Apoyo

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Acostada en la camilla del hospital Shiroi pensaba una y otra vez qué demonios hacer: tenía un bebé de tres meses formándose en su vientre y un abogado de rodillas llorando de la felicidad.

-Señorita Kumo, ¡este bebé es un milagro! Desde este momento, usted pasa a ser la legítima heredera de todos los bienes que poseía su difunta abuela Hikari Kumo...Permítame el atrevimiento de decir que usted es la billonaria más joven de todo el mundo!

-...P-pero, aún no di a luz...

-En el testamento dice claramente "Shiroi Kumo será mi heredera siempre y cuando haya gestado vida", no necesariamente el dar a luz es lo que quería su abuela, sino el saber que usted es fértil...¡Mañana a primera hora todos los bienes estarán a su nombre y todo Japón se enterará de esta maravillosa noticia!

-No quiero que nadie se entere de esto, por favor...Encárguese de los trámites, pero que esto quede entre nosotros.


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-Taiga, necesito pedirte un favor...Puede sonar absolutamente descabellado; y lo es, pero...Puedes venir conmigo a Estados Unidos? me iré por un tiempo, no estoy segura mientras me quede aquí y tengo el mismo mal presentimiento que tuve el día en el que mataron a mis padres...

-Shiroi, te acompañaré a donde sea, aunque aún no esté claro lo que somos...Yo nunca te dejaré sola.-Un dulce beso en la cabeza dejó algo de calma en la desastrosa cabeza de la peliblanca.

-Gracias, Kagami-kun.


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-Estás loca si piensas que te dejaremos ir sola con Bakagami.-Aomine abrió de golpe la puerta con una expresión totalmente indignada.

-No puedes abandonarnos de nuevo, Shiroi.-Akashi la miró con tristeza.

-Iremos con ustedes Shiroicchi, no es una pregunta.

-Uhm, apuesto a que los dulces de allá son mucho más ricos...

-P-pero, ustedes tienen que seguir en la preparatoria, no pueden venir todos!

-Claro que podemos, haremos un intercambio de último momento nanodayo.

-...Les agradezco de corazón.-Shiroi sin darse cuenta comenzó a llorar, al fin tenía ese apoyo que necesitó hace tanto tiempo.


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Hikari Kumo era la dueña de un par de mansiones, la más lujosa se encontraba en New York y sería el nuevo hogar de todos ellos dentro de poco tiempo.

Un par de llamadas y la mansión estaría lista, sin embargo lo que más inquietaba a Shiroi era el salir del hospital en un estado delicado y sin estar encubierta, por lo que mandó traer ropa oversize y una peluca negra.

-Los veo a las tres de la mañana en el aeropuerto, tomaremos un vuelo express en mi nuevo jet privado, por favor vengan con equipaje ligero, lo que necesiten lo compraremos allá.

-¿Puedo saber cuál es la urgencia de viajar tan pronto? Ni siquiera lleva un día de que despertaste, enana.

-Tengo mi cuerpo en estado de alerta, sé que mi tía no se quedará de brazos cruzados mientras yo me quedo con toda la riqueza de mi abuela...Así que vayan a empacar lo necesario lo más rápido posible, que nos iremos por un tiempo indefinido.


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Y así fue como un sicario francotirador no pudo cumplir su misión desde lo alto del edificio al no ver salir ninguna peliblanca del hospital, y una pelinegra vestida de indigente tomó un taxi sin levantar ninguna sospecha.

Kanpeki•KnbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora