"Cuando te ví por primera vez, supe que te amaría más que a nada. Tú te alejabas de mi, según porque 'no quieres hacerme daño'. Oh cariño ¿Acaso no te dabas cuenta que mientras más te alejabas más daño me causabas?. Él que fueras diferente no era un...
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Bella corría apresurada hacia el auto donde Alice y Jenny la esperaban, tenía que salvar a Edward, evitar que se suicidara.
¿Qué le pasaba por la cabeza?
¿Por qué haría una cosa así?
¿Acaso no pensaba en el dolor que le causaría a toda su familia?
Bueno, aunque ella era la persona menos adecuada para reclamar aquello ya que ella también estuvo a punto de morir y no pensó en los demás.
Jacob iba detrás de Bella, quería evitar que está se sacrificara por alguien que la había abandonado, no la entendía. Primero decía que lo olvidaría, y ahora viajaría a Italia a salvarlo de unos vampiros matones. Ahora en verdad no la entendía, pensaba una cosa y hacia otra totalmente diferente.
—Te dejó Bella, ya no te quería ¿Recuerdas? — trato de razonar Jacob
La Swan seguía caminando hacia el auto mientras Jacob le suplicaba que se quedará y no se fuera.
—No dejaré que se maté por sentirse culpable.
La castaña abrió la puerta del auto para después adentrarse.
—¿Y qué hay de tu papá? — preguntó tratando de convencerla.
—Tengo dieciocho años, soy libre de irme, le deje una nota— contesto
Cuando Alice estuvo a punto de arrancar, Jacob se metió en la ventana de lado de la pequeña Cullen haciendo que le diera una mirada de súplica a Bella por el mal olor del lobo, hizo una mueca de asco al igual que Jenny la cual no había despegado su mirada de la casa vecina a la de Bella. La pelirroja no le había dicho nada a Alice, pero cuando salieron de cazar pudo percibir un asombroso aroma de aquella casa por lo que ahora tenía demasiada curiosidad por aquella persona que era dueño de ese aroma.
—Por favor solo quédate— suplico— por Charlie, o por mí.
Bella lo miró con una mirada triste, no podía quedarse necesitaba salvar a Edward.
—Tengo que irme.
—Te lo suplico, Bella— insistió.
—Lo lamento Jake
El moreno rendido se alejó de la ventana para después dirigirse hacia el bosque.
Alice miró a Bella la cual solo asintió segura mientras se ponía el cinturón, Alice arrancó a toda velocidad el auto hacia el aeropuerto, teniendo la esperanza de que pudieran llegar a tiempo.
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En todo el camino hacia la casa de los Denali, la cobriza estuvo callada. Carlisle había pasado a recogerla al aeropuerto y ahora iban en el auto de Esme. El rubio trataba de hablar un poco con su hija, pero está solo se limitaba a contestar educadamente y guardar silencio para seguir viendo el paisaje.