"Cuando te ví por primera vez, supe que te amaría más que a nada. Tú te alejabas de mi, según porque 'no quieres hacerme daño'. Oh cariño ¿Acaso no te dabas cuenta que mientras más te alejabas más daño me causabas?. Él que fueras diferente no era un...
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Era algo absurdo, él era Draco Malfoy, y nunca se ponía nervioso con una chica, nunca nadie había logrado que se sonrojara a cada momento, él era muy seguro de sí mismo, solo era Elizabeth, la chica de la que estaba enamorado, ella tenía una esencia que lo hipnotizaba.
Estaba seguro de que Elizabeth le había dado Amortentia.
El gran Draco Malfoy nervioso por una chica, ¿Quién lo diría? Si su padre lo viera, estaba seguro de que se avergonzaría de él, bueno ahora no le importaba la opinión de su padre. Decidió que evitaría que Elizabeth lo deslumbrara, aunque era algo realmente imposible, ¿A quién quería engañar?, No podía dejar de ver la belleza de Elizabeth por más que quisiera.
Si alguien le hubiera dicho en su quinto año de Hogwarts que se enamoraría de una chica muggle que era un vampiro, se hubiera burlado en su cara y le habría hecho la vida imposible.
Mientras tanto Elizabeth lo esperaba fuera del salón de clases.
Observó como el rubio salía del salón con aires de superioridad, Draco se detuvo a unos cuantos pasos de la cobriza y la admiró, ¿Cómo era posible que existiera alguien tan hermosa como ella? Elizabeth era su perdición. Estaba ansioso porque las clases terminarán y pudiera salir con Elizabeth.
—Hola— saludó acercándose a ella para tomar su pálida mano.
Elizabeth respiró profundamente sintiendo el aroma de Draco quemar su garganta, era soportable, ya se estaba acostumbrando, pero aun así le dolía un poco.
—Hola— contestó con una leve sonrisa.
El rubio sonrió y caminó junto a la cobriza hacia la cafetería. En todo el camino Draco no soltó la mano de Elizabeth, la quería tener junto a él, al principio creyó que le molestaría, pero Elizabeth no dijo nada.
La cobriza caminó hacia la fila de la comida haciendo que el rubio frunciera su ceño un poco confundido. Elizabeth empezó a poner en la bandeja diferente comida, y tres manzanas verdes pues en el tiempo que ha estado junto a Draco, sabe que las manzanas verdes son sus favoritas.
—No llevarás todo eso para mí, ¿Cierto?, He traído mi almuerzo desde casa— aclaró mientras observaba como la cobriza caminaba hacia él de nuevo.
—La mitad es para mí por supuesto— respondió, con una sonrisa.
El rubio levantó una ceja, pero no dijo nada, solo arrugó su nariz y caminó junto a Elizabeth hacia la mesa en la que se sentaron días atrás.
—Toma lo que quieras— musito señalando la comida que estaba en la bandeja.
Draco sacó la comida que Molly Weasley había hecho para ellos, empezó a comer su comida mientras agarraba una manzana verde, también admiraba la belleza de Elizabeth quien solo miraba un punto fijo.