Capítulo 8

116 10 2
                                    

   El día de la fiesta finalmente llegó. Gale había quedado de pasar por mi a las 8:00 y estoy segura que no debe tardar.  Estoy arreglando mi cabello, el cual recogí en un moño bajo elegante, opté por vestir un vestido largo color ciruela con una abertura en la espalda en forma V, estoy casi segura de que a Gale le encantará.

Termino de colocarme los pendientes en el lóbulo de mi oreja. Los accesorios son en color dorado. Mi maquillaje esta un poco pesado, sombra tipo smokey, un poco de color en mis mejillas, pestañina y un labial obscuro en tono tinto.

¡Guau! Todo junto se ve espectacular.

Por último, tomo mis tacones altos dorados y decido no calzarlos hasta bajar todos los escalones.

Mientras bajo a la sala, oigo que tocan el timbre y me ofrezco a abrir, pero mi madre se adelanta mientras yo termino de ponerme las zapatillas.

Al abrirse la puerta, observó parado ante mi a Gale vestido con un traje completamente negro y una corbata roja. Esta deslumbrante, pero cuando me acerco a él para recibirlo correctamente, lo único que veo en sus ojos es asombro. No esperaba esta faceta de mi.

Me doy una vuelta por mi lugar y cuando termino de darla sonrío.

—¿Qué tal me veo? —pregunto inocentemente.

—Estas.. Preciosa. 

Mi madre, quien sigue ahí, sonríe.

—¿A que Gale también luce apuesto? —mi madre escanea a fondo a Gale y chasquea la lengua.

—Por supuesto. —respondo sonriendo.

Gale se sonroja y agradece los comentarios aduladores, con lo que doy por terminada la conversación y ambos salimos de casa, no sin antes habernos despedido de mi madre.

***

Estando en el auto, la música nos envolvia, por lo que no charlamos en el trayecto a casa de Wendy.

***

Llegando a la casa de Wendy todo se veía lujoso y caro, pero eso no me hacía sentir mal siendo una joven de clase media, por lo que traté de comportarme como una persona parecida a las que estaban en la fiesta.

Gale, por lo contrario, actuaba como siempre así que decidí desistir de la idea de actuar como una chica millonaria y ser la yo de siempre.

La fiesta se dió a cabo en el jardín de la mansión Llaillay, la cual era enorme y que recorrimos sin problema alguno.

Al llegar donde todos los comensales estaban, decidimos sentarnos en la mesa en la que charlaban los familiares de Gale. Desde que Gale me llevó a su casa no veía a Zara ni a su prometido, ni que hablar de Robert.

Cuando nos acercamos, ví a una joven que saltó de la mesa para saludar, en especial a Gale, con efusividad. Luego de que el largo abrazo de saludo terminara, Gale volvió a mi lado y me tomó de la mano.

—Marina, ella es mi novia Keyla Hamlin.

Marina me miró lentamente, como si no pudiera comprender o asimilar algo.

—¿Ella es tu novia? —pregunta señalándome con asombro.

Toda esta situación me incómoda porque si bien, podría ser una de sus ex novias.

Gale ríe y asiente con la cabeza. Marina vuelve su vista a la mía y me abraza con una sonrisa pintada en su rostro.

—¡Qué gusto!

—Opino lo mismo—digo sonriendo sin comprender nada de lo que sucede cuando ella se separa de mi.

Gale, como si pudiera leer mis pensamientos, se coloca al lado de Marina y la toma por los hombros. Sigo confundida. Gale vuelve a reír y la chica también.

Recuerdos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora