|𝐋𝐨 𝐪𝐮𝐢𝐞𝐫𝐨 𝐭𝐨𝐝𝐨| 𝐊𝐨𝐨𝐤𝐌𝐢𝐧

제 24 장

JungKook se levantó como un resorte de la cama, jalando a JiMin de la mano para entrar lo más rápido que pudieran a tomar esa ducha.

JiMin sonreía entre los besos que el mayor dejaba en su boca a medida que avanzaban y comenzaba a levantar su camiseta hasta sacársela de un tirón y arrojarla a algún lugar de la habitación. 

- ¿No tenías un calambre?

- Tus manos son mágicas... No trates de distraerme porque te meteré a esa ducha conmigo si o si.

- No estoy huyendo... solo, fue una observación.

JungKook dio el agua y reguló que esta quedara en la temperatura perfecta. Sus manos temblaban de anticipación mientras que su pene llegaba a doler de lo duro que estaba, trató de relajarse para no comportarse como un adolescente precoz, ignorando el hecho de que JiMin se terminaba de desnudar a sus espaldas. 

El omega se hizo notar dejando una caricia en uno de los hombros del hombre, JungKook giró a verlo, perdiendo el aliento al verlo como dios lo trajo al mundo, no lo tocó, por el contrario, dio un paso atrás para admirar cada centímetro de esa piel, piernas con muslos jugosos, una cintura que mujeres envidiarían, un par de pezones marrones erectos, al igual que una orgullosa polla de un buen tamaño, con la cabeza enrojecida. 

- Maldita sea, Minnie~  -la voz de alfa salió involuntariamente de sus labios, no supo en qué momento con exactitud se había lanzado a por él, pero ya estaba devorando nuevamente esos abultados labios y recorriendo ese sensual cuerpo con sus manos, cegado completamente por la lujuria-. 

Con cuidado entraron juntos al espacio de la ducha, JiMin correspondía encantado los besos que solo se cortaban para que pudieran tomar un poco de aire y seguir con el contacto. Se pegó al cuerpo mojado y tonificado mientras bajaba sus manos al elástico de la ropa interior ajena, los bajó con cuidado y sin prisa, no quería que todo fuera solo un borrón de pasión, a él le gustaba la seducción y eso es lo que haría, volvería al contrario tan loco, que cuando por fin este lo jodiera, lo haría como una bestia, Por lo que besó ambos pectorales al tiempo que simplemente soltaba y dejaba caer al suelo la mojada prenda. 

Recorrió y acarició cada línea de músculos marcados y definidos en la piel un tono más morena que la suya, JungKook disfrutaba de las pequeñas manos delineando sus hombros y cuello, bajando lentamente por la línea en medio de sus pectorales y abdominales. Jadeaba  cada vez más a medida que esas juguetonas manos bajaban y bajaban, hasta que un gemido ronco dejó su boca cuando estas llegaron a su erección. 

JiMin dejó besos y lamidas acompañadas de pequeños mordiscos al cuello que se le daba en bandeja de plata, apretó en justa medida el miembro orgullosamente erecto, miembro que claramente lo haría perder la cordura, cuando fuera el momento, debido a su tamaño, tanto en largo como grosor. 

Sonrió complacido, porque sus sueños húmedos no estaban para nada lejos de la realidad.

Movió primero suavemente su mano hecha puño causando que gemidos salieran de la boca ajena. Cuando aumentó la presión y ritmo fue su turno de soltar gemidos al sentir como uno par dígitos se paseaban a lo largo de su raja, sobando el exterior de su húmeda entrada por el agua y lubricante natural. 

Miró al mayor cuando un gruñido de bestia fue emitido, se encontró con un par de ojos rojos antes de ser tomado con fuerza del cabello para que ambas bocas volvieran a encontrarse. Jadeó fuerte cuando los colmillos del alfa rompieron su labio en el salvaje beso. Los movimientos ya eran erráticos y los dos solo buscaban más y más contacto. 

JungKook mordió el cuello del omega cuando este gimió al cielo al ser penetrado por su índice, gruñó con la piel entre sus dientes al sentir lo estrecho y caliente que estaba el interior del menor. Sin poder, ni querer, controlarse, retiró su digito y giró al rubio, dejándolo con el rostro pegado al vidrio que los separaba con el cuarto, le levantó ambas manos dejándolas por sobre su cabeza al tiempo que daba una orden sin necesidad de su voz de alfa.