Capítulo 3: Un nuevo café

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— Café Stylinson.

— ¿Es una mezcla entre nuestros dos nombres?— Dijo Louis soltando una carcajada.

— Seremos socios desde ahora, así que sí.

Harry sacó un marcador de su bolsillo y lo destapó con los dientes, sostenía la tapa del marcador en sus labios mientras escribía Stylinson y el chico detallaba sus labios rosados, delgados y tan apetecibles. Desvió la mirada, no sabía en qué estaba pensando.

— Dereck.

Un pelirrojo apareció con un vaso en la mano que estaba limpiando.

— Agrega en el menú esta nueva bebida. Café Stylinson.

Dereck lo probó y le pidió los ingredientes a Harry en un papel y él se los dio para que prepararan más.

— Ahora déjame el contrato, cuando aprendas a amar el café, aceptaré— le dijo al oído. — Louis pasa a mi oficina, ahí está Fiorella, esperame allí. Tengo que hacer unas cosas.

Louis se fue directo a la oficina, con aquella chica que lo había atendido. Ella no le quitaba la mirada de encima, aquél chico de baja estatura y ojos azules, era muy bonito a su parecer.

Se sentó a su lado, percibiendo su perfume, que era muy agradable, una mezcla entre menta y naranja.

— Naranja y té.

— Sí que buen olfato— Louis se sentía tan incómodo.

— Nunca había percibido una mezcla así.

— Lo hice yo mismo, me apasionan las plantas, estudié botánica.

— Eres una caja de sorpresas Louis— le pasó la mano por la mejilla.

— ¿Y tienes novia?

Louis estaba a punto de responderle cuando Harry entró y agarró por las caderas a Fiorella y le dio un beso. Así que eran novios y esa chica le había parecido que le estaba coqueteando.

—  ¿Qué hacías con Louis?— Harry le sonrió y le hizo cosquillas.

— Rompiendo el hielo amor, nada más.

Louis se pasó una mano por el cuello y se sintió muy incómodo.

— Creo que me marcharé, Harry seguimos mañana. Estás muy ocupado.

— Déjame llevarte al menos Louis, prometo no conducir tan rápido—  le sonrió.

Louis agradeció que Harry lo llevara a casa, pero no le diría exactamente dónde vivía porque no quería demostrar su situación, para que el pensara que estaba desesperado por el trato. Así que le pidió que lo dejara a unas cuadras, no en ese feo callejón.

Harry detuvo el auto y pensó en arrancar cuando Louis se bajó pero se detuvo en un puesto de helados para comprar uno, estaba si favorito de café. Entonces vio a Louis caminando hacia otra dirección. Lo siguió por simple curiosidad y se dio cuenta de que él vivía en uno de esos callejones donde estaba una tienda de té. Al parecer Louis vivía sobre la misma tienda de té que pensaba venderle a él. Sintió compasión de él. Estaba lloviendo y al chico se le dificultaba abrir.

Bajó de su carro con un paraguas y lo colocó sobre la cabeza del chico.

— Debiste decirme dónde vivías, no quiero que  te dé un resfriado.

— Me seguiste.

— Pasaba por casualidad.

— No estoy pidiendo ayuda, ni lástima.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora