Capítulo 15: Distancias

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Una agenda apretada, conferencias, tratos por acordar, visitas, un par de sonrisas y apenas dirigirse la palabra por cosas de trabajo. Había una distancia entre ellos, un muro que él mismo construyó para mantenerse a salvo de sus sentimientos confusos.

Estaba bebiendo solo, parado en la ventana. Recordó aquél beso que se dio los cultivos de café con unos de sus socios, miró su anillo en su mano, volvió a ponerselo con la esperanza de poder sentír de lo que había estado seguro antes, pero era demasiado pesado e irritante ese anillo. Se lo quitó y lo tiró sobre la mesa.

— ¿Qué te está pasando Harry? — se dijo para si mismo.

Louis estaba dudando de si tocar la puerta o no, podía perfectamente pedir ayuda a la recepcionista, pero se sentiría avergonzado.

Tocó la puerta un par de veces y ahí estaba Harry, apostando a alcohol. No era el mejor momento.

— Harry perdona, es que pues el foco no enciende y necesitaba de la ayuda de alguien alto como tú.

— Puedes llamar perfectamente a repecion y ellos tienen que responder por el daño.

— Creo solo está flojo, perdona.

Harry estrelló la puerta y fue tras de él, no iba a pasar nada si estaba en el mismo cuarto con Louis por unos minutos. Acomodo el foco y este se encendió, al parecer solo era eso, estaba flojo.

— Gracias Harry.

Louis estaba abajo, moviendo las manos apenado. No podía dejar de mirar sus labios, puso una mano detrás de su cabeza y lo besó. Estaba atónito, apenas pudo reaccionar al beso que le daba Harry.

Se separó de él y este lo volvió a besar, con mucha más intensidad que el beso que se habían dado en los cultivos de café. Bajó su mano por su cuello, sintió como el calor irradiaba todo su cuerpo. Sintió algo duro en medio de sus piernas.

Harry lo empujó sobre la cama y comenzó a levantar su camisa, entonces cayó en cuenta de que no podía suceder, él estaba borracho y confundido, no podía aprovecharse de eso.

— Lo siento Harry, pero estás bebido.

Se apartó y salió corriendo del cuarto de Louis. Llegó a la mesa donde había dejado el anillo y volvió a colocarselo.

Al día siguiente iban a partir de nuevo a su país, Louis notó que llevaba puesto el anillo y sintió una punzada en su pecho, tenía toda la razón, él solo había actuado por tragos, y lo que pasó en el cultivo de café solo fue por la cercanía que tenían.

En el avión Louis iba cerca dela ventanilla, cerró los ojos para tratar de dormir y hacer menos incómodo lo que sucedía con Harry.

Durante la escala, ellos estaban sentados con una silla vacía de por medio. Sus celulares eran su refugio para no hablarse ni mirarse.

Al pisar de nuevo Londres, pidieron un taxi, el cual dejó primeramente a Louis. Antes de que se fuera Harry, pensó que al menos debía dirigirle la palabra para despedirse.

— Fue un excelente viaje, descansa, mañana será tu día de descanso.

Tenía muchas cosas que hacer mañana pero buscaría la forma de arreglarselas solo, porque tenía que al menos pasar un tiempo sin Louis.

Él llegó a su apartamento y acarició a su gato, sentía un nudo en el estómago. Siempre se fijaba en los hombres menos indicados, uno de ellos fue su ex, quién ni siquiera estaba seguro de su sexualidad en ese entonces y ahora Harry, alguien que estaba a punto de casarse.

Esta vez Harry fue a su apartamento, donde dormía con Fiorella. Ella estaba ahí esperándolo, corrió a sus brazos pero él la evitó.

— Estoy demasiado cansado, es un gusto verte.

Se tiró sobre la cama y trató de calmar esos pensamientos que no paraban, Louis hacía parte de todos ellos.

Fiorella sonrió, había notado el anillo de él nuevamente puesto en su mano y era un buen significado, ya que significaba que él aún pensaba en casarse. Podía respirar en paz. Bebió un poco de malteada y escribió a su padre.

Fiorella: Harry, lleva aún puesto el anillo.

Papá: Entonces el plan sigue, no te rindas.


¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora