Capítulo 9

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Al llegar a casa, tenía la pequeña preocupación y la pequeña duda.. ¿Donde estaba mi madre?

Estoy sentada en el regazo de Gale en uno de los sofás mientras el acaricia con suavidad y delicadeza mi cabeza, como siempre suele hacerlo. Nos hemos mantenido en esta misma posición durante algunos minutos, o tal vez horas. No tengo noción del tiempo ni de la hora en que vivo, eso siempre me pasa con Gale. El apresurado amor de mi vida.

La frase me hace reír, por lo que Gale rompe el silencio.

—Le has gustado mucho a mi familia, Key. —el tono de Gale es pasible y agradezco el que no mencionara la humillación que Wendy tenía preparada para mi.

—¿De verdad? —pregunto alejando mis pensamientos.

Siento a Gale asentir detrás de mi. Ahora está abrazandome a su pecho, por lo tanto no puedo mirarle.

—¿Sabias algo de lo que pasaría?

Niego con la cabeza rápidamente y Gale hace que me gire para mirarlo a los ojos y poder sentir lo que yo.

—Todo ha sido mi culpa y por eso, quiero ofrecerte una disculpa.

Yo Niego con la cabeza mientras siento mojar mis mejillas con las lágrimas.

—No te perdono porque no tienes ninguna culpa, que te quede claro. —digo con la voz entrecortada.

—Te amo.  No bromeo al decirte todo esto, para mi esto no es ningún juego absurdo. Lo que te digo es lo que siento, te quiero conmigo, sana, feliz.—suspira — Algunas veces, me desilusiono al despertar y no verte a mi lado, por que eso es lo que más quiero. Despertar y ver tu mirada, esa mirada. Esa que es un cofre del tesoro, guardando cada memoria como un recuerdo. Quiero sentirte, olerte, escucharte todos los días de mi vida. Tal vez, aun no me ames como yo a ti si, pero mi cariño jamás dependerá de nada ni nadie. Todo es para ti. Es un pañuelo que seca cada lágrima, es una palabra que reconforta el alma y es un abrazo que calma la angustia. Quiero protegerte de todo, mi vida entera. Te amo, Keyla. No entiendo que hiciste en mi para despertar esto que tengo dentro y que si no lo dejo salir va a explotar. —Gale toma mis manos entre las suyas— Keyla, quisiera casarme contigo.

Las lágrimas que brotaban de mis ojos hacia unos segundos, se duplicaban. Quiere casarse conmigo. No se que responder o como decirle que también lo amo,pero aún no debemos casarnos.

—Gale, yo..  También te amo y me encantaría convertirme en tu esposa p...

Se oye un ruido en la sala y pronto veo a mi madre mirándonos en la sala, cualquiera chica estaría en aprietos por estar tan tarde con su novio solos y abrazados, pero la expresión de mi madre de reproche se esfuma al verme llorando.

—¿Qué te sucede Keyla? —pregunta con gesto de preocupación.

Niego con la cabeza y, como una niña, subo corriendo hasta mi habitación para poder llorar y huir de la tan incómoda situación.

Luego de lo que parecen 5 minutos, oigo que tocan a la puerta y segundos después veo a Gale mirándome con las cejas alzadas desde el umbral de la puerta.

—¿Puedo pasar?

Asiento inundada en lágrimas de culpa. Gale entra y se posa frente a mi arrodillado. Yo simplemente no puedo dejar de llorar por el sentimiento de culpa que siento por no poder sentir lo mismo que Gale, tengo miedo de jamás amarlo de la misma manera en la que el me ama y lastimarlo.

—Sabes que no me gusta verte llorar y menos que sea por mi culpa. Yo solo..

—No—interrumpo— tu no tienes la culpa de amarme, yo sufro por no poder quererte como tu lo haces.

Recuerdos©Donde viven las historias. Descúbrelo ahora