Cristina
Mi hermano Fran, había venido a pasar el día conmigo, él como tantos otros hombres en mi vida, amigos, tíos, conocidos, maldecían a Sebastián por lo que me había hecho.
Mi cabeza se había embotado en ese momento, pues, todo lo que tuviese que ver con mi ex novio, a tan solo dos semanas y tres días ya casi no dolía, pero me agobiaba que en cualquier momento pudiese aparecer por la puerta de mi casa.
— !Ey! ¿Te encontrás bien?
Como yo, mi hermano tenía el acento argentino bien marcado. — Sí, si, solo me había quedado un poco pensativa — Fran, me miraba por un instante, le conocía, sabía que estaba maquinando en esa pequeña cabeza. — ¿Seguís pensando en él?
A cada segundo, a cada hora que pasaba, no podía parar — ¿Como dejás de pensar en alguien que te ha cambiado la vida? — Su mano se posaba encima de la mía, su mirada dulce y protectora aniquilaba mis sentidos, le quería mucho, y sin él en más de una ocasión me habría rendido.
Se levantaba del sofá, desde lo alto me miraba y su sonrisa tiraba de la comisura de mis labios hacía arriba, haciendo que inevitablemente, yo también sonriese. Me ofrecía su mano, suave, cálida y grande.
— ¿A dónde vamos?
Él, cogía su celular y arrastrándome consigo, activaba la cámara para hacernos fotos, locas, divertidas, interesantes, fotos que quedarían para el recuerdo.
Yo era muy activa en las redes sociales, con más de casi quince millones de seguidores en Instagram y más de dos millones ochocientos mil en Twitter, quería que todo el mundo viese como estaba. Pero no, obviamente a mí no me importaba todo el mundo, yo solo quería ver si Sebastián reaccionaba, las había subido a Instagram por qué quería que se diese cuenta de lo que se había perdido conmigo, de que pese a que me había roto el corazón, seguía adelante, que no le necesitaba para nada.
Pero una vez más, me estaba mintiendo a mí misma, por qué en el fondo, muy en el fondo, le seguía echando de menos, sus besos, sus caricias, su perfume, todo. Y ahora, solo me quedaba su voz en sus canciones, canciones que ya no decían nada, que ya no significaban nada, canciones que para mí habían perdido todo el sentido.
En el viaje que la productora ya estaba preparando para irnos a España, mi mamá, mi papá y mi hermano vendrían conmigo. Me encantaba que siempre tratásemos temas como el día de la mujer, por que somos fuertes, por qué pese a todo seguimos luchando por nuestros derechos, por qué no queremos una menos, en todo el mundo.
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Si notáis que las tildes cuando Fran y Cristina hablan no están en su sitio es porque intento imitar en la lectura el acento argentino lo más parecido que puedo.
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Gracias.
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Alcancemos Las Estrellas (En proceso)
Romance...Y cuando crees que nada más puede ir a peor, va la vida y te da un nuevo golpe, a través de malas personas, malas decisiones, a través de una tristeza que no cesa y asfixia, y lo peor aún, situaciones al límite que hacen replantearte si vivir es...
