Capítulo 30: La tormenta que nos separó

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-Lo siento mucho Harry pero no hay ningún vuelo disponible.

Estaba lloviendo a cántaros en Italia, una tormenta eléctrica, hacía imposible abordar el avión. Harry sentía su corazón latir muy rápido, así le tocara cruzar para ver a Louis en un barco en medio de la tormenta lo haría.

-Tiene que haber una forma en la que pueda viajar.

Harry estaba llorando, siendo retenido por los brazos de su buen amigo Lorenzo, quien era quien le había informado sobre el incendio de su apartamento.

-Estoy seguro de que a Louis no le gustaría que arriesgues tu vida de esta forma, mira sé que él va a estar bien.

Los médicos hicieron una reanimación y el cuerpo de Louis no reaccionaba pero en la segunda, su corazón volvió a latir. Había muerto por unos minutos. Su mente viajaba en un valle verde caminando de la mano con Harry vestidos de blanco. No quería despertar de aquel sueño, pero debía.

Niall estaba buscando a sus familiares para que fueran a visitar a Louis, él no tenía mucha relación con ellos debido a que ellos no apoyaban su negocio, pero era el momento de reencontrarse. Consiguió el número de su hermana Lottie, quien le comunicó a su padre el estado crítico de su hermano. Su padre quien estaba furioso con él, por haber decidido no seguir lo que él quería para él, pero era su hijo. Sabía lo mucho que apoyaba su esposa a él y era lo que podía hacer por ella, aunque ella ya no estuviera.

Condujeron largas horas hasta Londres, para irlo a visitar. Su hermana Lottie, había venido únicamente con su padre, las gemelas se habían quedado cuidando a los bebés.

-Te extraño mucho Lou, es triste que porque hayas discutido con papá, no hayas visitado más.

Louis dejó caer una lágrima, sin poder responder, su hermana apretó su mano fuertemente.

Harry había hecho todo lo posible por llegar, pero la tormenta había dejado daños enormes en la ciudad, bebía café como loco y sufría de insomnio. La preocupación lo carcomia. Al día siguiente esperó que los vuelos estuvieran disponibles, pero al parecer tendría que esperar una semana más para poder ver a Louis. Si tan solo no se hubiera ido de Londres.

Niall lo llamó el día siguiente para avisarle que Louis había despertado y que se encontraba bien, que podía estar tranquilo.

Él sonrió de felicidad y trató de ocupar su cabeza en tratar de arreglar su casa destruida, con ayuda de Lorenzo, quien estaba ahí para apoyarlo y ayudarlo en lo que podía.

-Mira Harry, hemos logrado levantar esta casa en poco tiempo, por suerte tenías un seguro. Aunque no te veo feliz.

-Lorenzo, me preocupa mi novio, sé que está despierto y que está mejorando, pero me gustaría estar allí sabes.

-Mira lo que tengo para ti- le dijo con una sonrisa Lorenzo.

Unos boletos de avión para el lunes de primera clase. Harry se levantó para abrazarlo fuertemente. Estaba tan feliz de poder ver a Louis.

3 meses después

Elliot se encargó de preparar lo suficientemente bien la fiesta de bienvenida junto con su novio, quien había diseñado los carteles.

Louis estaba sentado con una cara de pocos amigos y una barba espesa, quería todo menos verlo allí, sentía que si lo veía se iban a remover tantas cosas que no deseaba. Ese día en el hospital había sido claro con él.

Harry había volado de tan lejos y solo le había dicho "Vete, no te necesito y no quiero que estés aquí, lo primero que hice cuando te fuiste fue ir a una fiesta y no fui capaz de ir a buscarte ese día en el aeropuerto, porque soy demasiado egoísta como para amarte" , no era cierto eso, lo amaba, como a nadie, pero él merecía alguien mejor, no alguien con actitudes impulsivas, que impedirían a él recuperar algo tan valioso como su casa en Italia, no podía interponerse en eso.

Llevaba una camisa blanca con los primero tres botones abiertos y unos pantalones ajustados. Se veía muy bien, desde que había pasado tanto tiempo en Italia. Traía regalos para todos, incluso para su ex novio.

-¡Bienvenido de nuevo Harry!- dijeron todos y soltaron serpentinas.

Harry abrazo a Elliot y el resto de los trabajadores, miró a Louis sentado viéndolo con una expresión de poco agrado de verlo. Lo miró con una sonrisa burlona.

-Traje regalos para todos.

Le hizo entrega a cada uno y cuando fue el turno de su ex, este se negaba a recibirlo.

-Tienes que aceptarlo- le dijo con un tono autoritario.

Louis entorno los ojos, se levantó de la mesa, no podía soportar estar ahí compartiendo el mismo espacio que él.

Le dio curiosidad saber que le había regalado él, cuando vio una caja roja, le llamó mucho la atención, pensó que serían zapatos, pero no, era un juguete sexual con forma de pene. Lo metió a la bolsa molesto, se iba a encargar de que Harry Styles dejara de jugar juegos absurdos. Antes de que cruzara por la puerta de la oficina, él entró con una sonrisa socarrona.

-Viste mi regalo, al parecer.

-Sí y no lo quiero, es tan desagradable que regales estás cosas, no estoy para soportar tus bromas de adolescente.

-No le veo nada de malo, de darle un poco de consuelo a alguien que parece muy amargado porque hace rato no tiene un buen sexo.

-Para tu información tengo un buen sexo, soy un hombre muy activo en ese aspecto.

-Me parece extraño porque- se le acercó al oído, haciéndole ponerle los pelos de punta- me han dicho todo lo contrario.

Desde que había pasado aquél desagradable momento en la discoteca, donde casi pierde la vida, tenía impotencia sexual, lo descubrió hace unos días cuando salió con un chico y no pudo tener sexo con él porque su querido amigo estaba dormido. Aquello era algo que se había percibido mucho antes cuando no tenía ni deseos de masturbarse, pero pensó que al estar con alguien cambiaría. Le comentó eso a su médico y le dijo que podían ser secuelas de la sobredosis que tuvo por la droga que le echaron ese día.



¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora