𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧. [𝙳𝚛𝚊𝚌𝚘 𝙼𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢] ✓

Capitulo 31.

¿Dónde está ella?
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Edward se estacionó en un lugar libre del instituto, el viaje de vuelta a Forks fue largo y no pudo regresar a su casa porque ya era tarde para el instituto, literalmente bajaron del avión y se fueron directo al instituto, aunque los magos no quisieron asistir y era un poco extraño que Hermione no les haya dicho nada, tal vez estaba muy cansada del largo viaje.

El cobrizo solo pensaba en dejar a Bella e irse directo a su casa, no asistiría a la escuela, algo en él le decía que debía irse urgentemente, extrañamente sentía que algo le faltaba. Hace algunas horas había llamado a Alice para que le comunicará sobre Victoria, la de corte Pixie le había dicho que la pelirroja escapó, pero Edward notó que la voz de Alice se encontraba perdida, su voz temblaba como si hubiera estado sollozando durante horas por algo, Edward quiso preguntar que pasaba, pero Alice ya le había colgado, el cobrizo había marcado al número de su melliza, pero ella no contestó, la llamó demasiadas veces y ella nunca contestó, aquello le preocupaba un poco.

Elizabeth siempre le contestaba, y cuando no lo hacía le devolvía la llamada, espero dos horas para que ella lo hiciera, pero ella nunca le devolvió la llamada.

Aquello lo ponía demasiado nervioso.

—¿Lamentas haber ido? — preguntó apretando el volante con sus manos a causa de sus nervios.

—No, fue fantástico ver a mi madre, y con los chicos fue más divertido— contestó con una sonrisa la Swan— Pero fue dura la despedida.

—No tenías por qué despedirte.

—¿Por eso me hiciste ir? Creíste que cambiaría de opinión— atacó con el ceño fruncido.

—Siempre espero eso Bella— sonrió con amargura.

Su mirada se fue hacia afuera cuando olfateo el olor a perro mojado y los irritantes pensamientos de Jacob Black, hizo una mueca de molestia ante su presencia.

—Si te digo que te quedes en el auto, ¿Lo harás? — preguntó con molestia y sin esperar respuesta bajo del auto para empezar a caminar pero se detuvo al escuchar los pasos de Bella detrás de él.

>Claro que no.

Los dos empezaron a caminar hacia el moreno el cual se dio la vuelta con una expresión seria para después caminar hacia ellos también, el cobrizo frunció el ceño notablemente confundido al ver una mezcla de preocupación en el rostro de Jacob.

—Hola— saludó la castaña.

—Creí que estabas de viajé— dijo con frialdad.

—Si, visité a mi mamá, ¿Por qué?

—Quiere ver que todavía seas humana— exclamó con burla el cobrizo.

El moreno lo miró con seriedad, pero en sus pensamientos gritaba que necesitaba hablar con él, lo cual confundió demasiado a Edward.