Capítulo 5: Una propuesta

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Al llegar se dio cuenta que habían cosas fuera de lo común en el café,  habían flores blancas por todos lados y un cartel sin ser descubierto. Harry estaba vestido impecablemente con un traje negro, habían cámaras al rededor. Se sintió algo desubicado.

— ¿Pasa algo? — preguntó a Harry.

— Que bueno que estás aquí Louis, se me olvidó decir que tenías el día libre. Le voy a proponer matrimonio a Fiorella.

Sus ojos verdes resplandecientes con la emoción y el gran amor que profesaban.

— Casarte...

— Sí Louis.

— Felicitaciones— dijo de manera cortante y un poco fría.

— Gracias, Louis.

Era una gran sorpresa para él que su futuro socio se casara, se puso a pensar en la vida solitaria que llevaba. ¿Acaso estaba teniendo ganas de casarse?, no por supuesto que no.

Fiorella entró y mostró su cara de asombro al ver el cartel que caía con la siguiente frase: "¿Quieres casarte conmigo?"

Era todo tan hermoso, que no podía evitar sentirse como un amargado celoso, de tan bella propuesta. Sentía envidia por Fiorella, por tener un hombre tan maravilloso como lo era Harry, su ex lo máximo que le dio fue unos horribles zapatos en liquidación que le quedaban grandes.

No pudo soportar aquello y salió del café a fumar, pensando en cuán infeliz era su vida. Este hombre lo tenía todo y él nada.

Harry agarró la mano de Fiorella y dijo las palabras exactas y más hermosas.

— Has sido mi compañera durante 3 años, mi amiga, mi confidente y una de las personas que más amo. Mi corazón es tuyo, ¿Aceptarías casarte conmigo y darme también tu corazón?

— ¡Sí! ¡Sí!

Fiorella estaba tan emocionada, no porque se fuera a casar con el amor de su vida, sino por la gran fortuna que cosechará con ese matrimonio. Así podría salvar el negocio de sus padres.

Se dieron un beso en frente de las cámaras que pasarían ese gran evento en las grandes revistas.

Ella cuando tuvo la oportunidad corrió a llamar a sus padres y contarles sobre el grande hecho.

Iremos para allá hija.

— No creo que sea apropiado padre.

— Sí lo es, desde ya, antes de que se casen. ¿Por cierto hijo cuando será la boda?

— No hemos hablado aún de eso...

— Haz que sea lo más pronto posible, sabes porque.

Louis dio una ultima calada al cigarrillo y lo apagó en el suelo con sus Vans de color negro. Vio la silueta de Harry de reojo.

— ¿Sigues con tus malos vicios?

— Más que nunca.

— ¿Pasa algo Louis?, veo que desapareciste de la nada.

— Las fiestas de compromiso me ponen un poco incómodo.

— ¿Por qué Louis?

— Son una farsa, ¿de qué sirve querer pasar toda la vida con alguien si al final todos traicionan?

— Ahora lo veo.

Harry se acercó un poco más a él, mirándolo detenidamente, haciendo que este se pusiera nervioso.

— Estás roto, pero sabes Louis, cuando te enamores de nuevo sabrás que hay más del mundo oscuro y sin desesperanza que te has planteado. Y ahora comienza con dejar ese cigarrillo y venir por un poco de pastel, algo que es muy bueno en estas fiestas.

Louis lo siguió, sintiéndose un poco incómodo por las palabras que le dijo este. Si era razón lo que decía, y le molestaba un poco que supiera tanto.

Mientras Harry pasaba tiempo comprometida, él arreglaba unas cosas, sobre la publicidad del café, adelantando trabajo y comiendo pastel que le dio él.

— Amor, creo que tendré que irme ya mismo a la casa a cambiarme, mis padres vienen esta noche al aeropuerto.

— ¿Puedo ir contigo?

— No es necesario, tú disculpa que tenga que retirarme a mitad se la fiesta, tómalo como tu despedida de soltero anticipada. Sobre eso, ¿cuándo será la boda?

— En 6 meses.

Fiorella tragó en seco, era demasiado tiempo, el suficiente como para que sus padres perdiesen el negocio y su casa en Italia.

— Creo que es demasiado tiempo.

— El necesario para introducir el té al negocio de café, ahora no tengo cabeza para boda, perdóname amor.

— Comprendo— dio una falsa sonrisa.

Le dio un beso en los labios y se marchó a casa.

— Eres un adicto al trabajo.

— Es lo único que tengo.

— ¿Qué tal si damos una vuelta?

— ¿Y dejar la fiesta?

— Bueno, mi prometida me dejó solo, así que quiero escapar de este lugar.

Cuando iban saliendo uno de los meseros le preguntó que a dónde se dirigían.

— A otro lado, disfruten la fiesta.

Harry condujo dando vueltas, hasta que se detuvo en un bar karaoke.

— Odio esos lugares.

— El jefe paga, aprovecha Louis.

El barman, sirvió un par de margaritas. Louis apenas daba sorbos, no le gustaba tomar mucho, a diferencia de fumar.

— ¿Qué opinas de que tu pareja a la que le acabas de prometer matrimonio se vaya de la nada a mitad de la fiesta que le preparaste?

— Nunca he pensado en casarme, pero lo tomaría como una ofensa, y sería mi excusa para escapar de tal prisión futura.

Harry soltó una carcajada, dándole vueltas a la pajilla. Metió la aceituna en su boca y se pasó la lengua por los labios. Él lo miraba con detenimiento, sintiendo un poco de calor, sus mejillas se colocaron rojas y de repente sentía un incesante deseo por besar esos labios. Se contuvo, por supuesto.

— Debo estar diciendo tonterías, mi futura esposa, es una mujer entregada a su familia. Se fue porque tenía que alistarse a ir a buscarlos al aeropuerto, aunque pudo cambiarse rapido en el café y quedarse un poco más.

— Si no estás seguro de sus acciones, ¿por qué deseas casarte con ella?

— Porque la amo Louis y como todo ser humano, tengo un poco de desconfianza, pero sé que es la persona más honesta que he conocido.

— Ella es muy afortunada de tenerte, siento un poco de envidia sabes. A mi nadie pudo amarme de la forma en la que tú lo haces con ella.

— No sé por qué, eres hermoso.  Louis y si no fueras tan cascarrabias, si estuviera soltero, yo te pediría que te casaras conmigo.

Louis volvió a ruborizarse, él no quitaba su mirada tan penetrante y cautivadora. Se dio cuenta de que ante la escasa luz, los ojos de aquél chico cuyos pies no tocaban el suelo en la silla giratoria, eran los más hermosos que había visto. Se dio la vuelta y terminó de beber la margarita, lo que estaba pasando por su cabeza no podía ser.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora