𝐏𝐫𝐨́𝐥𝐨𝐠𝐨.

16.4K 1K 36
                                        

←←★→→

←←★→→

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.

←←★→→


Chicago, 1918.

En el hospital de Chicago, miles de personas morían a diario por causa de la Gripe Española, casi nadie lograba salvarse de esta enfermedad, todos morían, a todos los enfermaba la gripe. Prestigiosos empresarios se iban de esta vida dejando su fortuna a quien sabe quién, buenas personas morían, familias enteras morían.

Tal era el caso de la familia Masen, el primero en morir fue el patriarca de la familia, su mujer y sus hijos seguían luchando, pero estaban demasiado débiles.

Por los pasillos se escuchaban los gritos de dolor o angustia cuando un doctor avisaba que el paciente había muerto. Un doctor rubio pálido y extremadamente hermoso se dirigía a la habitación de Elizabeth Masen la madre de los chicos Masen.

—Tranquila señora Masen, no se esfuerce

La mujer tosía hasta que le dolía la garganta y escupía sangre en una cubeta que tenía a lado de la cama en la que estaba recostada. Ella sabía que ya era su hora de partir, sabía que moriría, pero no quería que sus hijos también tuvieran ese destino.

El doctor le dio una mirada de pena, como si supiera que la mujer no duraría esa noche.

—Lo sé, voy a morir, pero antes... —dijo con su voz rasposa para después toser —Mis hijos, por favor doctor salve a mis niños, no les permita que tengan este destino.... cuide y salve a mis niños... se lo suplico.

No sabía cómo, pero esa mujer sabía su secreto, era imposible, pero ella lo sabía. Carlisle había buscado tener alguien que lo acompañará en su triste y sola existencia, pero nunca había convertido a alguien por miedo de que esa persona lo odiará o que no pudiera detenerse al momento de transformarlo. La mujer se recostó mientras tomaba una mano del doctor notando lo fría que estaba y le siguió suplicando que salve la vida de sus hijos.

—Veré que puedo hacer.

Y con un último suspiro la mujer Masen soltó la fría mano del doctor, sus ojos verdes que eran iguales a los de sus hijos perdieron brillo, su corazón dejo de latir, su respiración se cortó, y sus ojos se cerraron y no volverían a abrirse nunca más.

Carlisle en ese momento supo que tenía que hacer algo por los hijos de aquella mujer, la tapó con una manta blanca y le susurró al inerte cuerpo que salvaría a sus hijos. Apresurado, corrió hacia la recepción para buscar el apellido Masen, cuando lo encontró se dio cuenta que los dos estaban en un cuarto donde se encontraban todos los moribundos, había pasado por allí antes algunos ya estaban muertos y otros seguían luchando por su vida.

Espero a que se hiciera de noche rogando a Dios que los dos hermanos siguieran con vida, mientras intentaba ahogar su preocupación atendiendo a más pacientes, una vez que se hiciera de noche se los llevaría a la residencia dónde se estaba quedando temporalmente para después poder convertirlos.

𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧. [𝙳𝚛𝚊𝚌𝚘 𝙼𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢] ✓Donde viven las historias. Descúbrelo ahora