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La potencia, los colores y la maravillosa voz de Asia, había hecho que todos nos pusiésemos a bailar, los colores habían aparecido nítidos, y cada uno significaba una cosa. El dorado para la elegancia personificada en ella, el morado para la esperanza y la paz que transmitía su voz, el amarillo por la calidad que desprendía su alma.

El siguiente en ponerse a cantar era, él, por fin le ponía nombre al chico que últimamente rondaba mis pensamientos, David cantaba “Vuelvo a ser la rara” en versión masculina de un grupo español llamado Sweet California.

Alcancemos Las Estrellas (En proceso) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora