|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 49 장

JiMin enmudeció cuando TaeHyung entró a su oficina siendo seguido por una fila de hombres con enormes arreglos florales en donde predominaban las rosas y tulipanes de hermosos colores. Miró interrogante a su asistente el cual solo sonrió y le entregó un sobre blanco que contenía tres letras.

'PJM' Al abrirlo sonrió al ver en la cartita la letra de su novio felicitandole por su cumpleaños y citandolo a uno de los restaurantes más exclusivos del país, donde estaba cordialmente invitado a celebrar su cumpleaños número 27 junto a todos sus seres queridos.

- Tú sabías de esto, ¿cierto?  -murmuró con una sonrisa mientras veía como su oficina quedaba adornada por los bellos arreglos, llenando la habitación de aroma a rosas, JiMin le agradeció con una reverencia a los que dejaban los arreglos, parecía que estos nunca iban a acabar de tantos que llegaban, cada uno con una nota de su novio.

- No estoy autorizado para divulgar ese tipo de información  -responde TaeHyung-.  Ya sabes, cosas del oficio.

- Eres un tonto  -le dice él-.

Salió de la oficina rápidamente con una sonrisa de felicidad y diversión. Tomó el elevador y marcó el piso de su novio, para poder llegar a él y besarlo por el lindo detalle.

Al llegar y no notar a la secretaria de su chico tocó directamente y abrió apenas escuchó el 'adelante' de parte de JungKook.

A pesar de llevar meses juntos, años amándolo y mas años aún apreciando lo guapo que era, casi babea al verlo perfectamente peinado y enfundado en un costoso traje de tres piezas gris perla con camisa y corbata negras, sentado en su silla de escritorio con el enorme ventanal a sus espaldas que enseñaba la ciudad, con el ceño fruncido mientras tecleaba violentamente en el teclado y su magnífico aroma impregnado en cada rincón de esa oficina.

Era casi ridículo lo embelesado que se encontraba cuando por la mañana fue él el que anudó esa misma corbata que en ese momento quería aruinar, hace solo unas horas se habían despertado y él habia sido besado en cada centimetro de piel mientras el mayor decía entre beso y beso unos graves 'Feliz cumpleaños'.

Cuando el alfa por fin notó que no se trataba de su asustada secretaria sino que de su hermoso novio, el ceño fruncido fue reemplazado por una radiante sonrisa, sonrisa que fue correspondida de igual manera.

- ¿Mañana difícil?  -murmuró JiMin mientras se acercaba al mayor que alejaba su silla del escritorio para que el omega se sentara sobre sus piernas-.

- No interesa ahora que estas aquí  -murmura enamorado antes de besar suavemente a su novio-.  ¿Recibiste mi primer regalo?  -susurró sobre los abultado labios rojizos-.

- Amo las flores  -susurró sin alejarse-.  Pero creí que mi primer regalo había sido lo que me hiciste anoche  -dijo coqueto, cruzando las manos detrás del cuello ajeno-.

- Eso no cuenta, creeme que eso lo hago con todo el placer y lo haría cada día de mi vida.

JiMin rió al sentir una posesiva mano en una de sus nalgas que la apretaba de forma codiciosa.

- Tu secretaria podría entrar en cualquier momento.

- Probablemente esté llorando en algún baño  -respondió mientras comenzaba a besar duavemente la mandíbula del rubio-.

- No puedes tratarla mal...  -suspiró al sentir una lamida seguida de una pequeña mordida en una de sus orejas-.  Es maltrato y abuso laboral. Estas rompiendo artículos en el código laboral.

- ¿Esto cuenta cómo acoso laboral?  -bromea el alfa con una sensual sonrisa mientras miraba a su novio a los ojos y comenzaba a abrir el cinturón del cumpleañero-.