Cálido

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Kuroko Jamás había prestado atención al trato que debía dar a las chicas ya que al fin de cuentas no eran de su interés. Sin embargo Shiroi era diferente. ella era única en todo sentido y no supo cómo reaccionar al enterarse de la muerte de su abuela. Ni siquiera sabía dónde vivía, si se encontraba bien o si necesitaba ayuda y por más que quisiera ayudarla tampoco sabía cómo acercarse ya que ella se mostraba indiferente, por lo que ese día se pasó ideando un plan para poder comunicarse con ella sin que los dos guardaespaldas lo lastimasen. Lo más sensato que se le ocurrió fue escribir una carta y rezar porque ella se encuentre bien.

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Ella no podía parar de temblar, la ansiedad la estaba sofocando, sus piernas temblaban y llevaba días subsistiendo a base de café: si dormía, las pesadillas la atacaban sin piedad y la hacían sentir más miserable de lo que ya se encontraba, tenía tantas cosas que hacer y se sentía una muerta en vida, ¿cómo se supone que continuaría con su rutina si ni siquiera era capaz de levantarse de la cama sin utilizar toda su fuerza de voluntad? ¿Qué se supone que haría con toda la impotencia que sentía? Las manos heladas secaban las lágrimas que se arremolinaban en sus ojos como huracanes furiosos llenos de emociones guardadas por años, las bolsas oscuras bajo su mirada cristalizada obviaban la falta de descanso y la cabellera desmarañada mostraban la falta de cuidado.¿Cómo ella volvería a salir de ese laberinto oscuro sin tener un propósito que la motivase a seguir adelante? Su mente la torturaba mientras las horas pasaban lentamente, hacía rato que las botellas de licor besaban su boca sorbo tras sorbo y ella esperaba impaciente a que la inconsciencia se apoderase de su ser para poder descansar de sí misma por un momento.

-Señorita...Trajimos la correspondencia de su casillero.-Informaron sus empleados.Ella se fijó en la hora: Ya eran las dos de la tarde.

-Gracias.-Susurró débilmente antes de abrir la primera carta.-Pueden retirarse.

-Con permiso...-Una vez más quedó sola, sin embargo, mientras leía cada línea de aquella hoja sintió algo cálido luego de mucho tiempo.

-Tetsu...-Jadeó llena de dolor mientras los sollozos se formaban como un nudo en su garganta listo para asfixiarla.





Shiroi-san...Sé que no la está pasando bien en este momento, también sé que no estamos en los mejores términos, sin embargo siento tu pérdida, y aunque ya no hablemos, quiero que sepas que siempre podrás contar conmigo, a fin de cuentas te lo prometí cuando llorabas sin decir porqué te sentías tan triste, ¿recuerdas?

No soy bueno en esto, espero que estés bien, lamento haber sido un mal amigo.Ten en cuenta que al final, las cosas siempre voltean a tu favor.

Da tu mejor esfuerzo.

-Kuroko Tetsuya

Kanpeki•KnbDonde viven las historias. Descúbrelo ahora