|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 47 장

JiMin tragó duro cuando vio el pequeño rostro en el pequeño cuerpo del pequeño ser que yacía dormido en la cuna junto a tantos otros recién nacidos, las ordenes habían sido claras y Anzu no tenía el derecho de ver a su hijo porque así lo había estipulado él en el documento que la engañó para firmar.

El pequeño se encontraba bien y sano y realmente era hermoso, aunque estuviera algo morado y se notara que no llevaba mucho fuera del cuerpo de su progenitora. JiMin ya había enviado un mensaje a sus padres adoptivos y a pesar de que fue sorpresivo estaba todo listo para que lo se lo llevaran apenas tuvieran la aprobación de su doctor.

JungKook se encontraba con él, con sus manos entrelazadas sobre el abdomen del menor, los dos observando al pequeño que dormía y no tenía la culpa de nada, pero que se había visto involucrado por ser hijo de quien era.

- Él estará bien -murmuró el alfa suavemente contra su oído-. Sé que me sentía mal, pero a él realmente le estas salvando la vida, un hogar no es un buen lugar para un niño.

- Lo sé... pero aún así hay una parte de mi que se siente culpable al utilizarlo a él para mi beneficio.

- Escucha... Sí, lo usaste. Pero es mejor que se vaya y viva una vida feliz junto a unos padres que lo cuidarán y amaran y no estará solo en un hogar hasta que su madre salga de una cárcel. Vuelvo a decirlo.. Lo estas salvando de un hogar de niños en donde los más grandes abusan de los pequeños, no creo que sea una buena vida esperar y esperar hasta que una pareja decida y tenga los medios para adoptarte.

- Kook~ -susurró el omega, girándose en los brazos de su alfa apenas una loca idea atravesó su mente, el mayor lo miró con los ojos entrecerrados esperando lo que su novio diría, sabiendo que tenía algo en mente-. Tú.... mmm...

- ¿Qué ocurre? -murmuró, acariciando las mejillas de su chico cuando este había bajado la mirada hasta su pecho-. Dime que pasa, amor.

- Nosotros tenemos dinero -murmuró, acariciando el amplio pecho que noche tras noche lo recibía-. Tenemos los medios... -volvió a murmurar con la voz cada vez más baja, casi tímidamente-. Y... Los dos sabemos que a pesar de vivir en un buen país, igual ocurren cosas feas en esos lugares... Lo que trato de decir es que... quizás en algún momento..tú..y yo... Podríamos adoptar a un niño -dijo casi sin voz-. O una niña.

- ¿Eso te gustaría? -preguntó, volviendo a atraer la mirada del omega-.

- Podríamos darle una linda vida, lo o la amaríamos y cuidaríamos.. No estoy diciendo que adoptemos ahora, pero podríamos hacerlo cuando queramos ser padres -se apresuró a decir, tragando frente a la profunda mirada marrón que lo miraba de vuelta-. Los dos sabemos que yo no podré...

- Lo sé... Solo... -JungKook suspiró y lo jaló para abrazarlo fuertemente-. Me estaba haciendo a la idea de que no te veré con una pancita, ni tendrás antojos ridículos que me harán salir a mitad de la noche, o querrás asesinarme y luego besarme de un segundo a otro... Aún es duro pensar en que nos arrebataron eso -susurró, besando la cabeza con espeso cabello rubio-. Siempre creí que tendríamos una niña que sería un clon tuyo, y un varoncito que te cuidaría cuando yo no estuviera. Que tendrían nuestros aromas fusionados.... Solo es...

- Difícil -completó el omega, tomando grandes respiraciones del pecho de su alfa-. Pero a pesar de no poder ser padre biológicamente, no quiero que ella me quite por completo la oportunidad de ser padre.

- Cuando estemos listos... Cuando sintamos que es el momento... Adoptaremos y seremos padres de hermosos pequeños o pequeñas a quienes amaremos.

- Gracias -susurró, impulsándose hasta tomar los labios del alfa en un suave beso cargado de amor-. Gracias por ser mi compañero.