Capítulo 21: Estrellas fugaces

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Salieron del hotel tomados de la mano, recibiendo algunas miradas curiosas. Louis soltó su mano, al sentirse tan incómodo, dio un sorbo a su té helado.

— ¿Qué tal si alguien conocido nos ve?

— No me importa.

— Te vas a casar.

— Ya no, he tomado una decisión y no voy a seguir con una farsa, apenas llegue se lo haré saber a Fiorella.

Ella estaba con la ecografía en su mano, llevaba las semanas que tenía. No había tenido sexo con Harry desde hace 2 meses y ella apenas tenía un mes de embarazo y unos días, debía alterar los resultados. Le pidió a un amigo que por favor la ayudara a cambiar el número de 5 semanas por 10 semanas.

— Sabes que no podrás mantener eso oculto por siempre, cuando llegue la hora del parto, las fechas no darán.

— Yo me encargaré de ello ¡Haz lo que te pido!

Ella acarició su barriga, este bebé era su salvación, para que él no la dejara y así siguiera siendo el salvavidas que tanto necesitaba.

Iban en el carro conduciendo y de repente se detuvieron, en medio de un gran mirador. Se podían apreciar las estrellas, lejos de la contaminación lumínica.

— Siéntate.

Harry lo invito a tirarse en el suelo y detallar las estrellas junto a él. Se sentó a su lado y él aprovechó para poner su cabeza sobre su hombro.

— Hoy habrá una lluvia de estrellas fugaces.

— Nunca he visto una — Dijo Louis sonriente.

— Esta será tu primera vez.

Lo besó suavemente, agarrando su cabello liso entre sus dedos mientras con la otra manos agarraba su cintura. De repente Louis se separó quien había estado con los ojos abiertos en todo momento.

— ¡Mira ya comenzó!

Las estrellas fugaces iluminaron el cielo, en una mágica ocasión, tan efímera que casi se les escapaba de la vista.

— ¿Te has preguntado si seremos como estrellas fugaces?

— ¿Por qué? Porque somos únicos y hermosos.

— No, por los fugaces, tal vez esto sea temporal.

— No lo será — puso un dedo en su boca.

Volvió a acercarse y besar sus labios, mientras apretaba sus mejillas suaves.

— Tus mejillas son tan suaves.

Harry pasó los dedos por ella lo abrazó fuertemente.

— Quiero que esto sea eterno.

Fiorella estaba en el apartamento esperando que Harry llegara para poderle decir la gran noticia, no paraba de recibir llamadas de un número en particular que no deseaba contestar.

Jack: Comunícate conmigo o mostraré las grabaciones de las cámaras dónde sales robando.

Fiorella: Sabes que los dos saldremos salpicados, si abres la boca, déjame en paz, se acabó.

Tenía tanta hambre por los antojos del embarazo que comenzó a prepararse unas pastas, cuando sin querer dejó demasiado tapado la olla con las pastas cocinando y le salpicó agua hirviendo en la mano, pegó un grito que llegó a los oídos de Harry que acababa de llegar.

— ¡Dios mío Fiorella! — corrió a socorrerla.

Tenía la mano enrojecida, lo primero que se le ocurrió fue echarle sal en la mano para aliviar la quemadura.

— Iré a buscar crema para quemaduras, debes tener más cuidado al cocinar.

Fue a buscar en el botiquín de primeros auxilios que tenía en su casa para curar la quemadura que ella tenía. Se acercó a ella y tomó su mano para huntarle un poco de crema, lo hacía delicadamente en círculos, ella hacía muecas del dolor.

— Llevo años cocinando pastas, solo esta vez me pasó.

Luego le colocó una venda alrededor de la quemadura, para evitar que esta se infectara.

— Harry tengo que decirte algo.

— Yo también Fiorella.

Él levantó su vista, con sus ojos verdes, que expresaban tantas cosas.

— Yo diré primero.

— Está bien.

Fiorella se levantó y fue a coger unos papeles de la mesa, se los entregó en la mano. Él no sabía de qué se trataban.

— Léelo, son unos exámenes que me hice.

Él desdobló el papel y comenzó a leerlos, cuando vio que se trataba de una prueba de embarazo y que a su vez era positiva, palideció. Detrás de esa prueba, estaba una ecografía que decía que ella tenía 3 meses de embarazo. Hace 3 meses habían estado por última vez antes que se fuera a Colombia con Louis.

— Pero si siempre usaba condón cuando estaba contigo — dijo conmocionado.

— La última vez no.

Recordó cuando estaban a punto de tener relaciones y él metió una de sus manos en el cajón y se dió cuenta que se había quedado sin condones. Decidió proseguir aquella vez, sin pensar en las consecuencias.

— Pero tú no estabas tomando unas pastillas.

— Sí pero al parecer no funcionaron.

Harry se llevó las manos a la cabeza, la noticia complicaba todo, lo que tenía con Louis debía acabar, no quería que su hijo viviera lo que él experimentó con la separación de sus padres. Quería que creciera en un hogar unido.

— Nos casaremos lo más pronto posible, te prometo que ese niño tendrá el hogar que merece.

Fiorella rompió en llanto y lo abrazó, él sintió tanta decepción y a la vez ilusión de tener un hijo, pero sabía que a ella no la amaba. Lloró, porque sabía que debía renunciar a algo que estaba empezando a querer demasiado. Su celular comenzó a vibrar y se separó de Fiorella, era Louis, le colgó la llamada.

— ¿No vas a contestar?

— No, es algo poco importante.





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