Capítulo 28: Distancia

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En su apartamento a media noche, Louis miraba hacia la ventana y su novio comenzó a poner música. Gone de Blake Rose sonaba en el parlante con música a todo volumen.

—¿Bailemos?

—No gracias.

Harry alzó el caso con whisky y le extendió la mano.

—Concédeme esta pieza.

Louis se levantó con una sonrisa, él lo pegó a su cuerpo, poniendo su mano derecha en su espalda y su cabeza recostada en su hombro sintiendo el aroma a menta con toques de café.

—Sabes que amo el café, esto es una señal.

Bailaron casi toda la noche hasta quedarse dormidos en la misma cama, no habían tenido sexo pero habían hecho el amor bailando.

Liam estaba debatiendose entre decirle o no a su amigo que había visto a Fiorella, iba conduciendo rumbo al café de Harry.

Quien como siempre estaba temprana junto a su novio, con las piernas adoloridas, sentado en su oficina le llegó una llamada, era nada menos que un amigo de Italia.

—Harry debes venir acá, es importante.

—Buenos días Valentín.

—Harry perdona por mi mala educación pero es súper importante que vengas a Italia, tu apartamento se quemó, los inquilinos dejaron unas velas encendidas y fue un caos.

—¡Cómo!

Harry se levantó preocupado de su asiento, tocándose la cabeza y moviéndose nerviosamente por ella. Ese apartamento de Italia tenía un valor sentimental para él, había sido el centro de su inspiración para fundar la red de cafés.

—¡Dios mío! ¿Hay algo que se salvó?

—Harry los bomberos llegaron e hicieron lo que pudieron, hay algunas cosas y partes de la casa que no se quemaron, pero están llamando al dueño así que no dudé en llamarte.

— Iré mañana mismo a Italia.

Louis escuchó que había mencionado Italia, inmediatamente recordó que Fiorella estaba allá y podían reencontrarse y eso falsas especulaciones en su cabeza.

—¿Vas a Italia? Voy contigo.

—No es necesario Louis, es mi casa que se quemó, necesito que te quedes acá supervisando mi negocio, confío en ti más que en nadie.

—Espero que esa sea la razón por la que no quieras que vaya y no por una chica que tiene nombre de flor.

—No empieces con eso Louis, demuestras falta de confianza y no tengo humor ni ganas de una discusión ahora, ese apartamento era importante para mí.

—¿Por qué? Me imagino que ahí te conociste con Fiorella.

—Si y también ahí se me ocurrió la idea de esta empresa, Fiorella es mi ex, si dudas de ella estamos graves. No puedo creer que ayer en la noche estuviéramos tan bien y ahora estás con unos celos sin sentido. Voy a preparar las maletas, no sé si me quieras acompañar al aeropuerto.

Tomó las llaves del carro rumbo a su apartamento, furioso por el comportamiento de su novio, no sabía cómo podía desconfiar de él, si en serio solo lo amaba a él, mucho antes de terminar con Fiorella. Esa relación había acabado desde hace años y le entristecia que Louis dudara.

Liam llegó a la oficina, buscando a Harry pero no se encontró con él, sino con su novio quien estaba con una cara de pocos amigos.

—Hola Louis ¿Dónde está Harry?

—En su apartamento, se va de viaje.

—Ah se va de viaje.

Se alegró de que su amigo estuviera a punto de ir de viaje, pues no se vería con la bruja de Fiorella.

—¿Por qué? ¿Lo necesitabas para algo?

—Sí, iré a su apartamento a contárselo y ¿Louis estás bien?

— Sí perfectamente.

Harry armó las maletas, comenzó a revisar entre sus cosas viejas, ese llavero que compró en Italia, donde empezó su idea de montar un café, allá había sido su centro de inspiración y ahora ese lugar mágico estaba perdido. Esperaba poder salvar lo que quedara.

Louis seguía muy molesto, pero estaba decidido a ir a acompañar a Harry al aeropuerto, no podían quedarse molestos estando separados el uno del otro por un tiempo.

Condujo por la carretera oscura, donde las luces estaban dañadas y de repente su carro empezó a hacer un ruido extraño, se había pinchado una llanta y no tenía idea como cambiarla, estaba en medio de la carretera solo esperando que alguien pasara y lo ayudara.

A punto de salir de su apartamento Harry se encontró con Liam, quien le dio un abrazo y unas palmadas en la espalda.

—Louis me contó que viajas ¿A qué se debe eso?

—Se quemó mi apartamento en Italia, uno de mis favoritos y tengo que arreglar eso, además de intentar recuperar lo que queda.

—Lo lamento mucho Harry, sé lo mucho que amabas ese apartamento. Tengo algo que decirte, no es tan buena noticia.

—Mas malas noticias— suspiro Harry.

—Fiorella está aquí en Londres.

Harry pensó en su bebé, que lo conocería y se le iluminaron los ojos.

—¿Estás feliz?

—Claro que sí Liam, veré a mi hijo, aunque ahora viajaré, espero que cuando vuelva ella esté aquí, por favor encárgate de ella, que me espere y mándame fotos de mi hijo. Si Louis supiera que me iré a Italia y ella no estará ahí.

—¿Pasó algo?

—Si discutimos por sus celos, cree que me iré a reencontrar con Fiorella.

Harry abrió la puerta del carro y subieron para dirigirse al aeropuerto.

Allí pasaron como una hora, mientras hacían todo el proceso de chequeo y luego al esperar su vuelo. Louis no venía y miraba para todos lados.

Apenas había conseguido Louis quien lo ayudara con la llanta, un señor amable el cual le agradeció infinitamente, pero cuando llegó al aeropuerto ya era tarde, iba de salida Liam.

—¿Harry ya subió el avión?

— Sí Louis, lo siento.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora