𝐄𝐥𝐢𝐳𝐚𝐛𝐞𝐭𝐡 𝐂𝐮𝐥𝐥𝐞𝐧. [𝙳𝚛𝚊𝚌𝚘 𝙼𝚊𝚕𝚏𝚘𝚢] ✓

𝐂𝐚𝐩𝐢𝐭𝐮𝐥𝐨 12.

La razón de mi felicidad.
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El sonido de la alarma lo asusto de sobremanera por lo que alarmado tomó su varita rápidamente creyendo que había un intruso, pero al ver que no había nadie en su habitación y que solo había sido la alarma dejó su varita a un lado y se dejó caer de nuevo a la cama. Talló sus ojos en un intento de despertarse completamente, desvío su vista hacia el reloj observando que solo le quedaba una hora para arreglarse e irse al instituto.

Con pereza se levantó de su cómoda cama para dirigirse al baño mientras le rogaba a Merlín que no estuviera ocupado, para su suerte no había nadie en el baño por lo que se adentró y empezó a darse una ducha.

El día se veía extrañamente alegre a pesar de que estaba nublado, al parecer la ligera llovizna solo duraría unos cuantos minutos, por lo que alivio un poco a Draco ya que la lluvia siempre se empeñaba en arruinar su peinado, o su impecable ropa. Ahora tenía que llevar algo más abrigador por lo que se decidió por un pantalón de mezclilla muggle y su adorada chaqueta de cuero negra.

Se sentía extrañamente ansioso, y eso lo preocupaba ya que no sabía que sería lo que le esperaría en el instituto muggle de Forks, no sabía si sería algo bueno o malo.

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Elizabeth leía tranquilamente un libro mientras esperaba a que llegara la hora de ir al instituto, hace más de dos horas que estaba lista. La noche anterior se la había pasado jugando una partida de ajedrez con Jasper hasta que se hizo de día, ella había ganado y el rubio le dijo que quería la revancha esta tarde lo cual Elizabeth acepto gustosa sabiendo que le ganaría.

Se habían inscrito de nuevo al instituto y los habían aceptado sin problemas pues claro un perfecto Cullen nunca sería un problema.

Alice había entrado a su habitación rápidamente mientras observaba su vestimenta aquella era la señal de que era hora de irse al instituto.

—Estas preciosas Eli —la elogió mientras la abrazaba.

La cobriza no llevaba cualquier cosa despampanante, solo llevaba unos pantalones negros y una chaqueta blanca junto con una bufanda azul y unas botas con un ligero tacón, y el collar que nunca se quitaba el cual tenía el símbolo de la familia Cullen. No era algo del otro mundo, pero para los vampiros cualquier cosa se les veía espectacular.

—Gracias Alice, tú también estás hermosa— le susurró.

—Vamos Eli, es hora de irnos— dijo mientras daba pequeños saltos— Ya quiero ver la cara de los demás cuando nos vean de regreso.

Elizabeth solo sonrió divertida para después seguir a Alice hacia la puerta, bajaron las escaleras mientras hablaban animadamente planeando su próxima salida de compras. A la cobriza le gustaba ir de compras, pero no tanto como a Alice, por lo que la mayoría de las veces la pequeña hadita era la que le compraba la ropa.