|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 18 장

JiMin mentiría si dijera que no estaba nervioso, pero se controló y agradeció a los dioses cuando su timbre fue tocado, la comida había llegado. Hizo que el alfa se saliera de la puerta y recibió la comida luego de pagar con su tarjeta, hizo como si nada pasara o como si nada hubiera pasado dentro de él debido al comportamiento del mayor y se fue directamente a la cocina para destapar los recipientes con comida y poner dos puestos en completo silencio. 

Había algo extraño en el ambiente, lo sabía, solo que no sabía qué era exactamente.

Se suponía que habían arreglado las cosas con JungKook pero algo en la mirada de este lo inquietaba y hacia que su estomago se apretara, y no ayudaba en nada que el mayor lo mirara fijamente todo el tiempo.

- ¿Vas a quedarte a comer como dijiste o te irás a casa?  -el azabache se sentó en una de las sillas a modo de respuesta, se quedaría-.  Y... ¿Cómo han estado las cosas con Anzu?  -preguntó para hablar de algo y tratar de ignorar la mirada de mayor-.

- Creo que bien... Aunque tuvimos un problema hace unas semanas, fuimos a la casa de mis padres y se comportó como la dama que es, pero mi hermana no dejaba de preguntarle cosas sobre trabajo o un hijo. Explotó conmigo en casa porque no la había defendido.

- ¿No lo hiciste?

- Realmente no tenía de qué, todo lo que HeeJin dijo era verdad, lamentablemente.

- Antes no dejabas que nadie insinuara ni por si acaso algo malo de ella, aunque fuera cierto o que siquiera se le dañara de alguna forma. ¿Qué ha cambiado?

- Digamos que sobre la mesa estamos bien, bajo ella, estoy desenterrando de a poco pequeños secretos y mentiras que he ido descubriendo por casualidad.

- ¿Mentiras? 

- Creo que la más fuerte fue enterarme de que había aparentado ser de la alta sociedad apenas llegó a Corea, resulta que sus padres sí son comerciantes pero de baja escala, no tenia para nada la vida llenas de lujos que me relataba cuando éramos novios, eso me chocó pero ella me dijo que era para no sentirse menos que yo y mi entorno, y la entiendo, pero es raro saber que lo que me decía cuando recién iniciábamos era una mentira.

JiMin soltó una carcajada mientras se levantaba de la silla para tomar una copa y una botella de vino, necesitaba alcohol para tener esa conversación.

- ¿De te ríes? 

- Recuerdo que tuvimos una gran pelea porque te dije que ella no era quien decía ser hace más de cinco años, te pusiste furioso por insultar a tu futura esposa  -JungKook miró extrañado al menor mientras este se servía vino y volvía a sentarse para seguir comiendo, el azabache no recordaba una situación así-.  Creo que cinco años después llegó el momento para decir "Te lo dije".

- ¿Peleamos por eso?

- Creo que fue la única discusión que tuvimos debido a tu esposa antes de que me fuera.

- Minnie yo... no lo recuerdo ¿Estas seguro?

- Lo estoy. Empezó porque te dije que la joyería Gucci que llevaba no era original, te dije que investigaras y fueras escéptico a lo que te decía, encontraba extraño que siempre dijera y se jactara con que su familia ganaba miles de dólares y usara joyería pirata. Te pusiste bravo, discutimos y no te hablé por un mes. A excepción de este ultimo tiempo, ha sido la única ve que te he dicho algo sobre ella. 

- Yo... JiMin no lo recordaba  -susurró el mayor dejando de comer para mirar al rubio hacerlo-.  Pero aunque no tuviera dinero no me importaba, me hubiera gustado como fuera. Anzu es hermosa, tiene todos atributos que siempre había buscado en una mujer, aunque no fuera de alta sociedad se comportaba y actuaba como una señorita siempre, y el hecho de enterarme que fui su primer y único novio creo que me cautivó más.  -JiMin aguantó la sonrisa sarcástica que se le quería escapar, su amigo era tan idiota, aun pensaba que era el único en la vida de la japonesa-.  Sé que tiene defectos, pero es delicada, compasiva, siempre adoré su inocencia y timidez, además de que me causaba ternura el hecho de que quisiera dedicarse 100% a mi.