Kise

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Shiroi bostezó mientras veía con aburrimiento al profesor, eran cosas que había aprendido en sus clases particulares cuando estaba fuera de Japón.
-Señorita Kumo, ya veo que le aburre mucho mi clase.Hagamos un trato, si usted resuelve la ecuación de la pizarra tiene mi permiso de salir del salón e ir a dormir si lo desea.
-Oh, acepto sensei.-Asintió ella mientras aceptaba la mano que le ofrecía Taneki para levantarse.-Pero siento que usted está equivocándose conmigo...-A paso lento se acercó al pizarrón para agarrar una tiza.-Ya que no solo fui a Francia, también pasé gran tiempo en Canadá, Estados Unidos, Italia, Grecia, Alemania,Singapur, Australia, Taiwán y Corea...Créame, no estuve tres años de vacaciones.-Con molestia y suma rapidez resolvió el ejercicio sin complicaciones, dejando al maestro y todos los estudiantes con la boca abierta.-Le pido más respeto, ya que soy la dueña de las empresas Kumo y adivine quién administra las finanzas.-se veía arrogancia en cada palabra.-Así que si me disculpa, haré un recorrido por la institución, ya que tengo su permiso.-Tal cual una diva mandó su cabellera albina hacia atrás, para salir por la puerta con dos mastodontes orgullosos de ella.
-Shiroi-sama, usted es asombrosa.
-Gracias, Kane-san.
-¿A dónde iremos, Shiroi-sama?.-Takashi observaba los pasillos vacíos del instituto con cautela.
-Al club de baloncesto, a fin de cuentas tenía matemáticas hasta la hora del almuerzo.

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Riko Aida casi no tenía amigas, no trataba con mujeres de la forma más adecuada.Por lo que se sorprendió y no supo qué hacer al observar a una muchacha botando el balón con maestría.
-Kane-san, por favor prepare mis cosas de aseo.-pidió la peliblanca secándose el sudor con el dorso de la mano.
-Enseguida, Shiroi-sama.-Respondió un trajeado de pelo negro.
Ahí la reconoció, Shiroi Kumo, la muchacha de la que todo el mundo hablaba, escuchó que era buena en todo lo que hacía según diversos clubes: hermosa, con el promedio más alto de una prestigiosa academia parisina y ridículamente adinerada.
-Disculpe por usar el lugar, entrenadora.
Desde la puerta quedó paralizada.¿Como supo que era la entrenadora?
-Según tengo entendido usted es Riko Aida-san, la entrenadora del club de baloncesto.-La pequeña señorita clavó perfectamente una canasta con demasiada elegancia.-Al menos eso me comentó Kagami-san.
-Así es...¿Deseas inscribirte al club? No hay un equipo femenino, sin embargo...
-Me uniré, pero no vendré seguido a las prácticas, tampoco jugaré partidos oficiales.Tengo una empresa que administrar.
-Está bien, cuento contigo, Shiroi-san.-La Kumo la observó fijamente, no estaba intimidada, se veía sorprendida.
-Takeshi-san, por favor prepara mi solicitud para ingresar al club.
-Enseguida, Shiroi-sama.-El castaño rápidamente tomó una pluma de su bolsillo y comenzó a garabatear datos.
-Riko-san...
-¿Si?
-Por favor, seamos amigas.-Aida se sonrojó al dar una sonrisa amable a Shiroi.
-Será un placer, Shiroi-san.-Ambas dieron una corta reverencia para continuar cada una con lo suyo.

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Shiroi estaba cansada, esa noche fue invitada a una pasarela de caridad para un orfanato, aunque no fuese de su agrado socializar con los adultos de clases alta debía de asistir.
A penas bajó de su larga limusina negra con ayuda de los dos fieles guardaespaldas, todas las cámaras apuntaron a ella.
-¡Kumo-san, por favor, una foto para la revista!
-¡Shiroi-san, una foto para la primera plana de los diarios!
-¡Señorita, por favor responda algunas preguntas!
-¿Qué se siente ser la empresaria más rica y joven de todo Japón?
Ella ignoró a todos los reporteros como de costumbre y se abrió paso al salón del evento con un rostro inexpresivo.

-¡Kumo-san, por favor, una foto para la revista!-¡Shiroi-san, una foto para la primera plana de los diarios!-¡Señorita, por favor responda algunas preguntas!-¿Qué se siente ser la empresaria más rica y joven de todo Japón?Ella ignoró a todos los r...

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Mientras desfilaba su mirada corría vagamente por todo el lugar hasta que cayó sobre una mujer seria que hablaba desinteresadamente con sus acompañantes.Ni siquiera le prestaba atención, y las cámaras antes de ir a él, se enfocaban en ella.Eso lo descolocó por completo.
¿Cuándo habia vuelto su querida Shiroicchi? Tenía tantas cosas que decirle, sin embargo debía de esperar a que terminase el desfile.

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-A decir verdad, para ser un evento a esta escala fue algo decepcionante, ¿no lo creen?
-Estamos de acuerdo, Shiroi-sama.
-¡Shiroicchi!-Una voz chillona e irritante gritó, ella detuvo su andar.
-Si se acerca demasiado a mi, atájenlo,
-Sí señorita.
El rubio abrió sus brazos emocionado esperando a que ella fuese corriendo a abrazarlo, la veía como si fuese un juguete que encontró luego de mucho tiempo.Ella caminó lentamente hacia él con la cabeza gacha.Cuando hizo amague de ir a abrazarlo, pasó de largo.
-Por favor no te me acerques, puedes dañar mi reputación, no suelo juntarme con modelos de cuarta, son más insoportables que los de las grandes ligas.-No lo llamó "Ryota-kun", ni siquiera lo miró, hasta lo humilló.Y ahí se dio cuenta, era mucho más famosa que él, en la calle la esperaban tantos paparazzis que no los podía contar.
Quedó congelado, ¿qué había pasado con su tímida, dulce y tierna Shiroicchi?

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Se abrió paso entre la multitud que la esperaba cerca de su limusina, con la cabeza alta y sin decir ninguna palabra.Estaba soportando la picazón en sus ojos avellanas como podía, no iba a derrumbarse frente a desconocidos,.En cuanto el polarizado del transporte lujoso la cubrió de flashes curiosos se permitió expresar sus emociones y soltar un par de lágrimas, igual que en la noche anterior Takeshi y Kaneki no la miraron, sólo le tendieron pañuelos limpios.
Ese día hizo una nueva amiga, dejó con la boca abierta a Kise y alborotó a la prensa japonesa, ella dejaría el apellido Kumo en lo alto costase lo que costase.

Kanpeki•KnbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora