Me sentía completamente débil y vulnerable. Nada común en mi. Como pude, bajé de mi lujoso coche que era conducido por Walter. La mansión que tenía frente a mi, mejor conocida como mi hogar, ya no me parecía la gran cosa en particular. De hecho, comenzaba a molestarme que únicamente contara con 10 habitaciones. La mayoría de las alcobas que sobraban que eran 7, o bueno 8, mi hermano Shane, jamás estaba en casa. Odiaba que fuese tan mujeriego. En fin, esta era solo una parte de mi miserable vida.
Al entrar a casa, sentí un horrible dolor en el vientre. Con fuerza, me sostuve del Pilar que había al entrar. Se sentía horrible, pero, conforme paso el rato, ese dolor fue disminuyendo hasta desaparecer.
Con cuidado, subí las escaleras hasta llegar a mi habitación. No era raro que me encontrara sola, de hecho, mis padres estaban viajando todo el tiempo. Justo ahora debían de estar en Alemania arreglando un asunto de "negocios".
Mi habitación era enorme. Claro, ¡Es mía!. Me recosté en la cama y tomé mi teléfono, con obvia arrogancia revisé todos mis contactos y al ver el número de una persona, me decidí a llamarla..
-¿hola?
-Hola, cariño.
-¿Qué quieres Wen?
-¡Qué frío! Hoy es 9 de Mayo.. ¿Dónde estás?
-Eso no te importa, por favor, dejame en paz.
¡Me colgó el hijo de perra!
Molesta, caminé hasta el baño, necesitaba urgentemente una ducha. Hoy había arruinado la relación de la estúpida de Keyla y Robert. Sabía que con una mentirilla el idiota de Robert la alejaría. Bueno, el prometió que la dejaría en malos modos para que no sospechara nada, espero y cumpla su de promesa.
Si Robert supiera que el hijito que espero no es de él.. Me da mucha ternura que hubiese actuado como un padre responsable diciendo que se casaría conmigo y que cuidaria de mi bebé. Obviamente yo no acepté casarme con él y al explicarle que no quería a Gale en una relación con Keyla, Robert se puso de mi lado. Amaba mi poder de control.
Yo soy lo suficientemente inteligente como para terminar con un estúpido como lo es Robert. Es obvio que el estuvo entre mis piernas, pero jamás tendría un bebé de él.. Nunca.
La bañera ya estaba lista. Desenredé el nudo de mi bata y al instante terminé desnuda.
Cuando entré en la tina, mi cuerpo se estremeció al sentir como el agua calentita me rodeaba. Debía admitir que no había nada mejor que un buena ducha para disfrutar.
El tiempo corrió verdaderamente rápido, eran las 4:28 pm cuando me salí de la tina. Había durado una hora en el agua, por dios.
Me sequé y me vestí con un vestido amarillo ceñido al cuerpo, escogí unos tacones claros y peine mi cabello lacio en una cola.
De nuevo, tomé mi teléfono y tras llamar a uno de mis amigos, quedamos de vernos en su casa.
Al entrar a su casa me sentía un poco mal, de nuevo tenia ese molesto dolor en el vientre. Charles era el nombre de mi amigo. Al verme, me beso ambas manos y luego los labios. Era algo muy común que lo hiciera, después de todo nos conocíamos MUY bien.
Como siempre, me invitó a entrar a su habitación mientras el preparaba unas bebidas. Yo, acostumbrada a ir a ese lugar, obedecí, después de todo no era algo malo si todavía no estaba casada, además era un completo millonario. ¿Porque no podía aceptarlo?
Sabía de memoria el camino a la alcoba. La cama siempre tenia sábanas blancas y el ventanal que tenía a un costado siempre me había gustado. La vista desde la ventana, era un mirador de todo Manhattan, podía ver hasta los rincones más pequeños en el barrio chino.
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Recuerdos©
Random"Igual que las demas" Ese, era mi lema. Lo diferente es malo. La sociedad apesta y el amor.. No es un mito.