"Cuando te ví por primera vez, supe que te amaría más que a nada. Tú te alejabas de mi, según porque 'no quieres hacerme daño'. Oh cariño ¿Acaso no te dabas cuenta que mientras más te alejabas más daño me causabas?. Él que fueras diferente no era un...
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Draco bajaba de las escaleras dirigiéndose hacia la sala donde estaba Harry viendo la televisión con Ron, el rubio guardó su varita en su bolsillo para ir a la cocina y servirse un vaso de agua, observó las notas que había en el refrigerador las cuales había puesto Hermione, unas decían el día que debían comprar comida y a quien le tocaba ir, otra decía las tareas pendientes de cada uno lo cual hizo que el rubio rodará sus ojos porque él ya tenía todas sus tareas entregadas aunque su cabeza estaba que explotaba por un tema de la materia de historia que se le había dificultado, definitivamente debía aprender más sobre la historia de los muggles.
Aunque en la biblioteca de Hogwarts había libros que tenían escrita la historia de los muggles. Había leído esos libros unas cuantas veces, pero dejo de leerlos al pensar que era estúpido saber de ellos cuando nunca viviría en el mundo muggle, ahora se reprendía mentalmente no haberlos leído.
Dejó el vaso de vidrio a un lado y se encaminó hacia la puerta, pero la voz de Harry lo hizo parar.
—¿Vas a salir? — preguntó el azabache.
Draco no se dio la vuelta solo se limitó a contestar.
—Si, quiero explorar un poco el bosque.
—Te podrías perder, solo tenemos dos semanas aquí, no conocemos mucho el lugar— musitó con el ceño fruncido.
El rubio hizo una mueca porque sabía que lo que decía Harry era cierto, podría perderse, pero quería explorar.
—Tal vez vuelva antes de que se haga de noche— contesto mientras abría la puerta y salía de la casa escuchando el suspiro resignado de Harry.
Draco empezó a adentrarse hacia el espeso bosque mientras observaba todo a su alrededor, tenía suerte de que el bosque estuviera detrás del patio de la casa. Maldecía cuando tropezaba con una piedra y lo hacía caer, pero hizo todo lo posible para que su impecable ropa no se arruinara de tierra, observó como extrañamente el sol salía de las nubes para despejarse e iluminar todo a su paso.
En las dos semanas que tenía viviendo en Forks se había dado cuenta de que era muy raro que el sol saliera en ese pueblo por lo cual siempre estaba nublado o lloviendo, pequeños pájaros pasaban a su alrededor haciendo que se despeine su cabello y aquello lo molestara. Para la otra vez que saliera al bosque ya sabía que debía comprar ropa muggle adecuada para estos lugares.
Unos ruidos lo desconcertaron de su caminata, rápidamente sacó su varita apuntando hacia el arbusto en el que se había escuchado ruido, lentamente se acercó hasta ver cómo un venado corría de un lado hacia otro en lo que parecía ser un prado en el cual había pequeño rio. Curioso se acercó hasta adentrarse totalmente, observó atentamente como alrededor del prado había diferentes tipos de flores silvestres, el sol daba en su máximo punto haciendo que Draco bajará un poco la cabeza ya que la luz lo molestaba un poco.
El pequeño venado siguió corriendo de un lado a otro hasta que por fin desapareció entre el bosque. A Draco le pareció un buen lugar para poder despejarse y leer un rato, así que decidido se sentó en el centro del prado, sacó un libro muggle que había comprado en una biblioteca cerca del instituto y se concentró en leerlo.
Romeo y Julieta, así se llamaba aquel libro, había escuchado que algunos decían que aquella pareja no merecía ese trágico final. Al Malfoy le pareció algo estúpido, por lo que se empezó a preguntar.
¿Por qué no verificó si ella estaba viva?
¿Por qué se tuvo que matar por ella?
¿Por qué morir por una mujer?
Todas esas preguntas no tenían respuesta.
Le parecía algo estúpido morir por una persona, ¿Tanto era el amor para matarse por ella? Simplemente no lo entendía, él nunca sacrificaría su vida por una persona, pero...
¿Y si amaba a esa persona?
No, no lo haría.
Se convencía internamente de que nadie estaría con un mortífago cómo él, que nadie lo amaría por lo que era, con ese simple pensamiento sus ojos se cristalizaron y la primera lágrima bajo de su mejilla, pero rápidamente la limpio con rudeza.
—Un Malfoy no llora, no llora— se susurró así mismo— y menos por amor
Se dedicó a observar el prado y de repente no sabía por qué, pero presentía que estaría muy seguido en aquel lugar.
Con ese pensamiento se levantó para irse hacia la casa ya que se había alejado demasiado, observó por última vez aquel prado que sin saber por qué le daba nostalgia, tomó sus cosas asegurándose de que su varita estuviera con él y se fue perdiendo entre el espeso bosque.
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