La nieve apaga el fuego

296 24 1
                                    

(P.O.V Nash Gold)

Realmente algo anda mal.Lo supe en el mismo momento en donde no podía parar de mirar las fotos de Shiroi portando el anillo que le regalé esa jodida noche.-Gruñí molesto mientras mi mayordomo asentía en señal de estarme escuchando-Cuando la dejamos en su casa, Ayato...Su espalda.-Frente a mis ojos los recuerdos inundaron mi racionalidad.-Dios, su maldita y sensual espalda, juro que daría toda mi fortuna con tal de amanecer viendo esa espalda.-Mi mano derecha sujetó mi frente en señal de frustración, porque ella no salía de mi cabeza y no podía concentrarme en nada, su suave piel, su pequeña cintura y la cara que puso cuando estábamos...-
-Nash-sama, entiendo que se encuentra con...Problemas amorosos, sin embargo la señorita Bea lo está llamando hace quince minutos.
-¿Qué? Pero si son las doce.-Fruncí el entrecejo, Olivia me ignoraba peor que a una estúpida pared, ¿porqué diablos me buscaría a la medianoche? Ayato acarició el micrófono que se encontraba en su oído con una notoria confusión.
-Señor, la señorita Bea está pidiendo el acceso a su mansión.
-¿Disculpa? Ella debería de estar en norteamé...rica.-Desde la ventana del segundo piso pude divisar la limusina rosa de Bea frente al gran portón de mi mansión Japonesa.-Déjenla pasar.

-

-

-

Conocí a Olivia la misma noche que conocí a Shiroi, mientras Bea se encontraba rodeada de gente cuando bailaba, Shiroi era una puberta de quince años con un semblante absolutamente serio que no concedía una pieza de baile a ninguna persona, ambas eran absolutamente diferentes: Shiroi no sonreía, Bea tenía el rostro tieso de tanto mostrar alegría, mientras una vestía de colores oscuros y fríos, la otra vestía en colores cálidos, brillantes, llamativos y por supuesto que la belleza de Bea cautivó toda mi atención, a sus diecisiete años era toda una modelo e influencer mientras Shiroi seguía ensimismada con estudios.Yo a penas había cumplido los dieciocho y juré amor ante mi querida influencer...La llené de regalos lujosos, desde joyas hasta coches, sé que me bloqueó de varias redes por lo...Intenso, que llegué a ser.Sin embargo desde hace tres días olvidé su existencia...¿Se habrá preocupado por mi?
-Nash, cariño.-Su dulce voz por alguna razón sonó empalagosa y molesta.-No sabes cuánto te extrañé, siento no haberte contestado los mensajes que me mandabas, sabes que tengo la agenda ocupada.-Su precioso rostro ya no me pareció especial, ella trataba de sonar inocente, sin embargo no pude evitar sentir repulsión.-Sé que es algo tarde, pero apenas supe del regalo que me estabas preparando vine lo más rápido posible, ¿qué haces en Japón?, no importa, ¡tengamos una cita!
-Diculpa, creo que hay una equivocación, ¿de qué regalo estás hablando?
-Oh cariño, no tienes porqué estresarte en una sorpresa, sólo ponme el anillo.-Bea extendió su fina mano moviendo su dedo anular izquierdo de arriba a abajo, el anillo más reciente que compré fue para...
-Oh, lo siento tanto Bea, ese anillo no lo tengo.
-¿De qué hablas, tontito? Eres furor en todas las noticias.-No estoy seguro de en qué momento, pero me encontraba a un par de centímetros de la cara llena de maquillaje de Olivia y sus brazos me rodearon el cuello.-Si quieres pedirme matrimonio con tremenda joya, te esperaré, lamento haberte arruinado la sorpresa.
-Bea...Se lo di a Shiroi.
-¿A quién?
-A Shiroi, Shiroi Kumo, está ubicada en el top uno de multimillonarios más jóvenes.-Ella se alejó dos pasos para luego sonreír cínicamente.
-Pues tráeme mi anillo, Nash, así nos casaremos.
-Lo lamento Olivia, no me interesa relacionarme contigo.-La miré con dureza y lució decepcionada.
-¿Qué dices, Nash? ¡Hace tan solo tres días atrás me hubieras pagado por dirigirte la palabra!
-En tres días pueden ocurrir muchas cosas, Bea.
-¿Tu padre te obligó?
-No, me lo recomendó, y mi estación favorita es el invierno.
-¿Eso qué tiene que ver aquí?
-Tú eres como el verano Bea, Shiroi es el invierno...Me di cuenta de que el frío es maravilloso ¿sabes? La nieve apaga el fuego.
-...No esperé nada de ti y aún así logras decepcionarme.-La rabia en sus ojos no me inmutó.
-¿Tengo que hacer como que me duele, Bea? Si quieres un anillo, cómprate uno, ridícula interesada.-Más que ofendida la pelo cobrizo dio media vuelta y se fue con sus tacones repiqueteando con enojo...
-Señor, creo que debería de descansar.-Mi mayordomo Ayato carraspeó su garganta tratando de disimular su sorpresa, él sabía de los sentimientos obsesivos que tenía por Bea
-...Bien, quiero que avises al chófer que mañana a primera hora visitaremos la mansión Kumo principal.Le demostraré que voy más que enserio con ella.
-De acuerdo, señor, buenas noches.-Subí las escaleras con pereza sin parar de pensar en Shiroi: fría, misteriosa, independiente e indiferente.Acepté mis sentimientos esa noche y supe que me había vuelto loco: por ella.

Kanpeki•KnbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora