David
Habíamos llegado al ensayo, y la cara de Víctor al verme con Jorge había sido un poema… Era la primera vez que me sentía poderoso, que me sentía bien, habiendo ganado está batalla que solo estaba empezando. No entendía por qué alguien era capaz de mover cielo y tierra para que una persona no cumpliera sus sueños. — ¿Qué estás haciendo aquí?
Sentía a Asia y a Sara detrás de mí, mientras Jorge nos observaba, sabía que eran ellos a través de su perfume, los conocía bien — Sabemos lo que has hecho y no lo vamos a olvidar tan fácilmente — Miraba a Asia que estaba cruzada de brazos, con la mirada lapidaba a Ignacio.
— No se a que te refieres.
Yo me reía incrédulo y respondía — Me has encerrado en el cuarto de baño, para que no venga al ensayo — Él se pasaba una mano por el pelo nervioso.
— Yo, yo no he sido…
— Ya, claro, ¿Te piensas que somos imbéciles? Da igual si habéis sido tú o tu amigo, para que lo sepas, te vas a quedar solo. — Y con eso, nos fuimos a otro lado de la sala, era la primera vez que veía como Greta echaba a esos alumnos del aula de música y yo me sentía cada vez más seguro de mí mismo. Si es que a lo que estaba sintiendo en ese momento se podía llamar seguridad.Estaba nervioso, por qué al día siguiente irían los directivos del proyecto para verlo todo y que todo estuviese acorde de cara al Show, el ensayo había terminado cuando lo sentía, sentía a Jorge.
— ¿Cómo te sientes?
Mientras yo me volvía sobre mis pies — Mucho mejor, gracias por... Salvarme — Esa sonrisa tan impoluta y tan blanca me paralizaba por completo. No quería sentirme así, no quería que nadie más lo notase y sobre todo no quería enamorarme, porque sabía, ya daba por hecho que no iba a ser correspondido.Volvía a acercarse aún más a mí, sin importar quien hubiese en la estancia o que Sara estuviese a mi lado. — ¿Qué te parece si quedamos para merendar y me enseñas Granada? — Quería aceptar, quería poder merendar con él, pero había algo que lo impedía y yo me moría de la vergüenza.
— Es que… No tengo dinero…
Aunque mi voz era casi un susurro, podía escucharse perfectamente, los colores pintaban mi cara de un rojo intenso y yo no era capaz de mirarle a la cara. — Te he preguntado que si me enseñas Granada no que tengas dinero — Me guiñaba un ojo, ante la atenta mirada de mi amiga que nos miraba embelesada.Ella también se había puesto nerviosa cuando Ruggero vino a nuestro encuentro — ¿He oído algo de enseñar la ciudad? Me apunto — La voz de Sara, nos abordaba.
— Lo vais a pasar muy bien los tres.
Hasta ese momento no sospechaba lo que pasaba entre los dos, pero en ese momento, el mejor amigo de Jorge se acercaba a ella y a centímetros de mi mejor amiga le susurraba
— Ven conmigo por favor.
La había cogido de las manos, su acento italiano se notaba a miles de kilómetros y Sara se había quedado hipnotizada, yo la miraba y en la boca de mi estómago se despertaba una felicidad que desconocía.Los dos tenían una conexión muy fuerte, una conexión que nadie más era capaz de romper — E-Esta bien… — La sentía avergonzada, pero no por qué fuese nada malo, si no por qué se le subían los colores cuando Ruggero se le acercaba.
Cuando creía que todo estaba saliendo mal, todo parecía estar encaminándose a nuestro favor. — David, necesitaría que mañana por la tarde vengás conmigo. — Ruggero y Sara ya se habían ido — Si, ¿Qué pasa Cristina? — Se la notaba nerviosa, no sabía que decirme. Intentaba buscar las palabras que quería, pero se la nota va que le costaba.
— ¿Estás bien?
Ella me sonreía y me tomaba eso como un escueto "Sí"Por alguna extraña razón, sentía que me estaba ocultando algo, me tocaba el colgante mientras respondía — Es por qué todos los cantantes que vais a participar en el proyecto van a ser entrevistados por mi papá — Parpadeaba muy rápido ante el asombro ¿El director general de una de las cadenas más importantes en el panorama televisivo quería verme a mí?
Estaba ilusionado y emocionado. — Si, claro por mi perfecto, si quieres cuando salgamos del ensayo vamos para donde haya que hacerla — Ella me dibujaba una sonrisa, esta vez era una sonrisa dulce y tierna, la sonrisa más bella que jamás había visto.
— Dale, eso hacemos.
Cristina y Jorge se miraban y yo fruncía mi ceño ¿Por qué tenía la sensación de que me estaban ocultando algo?Decidía interrumpirlos.
— ¿Pasa algo?
Ellos me miraban quitándole importancia y en ese momento, la imagen de una mujer sudada, en una cama de hospital y dando a luz se me pasaba por la cabeza. No la conocía, pero el corazón me había renacido nada más verla.**********************************
Hola! Si quieres estar al corriente de esta historia solo tienes que seguirme en mis redes sociales:
Twitter:
@Soymiloferreiro
Instagram:
@Soyferreiromilo
!Muchas Gracias!
ESTÁS LEYENDO
Alcancemos Las Estrellas (En proceso)
Romantik...Y cuando crees que nada más puede ir a peor, va la vida y te da un nuevo golpe, a través de malas personas, malas decisiones, a través de una tristeza que no cesa y asfixia, y lo peor aún, situaciones al límite que hacen replantearte si vivir es...