡AMBOS ME MINTIERON! ¡ÉL DIJO QUE ESTARÍA SEGURA Y NADA DE LO QUE HABÍA PASADO SUCEDERÍA OTRA VEZ Y TU DICES ESTAR BIEN CUANDO LA CARA LA TIENES HERIDA PORQUE DOS GORILAS TE GOLPEARON POR MI CULPA, ME MIENTES A LA CARA!
-Y...yo, Yon Sook.
-¡NO QUIERO ESCUCHAR NADA QUE VENGA DE TI, OJALÁ TE MURIERAS, OJALÁ NUNCA ME HUBIERAS ENCONTRADO, OJALÁ NUNCA TE HUBIERA CONOCIDO! -Y fue lo último que mi boca grito antes de salir de la casa.
Era un edificio, así que no era necesario que saliera a la calle, tomé el asesor y presione cualquier botón que me llevará al piso más alto de ese lugar. Un piso donde el final del pasillo había una salida, genial, lo que necesitaba, abrí la puerta y eran escaleras de emergencia, las subí hasta llegar a la azotea.

Vaya, tantos recuerdos de un lugar en el que nunca había estado, me senté a la orilla, a admirar el paisaje de la gran ciudad.
Pocos minutos después escuché la puerta abrirse.
-YonYon-ah ¿estás aq...? ¡No lo hagas! ¡Detente! -Se abalanzó sobre mi alejándome de la orilla- ¡¿Estás loca?! ¡¿Por qué te ibas a lanzar?!
-¡¿Estás loco?! ¡¿Por qué debería lanzarme?! ¡SOLO ESTABA VIENDO EL PAISAJE! ¡NO PLANEABA SUICIDARME! Al menos no por una pelea entre personas que desconozco. Ahora... ¿Te quitas de encima? Pesas.
-Lo siento -se levantó y me ayudó a mi- ¿Estás bien? -solo me encogí de hombros-
-¿Dak-ho te mandó a buscarme?
-Vine para que no estuvieras sola.

Me senté en el suelo, ya que si volvía a sentarme a la orilla era probable que se abalanzara de nuevo sobre mi, él se sentó junto a mi, al tener un pequeño muro frente a mi, no podía ver la ciudad, así que, opté por levantar la mirada y ver las estrellas.
-Asi que... "Kim Yon Sook" eh?-lo miré con la petición en mis ojos, de que fuera directo al grano, pues no le estaba entendiendo- ¿Ese es tu nombre?
-Es el nombre que tú me diste
-¿Cuál es tu nombre real?-sonreí-
-Por ahora, sólo llámame así.
-Creí que lo odiabas.
-Aún si lo odio, seguirás llamándome así. -sonrió dando razón a mi argumento-
-Estás en lo cierto.
-¿Por qué "Kim"?
-Eres mi hermana pequeña ¿Recuerdas? Yo soy Kim -dijo mientras se señalaba a sí mismo- Tu eres Kim
-¿Y Dak-ho?
-No, él es un patán. -Ambos reímos por el comentario, y una vez calmadas las risas, volvimos al ambiente de tranquilidad- Por cierto, lamento lo que te hizo.
-Solo, olvídalo.
-No, de verdad, tienes razón, prometí protegerte, y no lo hice.
-Estabas casi del otro lado de la ciudad, y no tenías ni idea que algo así podría pasar, así que, no debes preocuparte.
-Oye... nada de esto es culpa tuya, los golpes que me dieron, lo que te pasó, nada de esto lo provocaste tu, fue culpa de Dak-ho.
-¿Qué?
-Fueron por sus decisiones. Involucró a gente al decidir y ahora sus consecuencias arrastran a más personas, no solo a él.
-Como sea.

Realmente me hizo sentir aún más débil, no podía defenderme, pero tampoco podía decírselo a Dong-sun, era algo que solo debía dolerme a mi.

-¿Puedo hacerte una pregunta Yon-Yon?

Era lindo poder escuchar como me llamaba con tanta dulzura, como ponía apodos sin intentar lastimarme al llamarme con ellos, mi corazón se enternecía cada que él me llamaba.

-Claro, dime.
-¿Qué son esas marcas?
-¿Marcas?
-En tus piernas

Pero a veces, odiaba que fuera tan curioso.

-Son... Simples accidentes
-Los accidentes no tienen tantos detalles.
-Claro que sí, mírame.
-¿Qué?
-Espera... ¿Cómo sabes de las marcas?
-¿Recuerdas el día que no me dejaste orinar tranquilamente? Ese día donde llegaste oliendo a jugo de naranja.
-Agh, ese día -rasqué mi nuca-
-Caíste encima de mi, tus piernas estaban rodeando mi cintura, y mientras tú te asegurabas de que quien quiera que te estuviese siguiendo ya no estuviera a fuera, se levantó un poco tu vestido, y... Las pude ver.
-¿Y por qué no lo dijiste antes?
-Ese día estabas muy asustada, y desde ese día dejaste de usar ropa que mostrará tu figura, creí que no te gustaban tus piernas, y por eso las cubrías.
-Es más cómodo cuando no llamas la atención.
-¿Por eso robaste mis pantalones?
-¡¿Qué?! Yo...
-Tranquila, no te asustes -dijo con una tierna sonrisa- lo sé desde que los tomaste, quédatelos, se qué te gustaron.
-Gracias sunbae -agaché la cabeza-
-No me llames así, se qué desde el primer día te dije que era mayor que tu, y que debías respetarme, pero no exageres, me haces sentir más grande.
-¿Te sientes viejo?
-¿Un viejo sabroso? Si, pero no es por eso, me haces sentir con más responsabilidades, y me cansa pensar en eso. -solté una risita, y el sonrió-
-Eres ya un Ahjussi, te cansas con tan solo pensar.
-Agh! Está Hoobae! -trono ligeramente los dientes, y negó con la cabeza, me hizo recordar al drama que mamá veía en casa por lo que me causó gracia su acción-
-Ahjussi!
-No me llames así!
-Ahjussi! ¿Le puedo pedir un favor?
-Aish! Tan Insolente pero tierna, ¿que le puedo hacer?
-Quiero que me enseñe a defender. -dije con voz tierna, como si de una niña pequeña se tratara-
-¿Qué? -pero mi petición aparentemente sonó en su cabeza como algo que no debí decir, pues su sonrisa se borró-

El Origen de la SangreDonde viven las historias. Descúbrelo ahora