Capítulo 35: Capítulo Final

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Louis apretó las mejillas de Harry, apenas tomando pequeñas respiraciones es cada reducida separación entre el beso. Sentía electricidad por todo el cuerpo.

-Te amo- dijo Harry.

Louis sonrió, volvió a besarlo de nuevo y comenzó a levantar su camisa, detalló sus tatuajes en el peche y fijó la mirada en esos ojos verdes que le aceleraban el corazón.

-Yo también Harry.

Se abrazaron fuertemente y él le levantó la camisa, para ver su torso delgado. Estaba un poco desmejorado por la enfermedad, pero seguía siendo hermoso. Luego bajó sus manos hasta su pantalón y lo deslizó, miró su boxer blanco que demostraba lo mucho que lo deseaba. Besó su cuello y apretó su trasero, sentía que no aguantaba las ganas de deshacerse de su ropa, Louis lo ayudó con ello.

Su mano recorrió la curvatura de su espalda y luego apretó su trasero, se sentía tan duro. Soltó un gemido de placer. Se deshizo de lo único que se interponia en su propósito, comenzó a masturbar el pene de él, mientras gemía en su oído. Después Louis bajó hasta su miembro y le proporcionaba el más placentero sexo oral. Levantó la cabeza para ver sus pupilas dilatadas. Hizo ponerlo de espaldas y su cuerpo mucho más robusto, le pegó unas embestidas con ayuda del lubricante.

Nunca pensó que lo extrañaba tanto y lo necesitaba, nadie le había hecho el amor como él. Aquél chico que odiaba el café y que prometió hacerlo amar y que ahora sabía que era lo menos que podía tomar.

Sintió el orgasmo hacerlo sentir como si se iba a desvanecer y su amado también lo hizo a la par. El sofá estaba lleno de un líquido espeso y blanco.

Habían olvidado por completo el desayuno que tenía que comer Louis. Pensó en el trabajo, había pensado tener unas vacaciones, pero que quedara Fiorella haciendo de las suyas no era buena idea.

-Amor, por favor no olvides comer.

Miró el reloj y vio que era tarde.

-Voy saliendo al trabajo, dije que me tomaría un descanso, pero pensándolo bien no es buena idea que Fiorella esté sola a allá.

Se colocó la ropa con rapidez y volvió a besarlo, para dirigirse al baño y cepillarse los dientes. Arregló su cabello para verse presentable y tomó las llaves del carro para salir corriendo.

Elliot organizaba las carpetas con posibles menús, de la nueva modificación para la cadena de cafés. Miraba por el rabillo de ojo a Fiorella que no paraba de hablar con uno de los trabajadores.

-En la madrugada haremos lo que tenemos pensado, así que no lo olvides, me esperas a eso de las 3:00 a.m.

Ella le guiñó el ojo. Elliot la miraba con cara de pocos amigos, ella sacudió su cabello y se sentó a arruchar su bebé.

-Buenos días - dijo Harry.

Elliot corrió a darle un abrazo, se veía muy radiante su amigo.

-¿Tuviste sexo?

La pregunta lo hizo carraspear, no pensaba que le preguntaría aquello, no se explicaba cómo pudo adivinarlo.

Se acercó a su oído y susurró "¿Cómo lo sabes"

-Tienes cara de sexo- sonrió Elliot.

-Bueno sí pasaron cosas señorito, pero ahora necesito que me acompañes a comprar algo.

-¿Qué cosa?

-Un anillo- le dijo al oído.

Elliot lo miró con una cara de sorpresa, no podía creer lo que oía.

¿Café o té? L.S Donde viven las historias. Descúbrelo ahora