"Cuando te ví por primera vez, supe que te amaría más que a nada. Tú te alejabas de mi, según porque 'no quieres hacerme daño'. Oh cariño ¿Acaso no te dabas cuenta que mientras más te alejabas más daño me causabas?. Él que fueras diferente no era un...
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—¡Son tan hermosos! — gritó entusiasmada Alice con una cámara en sus manos.
Elizabeth se separó de su compañero y se acercó a su hermana para ver la fotografía, eran ellos dos, estaban abrazados, ella tenía su cabeza reposada en el hombro del rubio mientras que él tenía una pequeña sonrisa. La cobriza sonrío, abrazó a su hermana en forma de agradecimiento para después ver cómo ella se iba dando pequeños saltos.
—De seguro salí muy guapo, ¿Verdad? — musitó acercándose a ella.
> ¿Qué cosas digo? Yo siempre salgo hermoso en todo, ¿No me has visto? ¡Soy un dios griego!
Elizabeth soltó una carcajada admirando como su novio hacia exageradas poses, el rubio se acercó más a la cobriza para admirar la fotografía.
—Si pudiera casarme conmigo mismo lo haría, ¡Soy una belleza! — exclamó.
La cobriza solo reía, sabía que su compañero era muy egocéntrico, narcisista y despreciaba a la primera persona que se presentará ante él. Pero Draco no era así con Elizabeth porque la quería, aunque si había veces en las que su ego le ganaba.
—Ya tengo hambre, ¿Podemos ir a comer? — preguntó con una sonrisa.
—Por supuesto.
El rubio observó como Elizabeth se giraba para guardar la fotografía, pero él se apresuró a tomarla de la cintura para que no lo hiciera.
—¿Me la puedo quedar? — preguntó esperando que ella dijera que sí a la fotografía.
—Está bien— susurró encogiéndose de hombros.
Con las manos entrelazadas empezaron a bajar las escaleras, Draco frunció el ceño al no escuchar ningún ruido, parecía que estaban solos, pasaron por la sala principal donde había un hermoso piano, se parecía como el que tenía en su casa. Recordó cómo su padre lo había obligado a aprender a tocarlo, no le gustaba, pero sabía tocarlo, se detuvo en medio de la sala para observarlo.
—¿Te gusta? — preguntó Elizabeth caminando hacia él.
—Es muy bonito, ¿Es tuyo?
—Si, es mío y de Edward— contestó mientras lo tomaba de la mano y lo acercaba al piano.
Elizabeth se sentó enfrente del piano, dio una palmada a lado de ella, indicando que se sentará. Draco se sentó junto a ella, pero luego recordó la comida que había hecho Esme, no quería ser grosero y no comer la comida, pero quería escuchar tocar el piano a Elizabeth.
—¿Y tú familia? — preguntó mientras la miraba.
—Salieron a pasear por el bosque, Harry está con Jenny en su habitación— aclaró.