𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧. [𝙳𝚛𝚊𝚌𝚘 𝙼𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢] ✓

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 7.

Acantilado.
←←★→→

←←★→→

Elizabeth:

Estoy bien, hasta que estoy sola y eso pasa muy a menudo últimamente. Jacob se fue está cazando a Victoria, Charlie está cazando a Jacob, y tú te fuiste al igual que Edward.

Aunque en cierta parte lo comprendo, no te hubieras quedado, aunque quisieras, porque Edward te llevaría con él. Tienen una conexión que yo jamás podré entender, es comprensible ya que son hermanos y pasaron demasiadas cosas juntos.

Pero ahora no queda nada.

Te quiero demasiado Liza, apoyaste mi relación con Edward cuando nadie lo hacía porque tú querías ver feliz a tu hermano. Estoy segura de que muy pronto llegará tu compañero y finalmente serás feliz, Charlie te extraña, aunque no lo dice, pero sé que extraña los postres que cocinabas para nosotros, eres como una hermana para mí Liza.

Espero poder volver a verte.

Pero lo que más ansió es volver a verlo a él. Pero ahora sé a dónde debo ir, lo que debo hacer para volverlo a ver.

Isabella apartaba las hojas que se cruzaban en su camino hasta que finalmente pudo llegar al acantilado, Jacob le había platicado un poco cuando vio como los de la manda se lanzaban.

Adrenalina.

Eso era lo que necesitaba para volver a ver a Edward, necesitaba verlo una vez más, aunque eso costaba arriesgar su vida, pero lo necesitaba.

Necesitaba la alegría de Alice, necesitaba los consejos de Elizabeth, los necesitaba, a todos ellos.

Temerosa se acercó a la orilla viendo como las olas se movían y golpeaban las rocas fuertemente, no importaba lo que tenía que hacer, pero necesitaba verlo de nuevo, el aire movía bruscamente los árboles haciendo que cerrará los ojos ya que el viento estaba un poco frío.

No lo hagas.

Susurró la ilusión de Edward, observaba como su compañera empezaba a quitarse la chaqueta al igual que los zapatos mientras lo ignoraba.

—Querías que fuera humana, mírame— susurró mientras temblaba.

Por favor, hazlo por Elizabeth.

Suplico haciendo que la Swan se detuviera, quería volver a ver a los mellizos, pero tal vez si se lanzaba también podría ver a la cobriza. Así que decidida se acercó más a la orilla.

No lo hagas, por mí.

—De otra forma no te quedarías conmigo, tampoco Elizabeth lo haría— susurró preparándose para lanzarse.