"Cuando te ví por primera vez, supe que te amaría más que a nada. Tú te alejabas de mi, según porque 'no quieres hacerme daño'. Oh cariño ¿Acaso no te dabas cuenta que mientras más te alejabas más daño me causabas?. Él que fueras diferente no era un...
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La cafetería del instituto de Forks era un desastre, murmullos y gritos por aquí y por allá, risas y burlas por doquier. Aquello era un poco irritante para los mellizos Cullen ya que los pensamientos de los humanos eran más irritantes que de costumbre.
Los Cullen estaban en su mesa hablando, mientras fingían comer a excepción de Bella la cual, si comía, Rosalie ignoraba lo más que podía a la Swan mientras hablaba con Alice, planeaban su próxima salida de compras. Edward trataba de convencer a su hermana de que hablará con el rubio, Elizabeth no estaba tan segura porque afirmaba que Draco estaba molesto, no se habían hablado en toda la semana, había veces en las que Draco trataba de hablarle, pero al último momento se arrepentía.
Elizabeth estaba impaciente, hizo a un lado su plato de ensalada con una mueca de asco, aquello sabía realmente horrible para ella. Se levantó de su asiento.
—Voy a hablar con él— contesto la pregunta no realizada por su hermano.
Edward solo asintió, mientras la observaba alejarse. Sabía que a partir de ese día todo cambiaría, Jenny le diría a su compañero Harry la verdad, pero Elizabeth esperaría a que Draco lo descubriera, según ella era más fácil.
Edward aceptaría lo que su hermana decidiera, no la abandonaría como lo hizo hace cincuenta años, la apoyaría en lo que ella quisiera, siempre y cuando ella esté bien, Elizabeth era muy importante para él, era su hermanita menor, aunque la cobriza se molestaba porque decía que él era el mayor.
Mientras tanto Elizabeth se dirigía hacia donde estaba su compañero, el cual escogía cuidadosamente su comida, estaba indeciso, no sabía si comprar una hamburguesa las cuales nunca había probado, o manzanas verdes sus favoritas.
Decidió comprar las dos cosas, sus padres no estaban para prohibirle que comer, así que compraría las dos cosas y disfrutaría de su hamburguesa y su deliciosa manzana verde.
El rubio escuchó unos pasos dirigiéndose a él, era el ruido de tacones así que dedujo que era una mujer. Se dio la vuelta y ahí la vio, Elizabeth estaba a unos cuantos pasos de él, la hermosa chica que lo volvía completamente loco.
No quería aceptarlo, no quería aceptar que se estaba enamorando de una muggle. Sabía que sus padres nunca aceptarían aquello, lo olvidarían como un Malfoy, aunque en verdad no le tomaba mucha importancia, quería ser feliz, y si su felicidad estaba a lado de una hermosa muggle, lo aceptaría, porque la quería.
Desvío su mirada tratando de demostrar desinterés, aquella mujer lo volvía loco de todas las maneras posibles, debía demostrarle que no le había afectado que no hubieran hablado por una semana entera, quería negarse así mismo, quería negarlo, pero necesitaba a Elizabeth Cullen, ella era la única que lo podría hacer feliz, la única que haría que el vacío en su pecho desapareciera.