Capítulo 26: Un cumpleaños feliz

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Con la llegada de la navidad, Harry no paraba de pensar dónde estaría Fiorella ahora mismo con su bebé en su vientre. Pensaba en lo cruel que había sido de separarlo de su hijo, esperaba que al menos cuando lo tuviera regresara para que lo pudiera conocer y verlo crecer.

Louis estaba vestido con un abrigo rojo navideño y una sudadera negra, llevaba la barba un poco espesa y el cabello largo. Había venido sus hermanas por su cumpleaños a su apartamento pequeño, pensaba compartir con Harry que le tenía una sorpresa. El padre de Louis, no había hecho el esfuerzo por venir, solo le depositó dinero de regalo.

-Papá decidió no venir, tenía que seguir grabando una película musical navideña, sabes que ese medio jamás descansa.

-Lo sé, si tan siquiera estuviera mamá acá.

-Sí, Susan su nueva novia, es insoportable. Veo que este lugar no es como le dijiste a papá pero mantendremos el secreto.

-Pronto cambiaré de lugar, estoy ahorrando para ello, pero al menos ya tengo un carro para llevarlas a donde quieran.

Abrazó a su hermana Lotiie y luego a las gemelas, sus hermanos más pequeños los besó en la frente.

Harry estaba visitando apartamentos junto con Elliot quien llevaba un gorro muy bonito, que le daba ese toque elegante. Este apartamento era el quinto que veían, tenía una piscina, una barbacoa, además de un gimnasio. Dos cuartos, una cocina, una sala y un baño muy lindo. Era muy del estilo de Louis, moderno y con dolores oscuros.

-Creo que le encantará este regalo Harry.

-Eso espero, a veces Louis es un poco difícil.

El inmobiliario, les mostró una carpeta con las formas de pago y el valor de aquél apartamento lujoso.

-Me parece bien, lo compraré.

Le entregó la tarjeta para pagar la mitad del valor del apartamento.

Fiorella en Italia dentro del restaurante sellado, que había vencido los plazos de pago. Pegó un puñetazo a la puerta corrediza. Su madre apretó su hombro.

-Todo es tu culpa madre, por tu vicio con los juegos.

-Bien sabes que no todo es mi culpa Fiorella ¿Acaso se te olvida cuando jugabas billar?

Fiorella recordó esos momentos de su adolescencia cuando se escapaba de clases y jugaba billar todo el tiempo, habían veces que perdía y se escabullia de allí, volviendo un par de semanas después a volver a jugar, hasta que no la dejaron entrar más. Sus padres se responsabilizaron de su deuda, jugando. Fue ahí como adquirieron la afición al juego, luego de haber saldado la deuda de su hija.

-Apenas saldaron la deuda pusieron dejar esos estúpidos juegos, pero no, siguieron.

Su madre le entregó una tarjeta con una invitación a jugar billar.

-Esta invitación me la dió Valentín, espero que la aceptes, dijo que si ibas hoy, nos colaboraría con quitar el sello al restaurante.

-Siempre vendiendome madre.

Fiorella se alistó para el juego de billar en un exclusivo club de juegos, con un vestido rojo acompañado de su labial del mismo color. Sus tacones de aguja, plateados al igual que su cartera.

Valentín vio a Fiorella como una reina caminando en medio de un gran casino, supo que eran uno para el otro. Alzó la copa de vino y sonrió, en forma de saludo hacia ella. Fiorella lo miró coquetamente y agarró el palo de billar.

-¿Necesitas ayuda?- le dijo con acento italiano.

-No, gracias.

Disparó la bola directo a la esquina, golpeando la bola del oponente. Miró a los ojos cafés de Valentín, quien tenía un tono de piel color caramelo.

Valentín era dueño de una cadena prestigiosa de casinos, que siempre mantenía oculto sus trabajos sucios en el sótano. Uno de sus tantos casinos, se encontraba ubicado en Londres.

Harry llegó a su apartamento, que había sido decorado por Liam, quien tenía un montón de globos por todos lados que no dejaban ni caminar bien.

-Liam, creo que te pasaste de globos- dijo Elliot.

-Oh tal vez sí un poco.

Harry comenzó a retirar globos sobrantes del suelo y acomodarlos en una esquina.

Louis atravesó la puerta junto con sus 5 hermanos, Lottie cargaba a Ernest y las gemelas llevaban a la pequeña. Él sintió un poco de nostalgia, de pensar que sería su segundo cumpleaños sin su hermana, miró con una sonrisa a su novio y los ojos brillosos.

Harry lo besó en los labios y le dió una gran caja.

-Abrelo Louis- dijo Liam curioso.

Niall estaba también invitado pero había tenido un contratiempo con su carro y un muchacho de ojos café claro había estado dispuesto a ayudarlo.

Louis abrió la caja y había otra caja más pequeña, luego otra y después una más pequeña. Hasta llegar a la cajita más pequeña de regalo, pensó que se trataba de una broma.

-Harry que chistoso eres.

El soltó una carcajada.

-Abre esta última caja.

La destapó y vio unas llaves, siguió pensando que de trataba de un broma.

-Metiste las llaves de tu apartamento en la caja, que gracioso.

-No, en realidad son las tuyas.

Le entregó las escrituras que tenía tras la espalda. Louis se enojó, pensó en la cantidad de dinero que gastó en ese apartamento. Pensó en que él mismo podría comprarlo y no que Harry se pusiera en esas.

-Lo siento, pero no puedo recibirlo.

Se lo devolvió y él quedó desilusionado ante el rechazo del detalle que con tanta ilusión compró para él.

Louis se fue hacia el balcón y Elliot lo siguió. Se puso al lado de él, mientras su cabello era movido por la brisa.

-¿Puedo darte un consejo Louis?

-No- fue tajante.

-De todos modos lo haré, porque sé mucho en lo que mi amigo se preocupó y estaba ilusionado con darte ese regalo. Quizás pienses que es un poco exagerado, pero ve más allá del siempre regalo físico, míralo desde el punto con el amor que lo da, creo que eso es realmente valioso y no deberías rechazarlo. No mires un precio o lo material, sino lo que viene de adentro, muchas parejas se dan regalos caros, pero él que te da Harry es especial, porque él te ama.

Louis se lo quedó mirando, tal vez tenía razón, quizás fue muy duro con su novia. Debía ir a disculparse.

Harry estaba bebiendo y cabizbajo, Louis lo hizo sobresaltarse cuando le dio un beso en la mejilla.

-Gracias por el regalo, creo que lo recibiré, porque sé lo mucho que te esforzaste y que lo das con amor y no podría rechazar eso.

Harry apretó sus mejillas y lo besó apasionadamente, mientras acariciaba su espalda.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora