Capítulo 4: Noche estrellada

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Estaban conduciendo por la carretera y Harry se detuvo a poner algo en la radio, una canción de pop sonó y él la dejó. Louis no le agradaba mucho, era pegadiza pero, no su tipo.

— ¿Puedo cambiarla?

— Adelante— dijo Harry quien no le estaba prestando mucha atención a la canción.

Puso la mano en la radio y empezó a buscar alguna canción que valiera la pena, cuando una de sus favoritas comenzó a sonar.  Era una canción llamada Call out my name, de The Weeknd.

— Esta me gusta.

— Oh Louis, alguien tuvo que romperte el corazón para que esa canción sea una de tus favoritas.

Él dio una vuelta y este tragó en seco, Harry sonrió al verlo un poco incómodo por la mención. Le puso una mano en la pierna para darle una palmada, que hizo sentir una sensación extraña de hormigueo en el chico de ojos azules.

— Hay alguien, como puedo ver.

— Había.

— ¿Te gustaría hablar de ello?

— Harry, ¿cuánto falta para llegar?

Él se dio cuenta de que el chico claramente estaba evitando el tema.

— Unos 10 minutos.

Siguió conduciendo hasta que llegaron a uno de los centros comerciales más grandes de la ciudad. Estaba abarrotado de gente, varios tropezones tuvo uno de ellos mientras intentaba de caminar igual de rápido que el chico de piernas largas.

Entonces lo vio sentado con su novia, bebiendo café como siempre lo hacía, esa odiosa bebida que tanto amaba. Compartía el mismo vaso, eran lo más patético.

— ¿Los conoces?— le preguntó.

— No.

— Veo que te los has quedado mirando ¿Es tu ex?

Justamente como siempre dando en el punto, pero intentó parecer como si de él no se tratara sin embargo, Daniel lo siguió y le tocó el hombro.

— ¿Louis?— le sonrió tan descaradamente.

— ¿Qué quieres Daniel?

— Relájate Louis, solo venía a preguntar como estabas, ya que me bloqueaste de todas las redes sociales y te mudaste. No sabía que estabas viviendo aquí en Londres. Fui a tu casa en Doncaster y tus padres me dijeron que estabas montando tu propio negocio. Veo que andas en muy buena compañía.

Le guiño un ojo a Harry, era de lo más descarado que podía imaginar. Sintió el brazo de su futuro socio, rodearlo por los hombros.

— Sí en muy buena, ¿Amor te demoras mucho hablando con este hombre?

— Oh vaya no sabía que tenias novio Louis, yo no cuento con la misma suerte.

— ¿Y ella?

— Ya sabes Louis, una novia de turno.

¿Cómo lo fue él?, pensó tratando de contener la ira. Ese tipo le gustaba disponerlo y no demostraría que estaba logrando su cometido. Le siguió el juego a Harry.

— Bueno Louis te dejo, te has puesto de lo más de bueno, tanto cuando andabas conmigo.

Se despidió con una mirada pícara, le producía asco. ¿Cómo podía ser tan descarado después de todo lo que había hecho?

— Supongo que ese era tu ex. Creo que deberías decirme gracias.

— No tenías porque hacer eso, pero sí, me salvaste de una.

Siguieron su camino repartiendo volantes y uno de las personas que lo recibían reconocieron a Harry y empezó a llamar al resto para tomarse fotos con él. Siguieron su camino parando en varios puestos de café que eran de   él. Louis sonreía a su lado, él tenía un carisma que antes no había visto en alguien. No se sentía hastiado de atender toda esa gente.

En una de sus recorridas repartiendo los volantes como algo simple que podía hacer algunos de sus empleados, uno de sus agentes lo llamó para que fuera hasta un set de fotografía, para tomarse una foto en Vanity Fair, para como el empresario del año. Posaba de una forma tan artística que Louis le causaba satisfacción de verlo, lo quedaba observando tan delicadamente, sus piernas cruzadas y sus manos recostada a los lados, o en sus rodillas, sus ojos verdes con esa mirada tan cautivadora. Se sintió un poco acalorado y se levantó a pedir un granizado. Trató de dejar de mirarlo.

Cuando terminó de tomarse las fotos, siguieron el recorrido pero esta vez hablando con un agente de que metodología usarían para promocionar el café.

— Yo opino que montar una feria de café, ahí tendrán otras competencias, y la gente elegirá el mejor café.

— Sabes Louis me parece una buena idea.

Se detuvieron en la azotea del centro comercial, Harry lo hizo subirlo para mostrarle algo.

— Dios Harry, esto me hace sentir mareo.

— No seas miedoso, no nos acercaremos tanto. Solo quiero que veas las estrellas, esto antes era una casa de muchos pisos, era la casa de mi padre y siempre subía hasta aquí para ver las estrellas.

Louis detalló el cielo estrellado y se dio cuenta de lo que tanto apreciaba él, era muy hermoso. Algo poco usual verlo, por la contaminación lumínica.

— Cuando veo las estrellas, tan pequeñas desde lejos, me pregunto ¿qué tan pequeños nos verán ellas? ¿Tan insignificantes?

Harry se lo quedó mirándolo, completamente extasiado de tanta belleza.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora